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Festival

La tarde cayó y con eso el primer día del festival Lunar, sus pequeños correteaban por todo el lugar con sus amigos. Kimonos nuevos de color amarillo y naranja respectivamente envolviendo sus cuerpos, una manzana acaramelada manchaba sus bocas que formaban sonrisas bajo la risa de las personas a su alrededor.

Todos vendían comida, historias, juegos o música. Los lobos que tanto tiempo se acostumbraron a ver con expresiones de miedo o sufrimiento estaban juntos en el pueblo; con las luces de las lámparas iluminando sus rostros, la nieve sirviendo de un suave piso para sus sandalias y los copos de nieve logrando que los cabellos se tornaron blancos.

Hoseok quería llorar sentado en una de las bancas del lugar, varias personas que se habían abstenido de saludarle en esos dos años haciéndolo de nuevo, murmurando gracias o simplemente regalando una sonrisa. Los guerreros que protegían las puertas de la manada reían entre ellos con las espadas fuera de alcance.

Lobos como él paseaban libres y, sobre todo, los niños ya no tenían esa expresión de miedo.

—Esto es hermoso — dijo Jin. Hoseok asintió a ello, sentando a su lado con las manos descansando en su regazo. Jimin hablaba con sus padres y su hermano en una de las mesas del lugar.

—Lo es, lo extraño mucho.

—El festival lunar es una tradición que no debimos perder — dijo Namjoon, el enojo palpable en su voz.

—No la perderemos otra vez — sonrió el de cabello blanco, en ese momento bajó su mirada a su regazo. Podía notar los sentimientos de Taehyung inundando los suyos incluso si sabía que estaba caminando alrededor del clan preguntando si todo estaba bien, la gratitud, la tristeza, arrepentimiento, pero sobre todo felicidad. Se alegró de que todo estuviera yendo bien.

—Jungkook está peleando — soltó Nam.

Hoseok rio, sus ojos dirigiéndose a su hermano en medio de un grupo de personas que vociferaban a los peleadores. Era una pelea amistosa, sin usar poderes y ganaban dinero.

—Espero que guarde ese dinero para Juwon — los tres rieron bajito, las mejillas rosadas por el frío antes de que Kota llegará a su regazo casi cayéndose en la nieve.

—¡Papi, más mancanas dulces! — limpió sus mejillas llenas de dulce y asintió.

Se despidió de unos tranquilos Namjoon y SeokJin que comenzaron a hablar entre ellos, le dio mucha tranquilidad ver al de cabello morado tan tranquilo. Las ojeras y el sufrimiento en su expresión casi inexistentes, podía notar que Namjoon guardaba su espacio aún. De pie a su lado en la banca, ambos viendo la nieve caer mientras susurraban palabras.

—¡Vamos papi, rápido!

—Ya voy.

A veces le daba miedo sentirse tan feliz.

*

—¿Embarazado? — Jimin asintió, la mano sobre su vientre.

Taehyung había invitado a su familia al festival alegando que era imposible que todos volvieran de una vez a su clan. Jimin dudaba aún si regresar o no, una parte de él le gritaba que donde estuviera su familia estaba su hogar... entonces ¿Por qué el pensamiento de no volver a ver a Hoseok y los demás le dolía? ¿Por qué demonios su corazón se estrujaba cuando pensaba en no ver más los lamentosos intentos de Jungkook por ganar su perdón?

—Si, Jeon Jungkook es el padre — Jeongin asintió, con una dulce sonrisa en su rostro que le sorprendió.

—Me alegro por ti, amor, tu padre también lo está ¿Verdad, Chris?

El mencionado vio a su pareja alzando la ceja, pero la expresión de seriedad en el rostro de Jongin logró hacerlo suspirar.— Pudo ser alguien mejor, pero si, supongo — su segundo padre sonrió y Christopher no dudó en depositar un beso en sus labios, que lo avergonzaba.