Capitulo 7 · Clifton menor

43 4 0
                                    

Capitulo 7 - Clifton menor.

El destino había jugado un papel importante en el encuentro de dos seres. Todo estuvo a favor para qué entre miles de estudiantes ellos se conocieran en un momento idóneo.

Suerte, magia, coincidencia o destino. Llámenlo como sea pero había sucedido y ese hecho era irrefutable.

La joven de cabello dorado vio en la cartelera algo que llamó su atención. Un plática u taller sobre «expresión artística».

A pesar de llevar una carrera científica eso no la limitaba, a ella también le interesaba el arte. Para ella la vida sin arte era vacía, sobria y gris. Sin el arte no habían sentimientos y sin sentimientos no había vida.

No podía entender a las personas que jamás se detenían a apreciar el arte. Creía que el arte era como la materia, no se creaba, ni se destruía; solo se transformaba. Todos tenían sentimientos que eran la base del arte y al expresarlos una obra nacía, una obra que ya existía pero que estaba encerrada u oculta en el interior de alguien... y aunque está expresión fuera incinerada aún seguiría existiendo, porque el sentimiento se había expresado y transmitido a otros creando así más arte. Aunque una obra muriese siempre habría algo que recordar. Podían quemarla, romperla e incluso ocultarla pero jamás desaparecería por completo. Una vez que una obra nace las emociones que transmita seguirán ahí, como un recuerdo o una historia.

Luego de su última clase fue al auditorio donde se daría el taller. Llegó un poco tarde, unos diez minutos pero tuvo que cruzar toda la facultad para poder llegar.

Cómo siempre algunas personas la vieron entrar, Giane tenía un aura que robaba la atención en donde fuera que pisase. «Eso era su condena»

La persona encargada de impartir la clase no se detuvo por su presencia, el hombre continúo hablando como sí nada. Estaba muy centrado.

Avilt se sentó en una de las filas vacías. Su asiento estaba entre las filas del medio, cuando todos estaban sentados en el frente.

Comenzó a escuchar con detalle cada palabra del hombre que hablaba con emoción sobre el tema.

«Esta aquí».

Clifton había notado la entrada de Giane al auditorio, lucía tan bien como siempre. Cuarenta minutos transcurriendo en miradas periódicas de soslayo.

Cuando el profesor estaba a minutos de terminar él se levantó y se sentó al lado de ella sin nada de disimulo. En voz bajo comenzó una conversación.

—Me gusta como aborda los temas.

—Sí, hace todo interesante.

Giane le dió la razón, había quedado enganchada con la forma tan dinámica con la que el profesor explicaba, se sentía como una plática relajada entre colegas; algo no muy común.

—Siempre vengo a este tipo de talleres y nunca te había visto ¿Eres nueva?

Fingió no saber nada de ella cuando conocía muchos detalles de su vida.

—Tengo un par de semanas aquí. Estaba cursando al otro lado del país. —ella no solía soltar información así pero él le dió confianza.

Era un chico muy contemporáneo a ella, su cabello sin duda era algo para observar más de una vez con detalle. Su base era castaña naturalmente y las puntas eran negras teñidas, un toque sutil. Su corte era medio así que si melena no estaba baja, tenia un buen corte. Lucia refinado, su tez clara contrastaba perfectamente con sus ojos marrones. Unas suaves ojeras tenían lugar en el contorno de sus ojos.

La obsesión de los Clifton ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora