Así Soy // Fast and Furious / Deckard Shaw

Last One

- Si, ya te dije, nos invitó a una cena familiar, y me duele decir que el estúpido de Shaw está invitado - lamentaba Luke Hobbs desde el otro lado del celular.

- Pues te recuerdo que el "estúpido" para tu maldita desgracia se volvió parte de esta familia... - me interrumpe.

- Después de que te embarazó - termina lo que no iba a decir, pero si lo veía de esa forma no importaba.

- Han pasado 19 años ya superalo - en el celular reviso que hora es para decirle a los demás que se arreglen para la cena. En el momento que estaba a punto de colgarle escucho una voz femenina muy conocida enojada por el desastre que él causó en la cocina haciendo sus batidos asquerosos - ¿Juegas a la casa de muñecas con Hattie - creo que era algo que se veía venir.

- Si yo también te amo At - corta la llamada así nada más.

Miro la pantalla del celular un segundo.

No soy idiota

Desde el momento que nacieron las niñas, su manera de actuar era extraña cuando se encontraban en una misma habitación junto a alguien más.

A veces Sam cuenta que llega a casa antes que él, algo raro pensando que Luke prefiere tener vigilada a su hija para que no lleve ningún chico a coger.

Dejo de pensar en ellos, ya qué sólo tengo 2 horas para arreglarme.

Me acerco al gimnasio de la casa, Deckard está ahí, golpeando un saco con rabia.

¿Por qué?

Porque él es así, a veces se levanta de mal humor y ya, sin motivos. No quiero que pase toda su vida de mal humor, menos si por un impulso puede decirle algo a las niñas que las hiera, porque a veces ellas son muy fastidiosas, no quiero eso.

Me recuesto en el marco de la entrada viéndolo golpear el saco para boxear, me quedo un rato en esa posición y él sabe que estoy ahí pero no deja sus movimientos.

- No estoy para nadie - es una clara invitación a que te vayas a la mierda, pero sin que te sientas mal.

Hago como si no escuché y me acerco a él hasta estar al lado del saco.

- Y no me veas así - sonrio victoriosa porque sé que lo estoy logrando, debilitando el mal humor.

Intenta volver a golpear pero yo me concentro en él. Tomo sus dos puños que iban a impactar contra el saco de boxeo y los mantengo ahí mientras veo su aspecto a más detalle.

Su frente sudorosa igual que sus brazos, con su respiración un poco agitada, hace que salgan a flote pensamientos algo lujuriosos.

Suelto sus puños para meter mi mano dentro de su suéter para sentir sus abdominales.

-¿Qué quieres? - poso mi dedo índice encima de sus labios haciéndolo callar de inmediato, vuelvo a tocarlo, esta vez con mis dos manos, lentamente voy levantando su suéter, él solo alza los brazos para que se me haga más fácil la tarea.

Se la quito y vuelvo a repasar mis manos sobre su cuerpo, al igual que con los ojos hasta llegar a los suyos, acerco mis labios y él se inclina para poder llegar a los míos.

Lo detengo.

- Vete a bañar, iremos a una cena - camino hacia la salida del gimnasio.

-¿Me vas a dejar así nada más? - grita.

- Ya lo hice -

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Repaso mi vestido verde satinado por última vez, con pocas joyas, pero muy elegantes y costosas.