Dos extraños

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—...Y mi mamá decía "Corre y trae al abuelo" yo corrí y... ¿Por qué esto se siente tan blando?

—Es tu cama.

—Mi cama es tan... cómoda y suave como el trasero de un bebé. ¿Te imaginas dormir en una cama de traseros de bebés?

Dream esboza una risa al oír las tonterías de Quackity.

—¿Lo drogaste? —le preguntó Dream a Wilbur.

—Creo que no tolera bien el alcohol.

Wilbur dejó a Quackity en su cama y lo arropó antes de irse.

—¿Te molesta si me quedo? —le preguntó Wilbur.

—Con tal de no hacerme cargo de él está bien. ¿Quieres dormir en mi cama?

—El suelo no parece ser tan incómodo —dijo Wilbur recostándose en el piso—. No pensé que siguieras despierto.

—Supongo que aún no me agarra el sueño.

Wilbur asintió con la cabeza.

Sin Quackity balbuceando estupideces el ambiente es silencioso. Ambos apenas se conocen y no hay una conexión verdadera entre los dos.

—Te fuiste muy temprano.

—No me gusta hacer de mal tercio. Son tal para cual ustedes dos.

—Supongo... Estuvieron diciendo en la fiesta que te peleaste con George afuera. ¿Estás bien?

—No quiero hablar de esto, Wilbur.

—Cuando George regresó solo se quedó un rato y luego se fue. Pensé que había ido a buscarte.

—No hay razón para que me busque. No me quiere en su vida.

Eso era lo que creía Dream, pero al día siguiente lo vio. Era sábado y se suponía que los sábados iba a casa de sus padres, mas ahora estaba caminando hacia Dream.

Dream se dio la vuelta y comenzó a alejarse con el miedo de que George lo golpeara.

—¡Dream, no vayas tan rápido! ¡Quiero hablar contigo!

Dream se detuvo hasta que George estuvo a la par de él.

—Sígueme.

George lo llevó hasta su habitación en la que por suerte no estaba Wilbur. Cerró la puerta tras de sí y se sentó al borde de su cama.

—Perdón —dijo George—. Perdón por alejarme sin decirte nada, pero tenía miedo. Después de que mi madre nos encontrará pues... ya sabes... Las cosas no estuvieron muy bien en casa.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Ya te lo dije, tenía miedo. Mis padres me tienen en la mira, cualquier cosa que haga y no les parezca correcta van a tratar de corregirlo. Desearía morir ahora mismo. He intentado convencerme de que también me atraen las mujeres, pero no importa a cuantas veces ni a cuentas toque, nada se compara a cuando lo hago contigo. Eso está mal.

—No está mal, George. Lo que está mal es utilizar a una persona solo para encajar.

—Quiero ser normal, Dream.

—Ya lo eres.

—No... Aún te amo.

El corazón de Dream se aceleró al escuchar esas palabras. Lo sabía. La forma rota en la que lo había dicho no cambiaba nada, George lo seguía amando y eso era suficiente para él.

—Yo también te amo.

—No. No se supone que esto sea así. Quiero hacer feliz a mis padres y tú solo lo arruinas.

—¿Por qué quieres hacer felices a las personas que te quitan tu felicidad? ¿Por qué no hacer lo que te hace feliz? Deja de pensar en otros y piensa en ti.

—Lo dices como si fuera fácil. Claro. Como tú nunca has sentido dar tu mayor esfuerzo y que aún así tus padres no te digan que están orgullosos de ti. Como nunca te han comparado con tu hermana haciendo sentir el ser más inútil del universo. Como nunca has trasnochado por días y aún así no obtuviste una nota perfecta. Como nunca te han golpeado, gritado y humillado mientras te repetían una y otra vez el mismo párrafo hasta que te lo supieras de memoria. Puede que para ti sea fácil ir en busca de tu felicidad, pero para mí no. Estoy destinado a vivir en mi miseria.

Dream se queda callado sin saber qué decir. No, no ha experimentado nada de eso. A sus padres ni siquiera les importaba que sacará notas perfectas, con que no reprobara y no se metiera en problemas estarían más que felices.

—Perdón.

—No hay razón por la que debas disculparte. No es tu culpa que mis padres no me quieran.

—¿...Qué es lo que quieres?

—No lo sé. Tal vez una pizza —dijo George mediante una risita infantil.

—¿Una pizza? ¿Te drogaron o algo?

—¿Qué hay de malo con una pizza?

—No tiene nada de malo solo que... No es algo que dirías tú.

—Solo estoy tratando de fijar mis pensamientos en otro lado.

—Ya vengo.

Dream salió de la habitación de George y fue a hacer una llamada.

Cuando minutos después vio a Dream regresar con una caja de pizza sintió como si alguien le hubiera golpeado el pecho, tal vez la culpa. ¿Cómo es que Dream era tan bueno con él? Después de haberlo ignorado tanto, aún seguía a su lado.

—¿Por qué estás llorando? —le preguntó Dream preocupado dejando la pizza sobre el escritorio.

—Gracias. No merezco nada de esto, pero gracias.

—Mereces esto y mucho más.

—Esa pizza es por todo tu esfuerzo. Tal vez no tenga la menor idea de lo que es sentirse ser tú, pero sé que no es fácil. Estoy orgulloso de todo lo que has logrado.

—Por favor, basta.

—Lo estás haciendo bien.

—No, Dream, basta.

—Eres un chico muy inteligente.

—En serio basta.

—Te amo.

—Yo también, pero no puedo...

—Está bien. No te estoy pidiendo nada, George. Solo quiero que sepas que te amo. Vamos a comer la pizza antes de que se enfríe ¿sí?

George asintió con la cabeza sin querer decir nada más con el miedo de empeorar todo de nuevo. Ya habría otro momento para hablar sobre eso.

aRe YoU sAtIsFiEd¿ (Dreamnotfound)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora