Meet our babies.

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—Taehyung-ah — la voz de Hoseok le hizo notar sus manos temblando.
El chico limpió sus lágrimas y la sangre que bajaba de su cabeza y manchaba su rostro. Una triste sonrisa adorno su rostro.— Estará bien.

El asintió, ocultando su rostro en el cuello de Hobi de nuevo, dejándose llevar por su aroma, maldiciendo una y otra vez toda esa situación.

Maldiciendo a su padre mil veces más.

*

De a poco las personas pudieron salir y Taehyung tomó el cuerpo de du hermano entre sus brazos, enterrándolo frente a la mayoría del clan en donde se suponía que siempre enterraban a los miembros del clan gobernante.

Todavía lleno d e sangre, todavía a minutos de haber estado entre la vida y la muerte, los aullidos que se lanzaron al cielo ahora nocturno debido a la muerte de un hombre tan amado, fueron muchos.

Los pequeños aferrados a sus madres, algunos lobos dando refugio a otros que habían perdido su hogar en la pelea, creando pequeños refugios con sabana y demás para al menos pasar la noche. Comida, lágrimas y dolor siendo compartidos.

Hoseok limpió sus lágrimas con la sonrisa amable de Seo Joon siempre presente en su rostro le permitio el caminar a donde había sido enterrarlo al lado de la casona del clan Kim, con la nieve de a poco rellenando el agujero que antes había estado vacío.

—Seo Joon-ah... por favor, descansa en paz — apenas y pudo susurrar.

Sus dedos se incrustaron en su piel con fuerza. Jimin estaba unos metros alejado, pero pudo notar el inmenso dolor que todos ahí estaban sintiendo.

Seo Joon fue una de las únicas personas que le ayudó en su momento, el único de una u otra manera que había servido como guía para todos ellos.

Los sollozos del clan e incluso de Jungkook, que temblaba a su lado con la mirada gacha, repitiéndose una y otra vez que había llegado demasiado tarde, no le sorprendieron.

Taehyung estaba al lado de Hoseok, la mirada negra de un tono más frío que nunca. Una parte de su corazón perdiéndose con el hombre que lo había criado y con las lágrimas de Hoseok. Namjoon no estaba ahí porque estaba siendo tratado junto a Yoongi, pero juraba que podía escuchar sus sollozos también.

Sería una noche larga.

Fue hasta más entrada la noche, con ellos ya bañados y cambiado con yukatas limpias, que Joong-ki, SeokJin y Jackson llegaron.

Hobi corrió a donde estaban sus pequeños que, al verlo, lloraron.

—¡Papi! — dijeron cada uno, las lágrimas bajando grande por sus mejillas.

Kota y Sorae lo albarazos con fuerza, sus mejillas sonrojadas y el olor ahora tranquilo de refugiarse en el de Hoseok.

—Papi, tío Joong-ki nos cuido — Sorae asintió rápido, corriendo a donde su hermano estaba para tomarlo de la mano.

Tanto SeokJin como Jackson analizaron preocupado la situación.

—Y a Rae woonie y Eun youngnie también — el mayor agregó.

Taehyung se acercó a ellos, la mirada centrada en los gemelos entre los brazos de Joong-ki. Hoseok sonrió, poniéndose de pie antes de caminar a donde estaba su hermano.

—Joong-ki hyung... gracias — susurró. El chico mitad maldición negó, una mirada amable en su expresión antes de darle con cuidado a sus hijos.

El peli blanco casi quiso ponerse a llorar de nuevo de ver a sus dos bebés aferrar las manos a su kimono, las mejillas rosadas y los ojos cerrados, dormidos en el aroma de su papi.

No tardó en caminar a donde estaba Tae, él dio un paso atrás que le preocupó.

—Taehyung-ah...

El castaño evadió la mirada por un momento, uno en que Hoseok sonrió entendiendo, al ver que era más para controlar el tumulto de sentimientos que estaba sintiendo y no por miedo.

No había miedo ahí, sólo amor. Era lo único que podía sentir en su lado cuando Taehyung acortó la distancia con él y acarició la mejilla de su hija.

—Son hermosos.

—Eun young — le presentó Hoseok a su única hija de pocos cabellos castaños oscuro.— Y Rae woo.

Su otro varón de cabello algo más largo, ondulado y desordenado, típico de un Kim.

Eran perfectos.

Y lo eran. Sus pequeñitos sin duda eran lindo y muy atentos, en cuanto olieron es a nueva esencia que tantas veces había estado cerca de su papi, comenzaron a removerse; acercándose más a donde la mano de Taehyung estaba.

Hoseok rio bajito, Kota y Sorae viendo cómo grandes ojos curiosos a su papá conociendo a sus hermanitos.

—Parece que ahora tengo dos copitos de nieve más — sonrió.

Kota dio un pequeño salto diciendo "¡Si!" Y el mayor infló sus mejillas, un poco avergonzado de que su papá lo llamara copito. Hobi sólo pudo sonreír más grande, después de tanta sangre, después de tantas lágrimas, al fin, al fin tenia a su familia unida.

Jackson se acercó a Jimin con delicadeza, dándole a un muy despistado Juwon que parecía tener un puchero en su expresión y muchas lágrimas en sus ojos negros.

—Estuvo llorando mucho, no quiso nada de ningún biberón.

Una risa vino del lado de Jimin, Jungkook no tardó en besar la frente de aquel pequeñito que le había donado el corazón apenas vio al médico del clan tráelo hacia ellos.

Una manta de color vainilla cuidándolo del frío y aquel mini kimono que le había regalado a Jimin, adornando su pequeño cuerpo.

Era más que hermoso. Los ojos de Jungkook sólo vieron perfección.

—Este animal es tú papá, Juwon.

El bebé parecía interesado con el hombre que lo veía como si fuese la cosa más linda del mundo.

—Juwon — susurró Jungkook, con el cariño desbordando en su tono.

El azabache suspiró, acariciando el cabello negro de su pequeño con una mano cuando pegó su frente con la de su hijo.

El niño lo miraba con sus ojos oscuros medió abiertos, antes de bostezar largo. Quería dormirse, pero a la vez luchaba por no hacerlo.

—Juwon, al parecer igual de terco que Jimishi.

—¿Ah? Eso lo sacó de ti.

El lobo tatuado rio, acariciando la mejilla de su bebé.— Y lo hermoso de ti.

Jimin evadió la mirada, concentrándose en la imagen de un Jungkook tan embelesado por Juwon que le dio ternura; casi con miedo de tocarlo, apenas y rozando su dedo al bebé.

Cuando el azabache le dio a Juwon en brazos y las lágrimas comenzaron a resbalar, ninguno dijo nada.

No fue necesario, Jungkook juró en ese momento, con su bebé en brazo y Jimin al frente, que fue la primera vez en mucho tiempo en la que sintió que tenía una familia.

*
SeokJin corrió con lágrimas en los ojos, Jackson iba tras él, ambos con un mismo destino en el cuarto en donde estaba Namjoon.

Namjoon quien se suponía había sido herido de seriedad. Además de la muerte de Seo Joon. Jin sabía el enorme cariño que el moreno le tenía al consejero, el haberlo perdido probablemente le había lastimado demasiado.

Jadeó, no podía morir. Namjoon no podía morir, no cuando tenía que decirlo que ya tenía una respuesta para la pregunta que le había hecho hacía un mes.

No cuando tenía que decirle que sería papá.

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