Rebelión

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—¡Por favor, George, ayúdame! —le gruta Dream, empujando la puerta.

—Lo siento. Tengo clases.

George se marcha, dejándolo allí solo encerrado. Aquello solo era el mínimo dolor que Dream podría sufrir a comparación de lo que él estaba viviendo. No sería el fin del mundo por quedarse unas horas encerrado.

Cuando Fundy regresa, no tiene el tiempo ni la fuerza para escapar cuando nuevamente cierra la puerta.

—¡Eres un monstruo! —le grita Dream—. ¡Eres un imbécil, un completo idiota! ¡Te vas a podrir en el infierno! —le dice mientras lo acorrala contra la pared.

Fundy no hace nada más que reírse. Intenta golpearlo, pero lo detiene.

—¿¡Qué mal te he hecho para que me odies!?

—Oh cariño —le dice en un tono suave besándole la mejilla.

—¡No me toques, maldito psicópata!

—Es que eres tan tierno y tan ingenuo para creer que tu vida sería solo felicidad —ahora es Fundy quien lo acorrala—. ¿De verdad creías que me acerqué a ti para que me ayudaras con las clases? ¿Nunca has escuchado mi nombre antes? Seguramente no. A nadie le importa los terceros.

Fundy lo tiene tomado de la barbilla obligando que lo mire a los ojos.

—No solo sé todo sobre ti, sino que también sé todo sobre George. Y no sabes lo mucho que me alegré al enterarme que George había dejado la carrera. El semestre pasado me posicioné entre el segundo mejor de la carrera y, ¡oh sorpresa! ¿Quién es el primero? Tú.

—¡Estás enfermo de la cabeza!

—Solo quiero ser el mejor y no me queda de otra que quitar a mi competencia del juego. Gracias por hacerme las cosas tan fáciles.

—Se lo diré a todos y estarás muerto, ¿sabes? Van a expulsarte y nunca llegarás a llegarme ni a los talones.

—Esperemos que te crean. No les conviene ni a la universidad ni a ti que me expulsen. Tú no me conoces, pero soy capaz de llevar esto a juicio y no creas en la mierda de la justicia, aquí gana el que más dinero posee y dudo que seas tú. Y primero intenta salir de aquí.

Fundy vuelve a irse dejándolo encerrado nuevamente.

...

Pasan casi dos horas cuando escucha la puerta nuevamente. Ese chico por ninguna parte era Fundy. Era un chico mucho más bajito que él que se asustó al verlo. Supuso que era el compañero de habitación de Fundy.

El chico no dejaba de verlo sin decir nada.

—Nesecito que me ayudes —le dijo Dream—. Fundy está loco y me ha encerrado aquí para que no pudiera dar mi examen, se ha robado mis trabajos y mis proyectos. Hay que decírselo a todos.

El chico sigue sin decir nada.

—¿No vas a decir nada? ¿Fundy te obligó a estar callado? No te preocupes vamos a vengarnos.

Dream lo arrastró al pobre chico por los pasillos hasta llegar donde el rector.

—Buenas tardes, rector. Disculpe la molestia, pero tenemos una queja de uno de los estudiantes. Su nombre es Fundy. Va en el cuarto ciclo conmigo en la carrera de Ciencias de la Computación. Lo acuso por robo de trabajos, proyectos, e incluso me encerró todo el día para no dar mis exámenes. Además, a este pobre chico le ha obligado a que se quede callado.

—¿Callahan? Él es mudo.

—¿Qué? ¿Por qué no me lo dijiste?

Callahan se golpea con la palma de su mano en la cara.

—Bien. ¿Tienes pruebas de lo demás?

—Soy un estudiante de excelencia, siempre entrego mis trabajos. Últimamente no he entregado ninguno y se lo puede preguntar a cualquiera de los docentes.

—¿No será que solo no quisiste hacer los trabajos?

—Se lo juro que no.

—Déjeme hablar con el joven Fundy, y si tiene alguna prueba me avisa.

—Lo haré.

—Callahan, ¿tú necesitas algo?

Niega con la cabeza y se retira.

Apenas salen de la oficina, Dream le da un golpe cariñoso en la nuca.

—¿Por qué no me dijiste que eras mudo? Ahora me va a tachar de loco.

Callahan se encogió de hombros.

...

Al fin de mes George fue a la casa de los padres de Dream a recoger todas sus cosas que se habían quedado. Por sorpresa de encontró a Dream ahí también.

—Buenas noches —saludó George a la madre de Dream—. Vengo a llevarme mis cosas.

—¿Por qué, cariño? ¿Ya encontraste un mejor lugar?

—Las cosas con Clay no están bien. Puede preguntárselo si quiere más detalles. Igualmente muchas gracias por su hospitalidad y lamento no haber venido antes.

—Muchas gracias a ti también, George. Lamento mucho que ya no estén juntos.

—No importa.

Entró a la habitación de Dream donde estaban sus cosas y lo encontró allí. Intentó no hacer ningún tipo de contacto visual.

—George, quiero hablar contigo.

—Solo vengo por mis cosas.

—Es sobre Fundy. Por favor, escúchame un momento. Fundy es una horrible persona. Necesito que me ayudes.

George empezó a guardar sus cosas en la mochila sin prestarle atención a Dream.

—No lo hago solo por mí, sino por ti también. Está haciendo hasta lo imposible para ser el mejor de nuestra generación.

—No me importa, Dream. Ya no intento ser el mejor. Solo quiero terminar mis estudios y ya.

—¡George, por favor! ¡Tú no eres así!

Termina de guardar todo y se pone la mochila al hombro.

—¿Dónde está el chico que le encantaba competir conmigo? ¿Dónde está el chico que decía odiarme, pero que me amaba con locura?

—Ese chico maduró y es un adulto que tiene más responsabilidades que solo estudiar.

Le cierra la puerta en la cara y se siente tan impotente porque se da cuenta que lo ha arruinado todo y nunca volverá a ser nada como antes. Porque George nunca lo perdonará y nunca volverán a ser tan jóvenes como lo fueron.

—Clay, ¿podemos hablar? —le pregunta su madre.

aRe YoU sAtIsFiEd¿ (Dreamnotfound)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora