aRe YoU sAtIsFiEd¿ (Dreamnotfound)

A half good, half bad, half boy

Nadie podía negar el gran atractivo que tenía George. Si bien el no era el tipo de persona que lo daba a lucir, no era necesario que lo hiciera. Su belleza era imposible de no ser apreciada. Rasgos finos, delicados con el suficiente toque masculino para hacer caer a cualquiera.

Podría salir con la chica que deseara y esta no dudaría en caer a sus pies, así que no le fue difícil encontrar a alguien así para pasar el rato en la fiesta. Mejor dicho, ni siquiera tuvo que buscarla sino que ella fue hacia él.

Sus pasos tambaleantes y el aliento de la pobre chica denotaba su grave estado de embriaguez. Sus manos frías comenzaron a buscar calor en el cuerpo de George que no tardó en retorcerse del asco. La chica era linda, pero le causaba náuseas tenerla cerca. No le gustaba el toque frío de sus manos ni la forma en la que tiraba de su corbata.

-¿Tienes novia?

-No -respondió George alejándola un poco.

-¿Qué hace un chico tan lindo como tú solito en este lugar?

La chica ya estaba frente suyo de rodillas jugando con el cinturón de George. En un intento de huir de aquel incómodo momento logró encontrarse con los ojos de Dream viendo en su dirección. No podía huir o Dream se burlaría.

-Estoy buscando un poco de diversión -le dijo George tomando delicadamente la barbilla de la chica.

-Creo que puedo ayudarte.

George le ayudó a la chica a levantarse y empezó a besarla con desespero. Tenía miedo a que notara la torpeza de sus labios. Era la primera vez que besaba a alguien y quizá no era la manera que lo había imaginado.

Dream lo seguía viendo. Veía como se besaba con una chica cualquiera y eso era suficiente para imponer respeto, porque entre peor trata un chico a una mujer más venerado es con sus allegados.

-Podemos ir a mi habitación -murmuró la chica sobre los labios de George.

-Vamos.

Apenas abandonaron la fiesta, George abandonó a la chica. No quería nada con ella, solo quería demostrarle a Dream que no era aburrido y eso ya lo había hecho.

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-¡Buenos días, dormilón! Si no despiertas vas a llegar tarde a tus clases -le dijo Dream desde la puerta de su habitación.

-¿¡Qué!? ¿¡Qué hora es!?

-Nueve y cincuenta y dos.

-¡Mierda, mierda, mierda!

-Despertamos bravos ¿eh?

George comenzó a ir de un lugar a otro mientras que Dream lo observaba con detenimiento.

-¿¡Qué mierda haces ahí parado!? ¡Muévete!

-Es sábado, George. Hoy no tienes clase.

George paró en seco y volteó a ver a Dream lentamente que estaba matándose de risa en su cara.

-Ójala te jodan -le dijo George sentándose al borde de su cama.

-Ójala -Dream se sentó al lado de George-. ¿Y qué tal la fiesta? ¿Te divertiste mucho?

-Más de lo que te imaginas.

-Pues para dejar a la chica tirada en medio de la nada no creo que haya sido mucha diversión ¿o me equivoco?

-¿Qué mierda te importa?

-Esta mañana has despertado muy grosero. ¿Quieres que te lave la boquita con jabón?

-¿Qué quieres, Clay?

-Nada. Solo me daba gracia como parecía que nunca habías tocado a una mujer. Espera. Tú nunca has tocado a una mujer ¿o me equivoco?

-¿Por qué no me dejas en paz?

-Me encanta molestarte. Eres mi fuente más grande de entretenimiento y hoy no tengo nada que hacer.

-Pues yo sí.

George se levantó y empezó a ordenar sus cosas y a vestirse. Había acordado con su familia que los fines de semana iría a casa para pasarlo con ellos y regresaría el domingo por la noche.

-¿Te vas?

-Para tu suerte y la mía, sí.

-Pero yo quiero que te quedes.

-No me importa lo que quieras.

-Ya lo sé... Más te vale que cubras ese cuello, no querrás que tus padres armen un escándalo en cuanto te vean.

-¿Por qué me cubriría el... -George logra divisarse en el espejo y ve una marca roja muy brillante en su cuello-. ¿En qué momento...?

Dream se encoge de hombros.

-Al parecer si te divertiste un poco.

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George ya se había marchado y la habitación se sentía sola. Ya no se escuchaba el trazo del lápiz, el golpe de la regla, ni mucho menos el pase de las páginas. Todo era un completo silencio.

La mayoría de los que vivían en el campus se iban los fines de semana, pero Dream no estaba dentro de ellos.

Estaba sentado al borde de uno de los balcones del tercer piso apreciando la hermosa vista que había allá abajo.

-¿¡Estás loco!? ¡Vas a caerte! -escuchó a alguien gritar detrás suyo.

-No voy a caerme a menos que alguien me empuje.

-Bájate de ahí, me pones nervioso.

Dream bajó del balcón y volteó a ver al pobre chico asustadizo.

-A ti yo te conozco -le dijo Dream tratando de recordar su nombre-. ¿Axel?

-Alex o Quackity.

-Quackity, nos vimos una vez en las olimpiadas de matemáticas en la secundaria. Tercer lugar ¿no?

-Sí. Creo que ya te recuerdo. Obtuviste el segundo lugar y tu amigo el primero.

-Sí, George obtuvo el primer lugar ese año. No pensé encontrarte en esta universidad.

-Aquí están los mejores. Tal vez no sea el mejor en números, pero las letras son lo mío.

-Me encanta que no seamos competencia. Soy Dream, fue un placer hablar contigo, pero debo irme.

-Hasta luego, Dream. No te mates. Sé que puede ser difícil ser un segundo lugar, pero no vale la pena matarse.

-¡Ja! Segundo lugar -murmuró Dream mientras se alejaba-. ¡Qué imbécil!