aRe YoU sAtIsFiEd¿ (Dreamnotfound)

¿Amigos?

Después del fin de semana George regresó renovado. Se le veía más calmado, más serio, más neutro, como el George de antes. No se le veía la intención de querer insultarle a Dream, ni las ganas de golpearle a la cara. Estaba más sereno.

—¿Muy lindo el retiro religioso? —bromeó Dream al verlo entrar.

George lo ignoró y eso solo aumento sus sospechas de que George estaba siendo el mismo de siempre.

—Es para ti —George le extendió una caja preciosamente forrada en un papel negro—. De parte de mi familia.

—¿Así que les dijiste que era tu compañero de cuarto? Sabía que te agradaba.

—No me agradas y no les dije quién era mi compañero de cuarto. Solo lo hacen por educación.

Y ahí regresó el George que demostraba lo mucho que lo detestaba.

—Entonces así se siente tener amigos de clase alta.

—No somos amigos.

—No, no lo somos, pero debe sentirse así. ¿Nunca tuviste amigos? Quiero confirmar mis sospechas.

George rodó sus ojos y Dream no escondió su sonrisa.

Desenvolvió cuidadosamente la envoltura y antes de abrir la caja sintió una fuerte fragancia.

—Un perfume de los caros —dijo Dream asombrado—. Gracias. Podré ligar muy bien con esto.

Dream se echó un poco en el cuello y se acercó a George.

—¿Qué tal huele?

—Aléjate de mí. Hueles horrible.

—Yo sé que te gusta.

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Las semanas pasaban y Dream notaba cada semana como el comportamiento de George cambiaba. Cada vez era mucho más descuidado, dormía en algunas clases y salía mucho de la habitación.

No era algo muy notorio, pero Dream que lo había conocido prácticamente toda su vida, sabía que algo estaba pasando.

—¿Son estas horas de llegar?

—¿Quién eres? ¿Mi papá?

—Puedes decirme papi si quieres.

—Eres asqueroso.

—Sí, sí, lo que digas. ¿Dónde estabas?

—En la biblioteca —dice George vagamente sentándose frente a su escritorio.

—La biblioteca cierra a las nueve y treinta, ya van a ser las doce, George.

—¿Y?

—¡Y dices que has ido a la biblioteca, pero regresas aquí a seguir estudiando! ¡No tiene sentido!

George se limita a mantenerse callado y ordenar su escritorio para tener un buen espacio para estudiar.

—Has estado durmiéndote en las clases.

—Me aburren. Son muy sencillas.

—¿Y si son muy sencillas por qué reprobaste la prueba de esta semana?

Dream le muestra su prueba y George verifica que ahí está su nombre. ¿De verdad Dream se había dado la molestia de buscar entre sus cosas esa prueba que la había arrugado y escondido en lo más profundo del cajón de su escritorio?

—No debería importarte mi vida. Más bien deberías estar feliz que te dejo el camino fácil.

—No es divertido si me dejas las cosas fáciles. Quiero una verdadera competencia.

—Hay muchos que son muy buenos.

—Tú eres mejor que ellos.

—Gracias. Ya lo sé —dice George esbozando una sonrisa.

—¿Qué te pasa, George? Tú no eras así.

—Solo me cansé de esforzarme tanto y quiero darme un descanso.

—Voy a fingir que te creo, pero te estaré vigilando.

—Haz lo que quieras. Yo ya te dije la verdad.

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Como Dream dijo iba a vigilarlo. Tenía que enterarse de la verdad como dé lugar. No tenía sentido competir con otra persona que no fuera George.

Así fue como cada noche se quedaba por el campus vigilando los alrededores con tal de encontrar a George. La universidad era enorme, por lo que había muchos lugares donde George podría estar. Fue a la biblioteca como él decía que estaba y no estaba allí. Fue de aula en aula buscándolo hasta que lo encontró en una esquina hablando con alguien. Se le veía entretenido. A duras penas pudo distinguirlo ya que la luz era muy escasa.

Había una chica con él. No podía deducir si su acercamiento era puramente amistoso o había algo más. George se mantenía a una distancia prudente, pero la chica se veía mucho más cariñosa.

Escuchó unos pasos acercándose y los vio salir corriendo y Dream hizo lo mismo, pero hacia otra dirección para que no lo descubrieran.

Al otro día logró reconocer a la misma chica con la que estaba hablando George gracias a su silueta. Era idéntica. Solo que ya no estaba hablando con George, estaba hablando con Quackity.

Vio como ambos se distanciaron y se acercó a preguntar.

—Es amiga tuya —le preguntó Dream a Quackity.

—No está disponible por si te interesa y tampoco te la voy a presentar.

—No es mi tipo. Solo quería preguntar unas cositas... Espera. Dijiste que no estaba disponible ¿verdad?

—Eso dije.

—¿Con quién está saliendo?

—Con George. ¿No lo sabes? Creí que eran amigos.

—No, no lo somos. ¡Gracias, te debo una!

Dream salió corriendo a su próxima clase y por suerte se encontró con George.

—Así que el pequeño George está de novio ¿eh?

—¿Cuál es tu problema?

—Entonces la razón por la que llegas a horas tan tarde de la noche es porque lo estás haciendo con ella.

—¿Haciendo qué?

—Tú sabes a lo que me refiero.

—Claro que no.

George mostró una cara de asco que le causó mucha gracia a Dream.

—Era de esperarse de ti. Seguro ni siquiera te has atrevido a besarla.

—¿Y eso a ti qué?

—¿De verdad te gusta esa chica o solo sales con ella para impresionarme?

—¿Por qué intentaría impresionarte?

—No sé, pero no parece gustarte ella.

—No es tu asunto.