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Seo Joon

Fue rápido, activo su dominio en menos de un segundo y tomó el cuello de su padre con tanta fuerza que sintió su tráquea romperse y la sangre manchar su rostro.

Lo alzó para lanzarlo lejos de Hoseok.

El hombre no se podía mover, los ojos negros fijos en él con pánico, casi sin creer que lo hubiese superando en el uso de su propio dominio.

Cuando lo desactivó fue como si hubiesen pasado minutos para él y para todos ahí segundo. Jimin ayudó a Hobi a levantarse, la mejilla roja de los golpes de Haeihyung y la cabeza con sangre. Todos llevaron la mirada a donde Taehyung golpeaba a su padre una y otra y otra vez, rompiendo la carne y los huesos, haciendo que el cuerpo bajo él temblara.

Con tanta fuerza que la nieve se levantaba y el suelo se rompía.

—Está muerto... — susurró Yoongi, cayendo de rodillas, la mirada devolviéndose al cuerpo de Seo Joon con las manos temblando.— Al igual que Seo Joon...

Nam frunció el ceño.— Seo Joon...

El brujo abrió la boca, pero antes de poder sollozar otra vez por el consejero, todo el aire se enfrió por completo y ninguno se pudo mover, ni siquiera Taehyung.

Este temblaba de ira y confusión, uno de los ojos de su padre lo miraba, su rostro deformado apenas y se regeneraba, pero su boca pudo susurrar aquello que lo congeló.

—Extensión de Dominio: Negación.

Fue como si todo su aire se fuese, no se podía mover, no podía si quiera hablar bien. Pudo notar que para todos era así.

Hoseok lo miraba totalmente congelado con la mirada llena de lágrimas.

—¿Creíste de verdad que renaciendo como maldición no tendría un nuevo dominio? — se burló, disfrutando del rostro lleno de pánico de su hijo.

Fue rápido, tomó el cuelo del castaño y cambió su posición con él de una manera que ahora Haeihyung que apresaba el cuello, tan fuerte que su hijo tosió sangre.

—¡Taehyung! — gritó Hobi con desesperación.

Se obligó a caminar, a hacer algo, pero no podía, la desesperación comenzó a llenar su cuerpo y apenas y se pudo arrastrar por la nieve.

Haeihyung sonrió, viéndolo con lastima.

—Negación impide que desobedezcas mis órdenes, aún así, lo intentas — dijo sonriente, el cabello castaño oscuro manchado de sangre.— Tan tenaz como la perra de su madre, pero tengo que agradecerle, permitió enseñarme lo que un Kim trasformado en maldición puede hacer.

Estuvo a punto de quebrar de Taehyung como si fuese cristal cuando Jungkook cayó del cielo, con su rostro contra la nieve tan fuerte que la sangre salpicó de nuevo fuera de él.

Cuando el rubio no se pudo mover, pero, Taehyung si, fue que este entendió. Gruñó, tomando de nuevo el cuello de su padre el cual lo detuvo de nuevo, pero Jungkook se movió tratando de golpearlo de nueva cuenta y al detenerlo, Namjoon pudo moverse y fueron segundos los que aprovechó, tomó una de sus espadas y la lanzó hacia Taehyung quien la enterró en la cabeza de su padre.

No podía detener a más de cinco personas, cuando controlaba a otro tenía que liberar a uno más aleatoriamente.

—Amano Sakahako: te obliga a cancelar todas las técnicas malditas — dijo Namjoon, la sangre bajando de su frente y los ojos fijos en la maldición.— Un regalo de Seo Joon hyung...

El amariza de dolor apareció de nuevo y todos pudieron moverse. Los árboles temblaron por el odio en la voz de Kim Haeihyung al verse totalmente derrotado.