Civil war

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Jimin aspiró todo lo que pudo el humo del cigarrillo dentro de sus pulmones, pasando por su garganta y quemando de una manera placentera su tráquea. Las hojas de los árboles bajos su pies crujían con cada paso que daba en su nervioso vaivén.

Pero ¿Cómo no estarlo? Se suponía que debía de haberse ido directo a su clan desde hacía días, pero ese hombre, Felix Lee, seguía insistiendo en que descansaran por unos dos días más antes de que hiciera el viaje con Hoseok.

Había algo en él, algo en ese hombre que se incrustaba en su corazón en desconfianza. La manera en que veían a Hobi, era la principal.

Su amigo no se daba cuenta porque realmente nunca fue la oveja más lista del rebaño, pero ese hombre siempre lo veía con una intensa necesidad.

Lo peor es que no sabía si era sexual o de otro tipo, pero era un mirar penetrante y calculador. Observando con sumo cuidado cualquier acción que Hoseok, o en todo caso, sus hijos, podrían estar haciendo. Pero gracias al cielo que esos pequeños eran mucho más perspicaces que su padre y se alejaban de Felix todo lo que podían.

—Deja esa cosa, por favor...

Rodó los ojos y asintió. Inhalando lo último de ese cigarrillo antes de soltarlo, matándolo bajo su zapatilla hasta casi no dejar nada.

—Lo lamento — Jin negó.

Odiaba el humo del cigarrillo, interrumpía con la concentración que siempre tenía para controlar los sonidos que salían de su garganta. La habilidad de SeokJin era hacer dormir a las personas con cualquier palabra que saliera de su boca, lo controlaba, si, pero solo si se concentraba lo suficiente.

Muchas veces no podía controlarlo y por ello era considerado débil, además de que era un arma de doble filo, si lo utilizaba demasiado podría llegar a consumir bastante su energía, tal y como sucedió la noche que escaparon.

Jimin trataba de no fumar cerca de él, pero el jodido estrés era demasiado. Se sentó en una de las bajadas del corredor y llevó una mano a su mejilla, el sabor del cigarro siempre le recordaba a Jungkook.

Por el muy bastardo fue que había tomado esa jodida adicción, siempre que lo besaba o que estaba cerca de él apestaba a cigarro. La nicotina afectando sus nervios neuronales logrando que de alguna jodida manera él comenzará a pedirle cigarrillos a Jungkook.

*

El rubio accedió a pasarle uno en alguna de sus muchas noches con él. Y si, Jungkook llegó a reírse de Jimin una o dos veces al ver su vago intento de fumar. Se ahogó las primeras veces, luego de eso no necesito instrucciones del rubio y se dio cuenta que esa fue la única vez en donde pudo estar con Jungkook sin gritos ni golpes.

—Mi madre era hermosa, Jimin. Tenía una sonrisa contagiosa, como Hoseok y un carácter del demonio... como yo — dio una calada a su cigarrillo.— El bastardo de mi padre la mató porque creía que le estaba siendo infiel con otro.

El azabache no dijo nada, pero por dentro pensó que Jungkook era un cobarde. Estaba haciendo lo mismo que odio ver a su padre hacer con su madre, pero parecía que ni se daba cuenta.

—Hoseok y yo logramos escapar porque utilicé mi poder por primera vez — Sonrió sin gracia.—  Siempre supe que mi destino era ser tan hijo de puta como él.

—Y... ¿Quieres? — Jungkook se volteó a verlo.— ¿Será así? ¿Quieres?

Jungkook no le dijo nada, solo unió sus bocas en uno de esos besos en donde el sabor de la nicotina era compartida por ambos. Uno de esos raros momentos en donde Jimin si le correspondió y el otro se vio confundido por ello.

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