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Jungkook and Jimin

Park Jimin recordaba bien el momento en donde su vida fue atrapada en un espiral de desgracias. Fue esa tarde de Noviembre en donde se había alejado demasiado de su clan y de su manada debido a una de las muchas peleas con su madre.

Ella quería obligarlo a casarse para darle herederos al clan Park. Le había presentado varios lobos para que fueran pareja, obviamente Jimin los mando al demonio y le dijo a su mamá que se fuera a la mierda y dejada de decidir en su vida.

El único que tendría derecho a decidir con quien se iba a casar era él mismo. Nadie más le diría lo que tendría que hacer.

Sin darse cuenta ese día había salido del territorio de su familia. Su clan era pequeño, un clan del este y si, todos tenían la peor imagen de los clanes del este pero su clan, el clan Park era bastante pacífico.

Por ende, no había problema con que se alejara un poco, no era como que todas las manadas eran salvajes, pero si, debió darse cuenta de que se estaba dirigiendo directamente al clan Kim.

Debió de, debió de notar el ambiente volviéndose más frío al ir al norte, el silencio casi muero que había. Todos sabían la fama que se gastaba el clan más poderoso, los causantes de la antigua guerra entre las manadas habían sido ellos y se decía que aún su manada tenía tan estúpidas reglas que o presa an a todos aquellos que no siguieran las "reglas" de un lobo.

Que no actuarán como un animal salvajes, según su punto de vista. Y era asqueroso pero en ese momento estaba demasiado concentrado pensando en lo idiota que era su madre como para ponerle atención al camino.

De nuevo, debió fijarse. Cuando se dio cuanta ya estaba rodeado de lobos, unos gigantescos y mucho más entrenados para el combate que la mayoría de guardias en su clan.

Tragó grueso, una posición de defensa analizando a cada lobo, unos de pelajes blancos y otros cafés pero el que llamó su atención fue el más grande de todos y con pelaje oscuro y detalles rubios, le pareció bastante extraño.

Sus ojos azules analizando cómo si lo fuese a comer y Jimin realmente pensó que era así en el momento dado. Sólo pudo mal decir antes de que uno de ellos, el grande, hablara.

—Miren nada más que tenemos aquí, parece que un cachorro se alejó de su manada — su voz era fuerte y le hizo estremecer cuando se acercó a él aún en su forma de lobo. Jimin juntó las cejas.

—¿Quién diablos eres tú?

Los lobos a su alrededor gruñeron, sus olores haciéndose más fuertes al ver que Jimin no mostraba signos de sumisión y no lo haría.

No mostraría el cuello a ningún bastardo, pero eso al parecer no le molesto al lobo de pelaje de doble color, el cuál únicamente parecía divertido con la situación.

Jimin gruñó, Preciado que lo estaba subestimando.

—Creo que estás equivocado, chico lindo. Aquí el que hace las preguntas soy yo, porque si no lo has notado, estás invadiendo terreno enemigo ¿Eres del clan Min? ¿Qué demonios haces en el territorio de Kim Taehyung?

Fue hasta ese momento que se dio cuenta de su estupidez, maldiciendo por dentro por ser tan descuidado.

Mierda, mierda, mierda. Estaba en la peor posición de todas. Un fuerte golpe lo sacó de su ensoñación haciéndolo caer sobre el húmedo césped y la última imagen que vio fue la del hombre de ojos rojos y sonrisa sádica viéndolo desde arriba.

*
—¡Despierta bastardo! — ese golpe en su cabeza lo hizo despertar de inmediato.

Estaba totalmente desorientado encontrándose en medio de una sala con varios lobos, viéndolo de arriba a abajo. Jimin maldijo al ver el símbolo del clan Kim tras el hombre que él conocía de vista, Kim Taehyung, líder de la manada y el lobo más fuerte de todos.