Anastasia La Rossa
Un nombre que quedo en el olvido, un nombre al que fui obligada a renunciar.
Todo estaba bien hasta que llego ella y me quito lo único que tenia y gracias a eso recuperé mi nombre, mi titulo y mi familia.
*Los personajes así como...
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Süleyman después de ver a su madre y decirle lo que pasaría fue al palacio de mármol.
Hürrem fue obstinada e insistió en levantarse para estar frente a él, Malkocoglu llegó de forma tranquila para preguntarle algo más sobre lo que había pasado, la miro intentando levantarse, ella tenía un velo que cubría la mitad de su rostro por la quemadura.
—Sultana, aun se recupera debería permanecer recostada— comento con una sonrisa.
Hürrem lo miro seria —No necesito tanto descanso, no podrán convencerme, ni siquiera cuando estaba de reposo por la recuperación del parto me mantuve quieta— comento acomodándose en la orilla de la cama.
Malkocoglu sonrió —Es verdad, jamás pueden mantenerte en reposo y valla que lo intente— comento con tono de burla.
Hürrem lo miro enojada, el se refería al nacimiento de sus mellizos cuando nacieron ella tenía que estar en reposo pues fue un parto difícil y lejos de hacer eso ella se levantaba a caminar cuando aún no era momento —Me ayudarás o solo te burlaras de mi— comento con enojo.
—Bien mi obstinada sultana— sin modo de convencimiento Malkocoglu la ayudo a levantarse y mantenerse de pie un momento
Hürrem con lentitud se puso de pie, el dolor en su herida era fuerte pero no quería rendirse, estaba ansiosa por regresar al palacio con sus hijos y esta era una manera de demostrar que estaba mejor.
—Con cuidado o te lastimaras más— comento mientras su brazo pasaba por su cintura y su mano sostenía la de ella manteniéndola de pie.
Süleyman entro en la habitación y los miro con seriedad, algo dentro de el se sintió diferente, lo había sentido antes, eran celos, los había sentido incluso con su mejor amigo, pero después de que el se caso con su hermana dejo de sentirlo y ahora Bali Bey, le molestaba verlo tan cerca de Hürrem, era una sensación que no sentía por nadie mas ni siquiera por las mujeres que había tenido anteriormente —Malkocoglu, Hürrem— dijo con tono serio.
Hürrem se mantuvo de pie un momento por si sola y Bali Bey se alejo de ella con rapidez, hicieron una reverencia, —Lo lamento majestad, necesitaba ayuda para levantarme y le pedí a Malkocoglu que me ayudara— comento para que Süleyman no se enojara o pensara algo que no debía.
Süleyman le envió una mirada fulminante a Malkocoglu y este se retiró sin decir nada.
Hürrem lo miro seria y luego volvió a mirar a Süleyman, el se acercó a ella con la mirada mas relajada, beso su frente y la miro con una sonrisa.
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