Otra vez

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Todo parecía mejorar con el tiempo. Incluso se podría decir que volvieron a un poco después del principio, donde toleraban el uno al otro e incluso disfrutaban su compañía.

Si bien George llevaba algunos cursos atrasados, los cursos que aún llevaban juntos disfrutaban sentarse al lado del otro.

Más que una competitividad, ahora era una amistad. Y Dream empezaba a añorar esos viejos tiempos donde disfrutaba ver a George molestarse porque había sacado una milésima más en su práctica que él sin haber estudiado.

—George —lo llamó en voz baja sin recibir nada más que una rápida ojeada—. George, no me ignores.

—¿Qué quieres? —murmuró sin dejar de anotar lo que decía el docente.

—Tu atención.

—Claro —dijo George sonriendo con una media sonrisa que intentaba esconder—. Tú solo quieres distraerme. Te conozco, Dream.

—Entonces eres un nerd de nuevo.

—¿Nerd no es una palabra muy anticuada? Preferiría ser llamado alguien centrado.

—Pues céntrate en mí.

—¿Estás intentando coquetear conmigo?

—Pensé que eras más inteligente. ¿Cómo es que recién te das cuenta?

Lo único que dio por respuesta fue una sonrisa y volvió a ignorarlo para prestar atención a la clase.

...

Los fines de semana eran iguales a antes. George iba a casa de sus padres el viernes y regresaba el domingo por la noche o al menos así era hasta ese fin de semana.

Dream paseaba por los pasillos del edificio de los dormitorios y aprovechando que todo estaba vacío recitaba poseía en voz alta dándole una entonación demasiada exagerada. Hasta que vio la figura de los padres de George acercándose a él junto al rector de su sede.

—¿¡Dónde está!? —le preguntó la madre de George sin escrúpulos.

—No lo sé. ¿No se supone que está con ustedes?

—¿¡Lo ves con nosotros!?

El rector se interpuso entre la madre y Dream antes de que se empezara alguna pelea entre los dos.

—Clay, los padres de George me han informado sobre su desaparecimiento. La última persona que lo vio dentro de la universidad has sido tú. ¿No sabes dónde podría haber ido?

—No. La última vez que hablamos fue hace seis horas casi. Él no me dijo nada.

—¡Eres un mentiroso! —le gritó la madre—. ¡Sabes dónde está mi hijo!

—No lo sé, pero me gustaría saberlo. George no huye sin razón alguna. Si ha desaparecido es por algo y seguramente ustedes están involucrados.

Dream se alejó de ellos para llamar a George recibiendo gritos de los padres de George que intentaban ser calmados por el rector.

Justo cuando está por llamarlo, George lo hace primer.

—¿Dónde estás? —preguntó Dream con total preocupación.

—En la veterinaria.

—¿Qué haces allí?

—Encontré unos gatitos en una caja en la calle y estaban en muy mal estado, así que los lleve a una veterinaria. ¿Quieres uno? No sé si mis padres me dejen adoptar a todos.

—George, tus padres te están buscando. Han venido hasta la universidad creyendo que estabas conmigo.

Hubo un silencio en la llamada.

—¿Qué pasa, George?

—Nada.

—Te has quedado callado. ¿Está todo bien? Puedes contarme cualquier cosa ¿sabes?

—Espera tengo que ir a revisar cómo están los gatitos. Hablamos después.

—¿En qué veterinaria estás?

George colgó la llamada y Dream sintió el impulso de tirar su teléfono. Volteó a ver al rector y los padres de George con una sonrisa incómoda.

—Dijo que estaba en una veterinaria.

...

—¿¡Cuál es tu maldito problema!?

—¡Solo quería hacer una buena acción!

—¿¡Sin siquiera llamarnos de que ibas a tardar!?

—¡Soy un adulto, madre!

George sostuvo la caja con los gatitos fuertemente con el miedo de que su madre se los arrebatara.

—¡Pues compórtate como tal y deja de huir de nosotros como si fuéramos monstruos!

—¡Ustedes son monstruos! ¡Me han arruinado la vida!

Su padre se acercó hacia él con el ceño fruncido y con un aire dominante que le provocó escalofríos.

—Voy a hacer como que no escuché nada de lo que has dicho sobre nosotros y te voy a dar la oportunidad de disculparte.

George negó con la cabeza levemente.

—Si no te disculpas ahora mismo no solo te perjudicas a ti, sino también a tu amiguito.

—¿Dream? Él no tiene nada que ver en esto.

—Todo empeoró cuando empezaste a ser su amigo ¿o me equivoco? Él te ha convertido en algo que no eras. ¿Dónde está mi hijo que era el mejor de su clase, qué sobresalía encima de todos, que era muy inteligente y obediente? ¿Dónde está él?

—Muerto. Se cansó de ser su trofeo que podían presumir. Lo siento por no ser capaz de seguir cumpliendo sus estándares.

George salió de la veterinaria teniendo cuidado de no lastimar a los gatitos. Se encontró con Dream en la esquina de la calle como si estuviera esperando que saliera corriendo por allí.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Eres muy predecible, George. Cuando no puedes con algo, huyes. Es tu forma de sobrellevar tus problemas.

—¿Estás del lado de mis padres? ¿Cuánto te han pagado? —George volteó a todas partes asegurándose de que nadie lo persiguiera.

—Tranquilízate, George. Estoy aquí, a tu lado. Solo no huyas de mí, por favor. Es lo único que te pido.

—¿Cómo es que sigues siendo tan bueno conmigo?

—Te amo.

Las mejillas de George se sonrojaron, pero casi no se notaba en la oscura noche. Hubo un silencio donde no se escuchaba más que el sonido de los gatitos intentando caminar en la caja. Dream mantenía su vista en sus propios pies sin saber a dónde guiar esa conversación, pero George si sabía qué hacer. Había algo en la forma en que su corazón latía que le estaba gritando al oído las palabras que debía pronunciar.

—Yo también te amo.

Al instante la risa de Dream rompió con aquel silencio y recibieron extrañas miradas de las personas que pasaban por allí.

—¿Por qué te ríes?

—Eres muy gay —dijo Dream sin dejar de sonreír—. Me encantas.

aRe YoU sAtIsFiEd¿ (Dreamnotfound)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora