Olvidar

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Los padres de Dream llegaron enseguida en el auto. Se veían tan felices de que George haya aparecido y eso le dolió porque nunca vería la misma felicidad en sus padres.

—Ven, George, sube. Te llevaremos a tu casa —le dijo el padre de George amablemente.

George miró a Dream esperando que él hablase.

—Le dije a George que podía quedarse en nuestra casa en lo que quedaba del fin de semana.

—Sus padres deben estar preocupados.

—Mamá, por favor.

—Bien, suban. En cuanto lleguemos a casa George le marcará a sus padres que se queda en nuestra casa.

—Gracias, mamá. Te amo.

Dream le abrió la puerta y George fue el primero en entrar.

La casa de Dream quedaba muy lejos de la suya. Recorrieron calles por las que nunca había pasado porque estaban muy alejadas de casa.

Aún cuando nadie hablaba y lo único que se escuchaba era la radio el ambiente era muy cálido. Aquellas personas que apenas conocía lo hacían sentir más cómodo de lo que su familia lo fue. Se notaba que eran los padres de Dream. Personas relajadas, amables, pero con sus límites. Hubiera deseado tener una familia así.

—¿En qué piensas? —le susurró Dream.

—En nada.

—Quería conocer a tu hermana.

George volteó su cabeza hacia Dream drásticamente.

—¿Qué?

—Es que casi no hablas de ella y me causaba curiosidad. ¿Se parece a ti?

—Toda mi familia dice que somos muy parecidos, solo que ella es un poco más bajita. ¿Tú no tienes hermanos?

—Tengo una hermanita.

—¿Cómo es ella?

—Ya la conocerás.

El auto se detuvo frente a una casa y George vio como una chica salía de la casa.

—¿Qué tal, cariño? ¿Te divertiste?

—El abuelo me regaló este libro. Toma, Dream, creo que te sirve más a ti que a mí —le dijo la chica pasando el libro por la ventana—. Oh... ¿Han adoptado a un chico?

—Es George.

—Sube al auto, Drista. Está haciendo frío afuera.

Drista subió al auto y se sentó al lado de su hermana.

—Hola, George. Hace tiempo que no escucho de ti. Sin Dream en casa todo es muy tranquilo.

—Ya me lo imagino.

—¿Y qué haces aquí? No digo que sea malo, pero...

—Drista, no le hagas muchas preguntas.

—————————

Dream lo guío hasta su habitación que ahora estaba invadida por las cosas de Drista.

—Wow, me voy unos meses y esto le hacen a mi pieza.

—Yo pienso que es lindo.

—Sí. Viéndolo bien no queda tan mal.

—Tu hermana me agrada, es como tú, pero más chiquita y en versión mujer. Tienen la misma energía.

—Lo sé.

Llegó la hora de dormir y ambos se quedaron viendo la cama de Dream como si no supieran quién debería dormir ahí.

aRe YoU sAtIsFiEd¿ (Dreamnotfound)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora