Traitor

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Ese mismo fin de semana tuvo la sinvergüenza de ir a casa de sus padres para visitar a George. Quería asegurarse de que estuviera bien y que no le haya pasado nada malo en su ausencia.

Llegó a la casa un poco tarde. Las luces ya estaban apagadas y probablemente todos estaban ya durmiendo, fue a su habitación que ahora ocupaba George y lo vio dormir ahí.

Se quitó los zapatos y se acostó al lado de él.

—Te extrañé —le susurró al oído, abrazándolo bajo las mantas.

Vio como George se movía ligeramente.

—¿Dream? Volviste.

A pesar de que estaba muy oscuro supo que estaba sonriendo.

—Yo también te extrañé.

—Me alegra escuchar eso. Hablamos mañana, ¿sí? Ahora descansa.

Ambos se quedaron dormidos felices de verse nuevamente, quizá George un poco más que Dream.

...

Al día siguiente despertó con Dream acariciando su torso lo que le producía cosquillas.

—¿Qué haces? —preguntó en medio de risas.

—Te extrañé demasiado. He estado estudiando muy duro y creo que merezco un premio.

—Yo también he estado trabajando muy duro.

—Entonces queremos lo mismo.

Dream empezó a subirle la camiseta del pijama hasta quitársela por completo. Lo besaba con gran intensidad y dejaba cortos besos alrededor de su rostro lo que le hacía reír. Bajaba por su dorso hasta llegar a sus pantalones que rápidamente fueron bajados.

Para estar iguales, George fue el que empezó a desvestir lo notando algo raro. Había una marca rojiza casi mirada cerca de su clavícula. Dream notó como se detuvo.

—¿Qué pasa?

—Nada.

Tal vez no era lo que estaba pensando. Dream no era esa clase de chicos. Él le era completamente fiel y obviamente no había estado con otro mientras estaban saliendo. Al menos eso quería creer.

Ambos estaban solo en ropa interior ahora. Dream frotaba su erección en el trasero de George mientras le susurraba cosas al oído, no cosas obsceno, sino cosas dulces que le hacían cada vez creer que Dream era un buen hombre.

—Te amo, George. Lo has estado haciendo muy bien. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Poco a poco iba bajando la ropa interior de George hasta dejarlo a la altura de sus rodillas. George se frotaba su erección contra la cama al tener las manos de Dream sobre las suyas.

Suelta gemidos que hacen imposible la tarea de resistirse para Dream. Por lo que abre el cajón de su mesita de noche y busca el lubricante.

—Está sobre el escritorio —admite George con vergüenza.

—¿Qué hace ahí?

—Solo quise moverlo de sitio.

En realidad no era mentira, le era más cómodo tenerlo ahí cuando estaba solo.

Dream quitó completamente su ropa interior dejando que cayera al suelo y dejó que el lubricante se esparciera sobre su miembro con ayuda de su mano.

George abrió sus piernas sin que se lo dije y se rió un poco por eso.

—Me extrañaste mucho, ¿eh?

—Idiota.

Habían cosas que extrañaba cuando Dream no estaba, entre unas tantas era tener relaciones sexuales. Por eso eran especiales cuando el volvía. Le hacía recordar que todo ese tiempo se espera había valido la pena y que Dream seguía siendo suyo. Pero ella solo era una cosa de las muchas que le gustaban de Dream. Le gustaban sus bromas, su intelecto, la forma en que mostraba su cariño tan fácilmente, lo bien que se llevaba con su familia, su risa, sus abrazos y millones de cosas más que podía contar hasta que la voz se le acabe. No había persona que lo complementará tan bien como Dream lo hacía.

...

En aquella relación, Dream no era el único que guardaba secretos, George también lo hacía, solo que los suyos no tenían tanta gravedad. Había estado ahorrando y en unos meses tendría lo suficiente para pagar el siguiente semestre en la universidad y tal vez podría regresar.

Quería que fuera sorpresa para Dream. No podía imaginar lo feliz que él estaría cuando lo viera ahí de vuelta.

—George se ha portado muy bien en tu ausencia —le dijo su padre a Dream.

—Ya me lo imagino. Es mi chico perfecto —dijo, besándolo en frente de todos.

—Son unos asquerosos —les dijo Drista.

Dream besó a George de nuevo solo para molestar a su hermana.

—¡Mamá!

—Déjalos. Algún tú estarás igual con tu pareja.

—No es cierto.

Amaba la familia de Dream, y aunque a veces se sentía una carga, ellos nunca se lo habían dicho o dado a entender. Siempre se veían felices cuando regresaba a casa del trabajo y le preguntaban cómo le había ido el día. Le hubiera gustado nacer en una familia así. Ahora ellos eran su familia.

...

—¡Dreamy! —lo llamó Fundy caminando aceleradamente hasta llegar a su lado—. Muchas gracias por tu ayuda. Creo que he hecho bien la prueba de hoy día, pero me gustaría que me explicaras un ejercicio que no logré resolver.

—Claro, no hay ningún problema. Tengo aún dos clases más y luego estaré en mi habitación.

—Bien, muchas gracias.

Su siguiente clase la tenían juntos. Matemáticas III era la clase que más se le dificultaba a Fundy y agradecía que Dream estuviera en su misma clase.

Esta vez se sentó a su lado. A Dream le pareció bien. Era más fácil explicarle si estaba a su lado que atrás suyo.

En medio de la clase, Fundy puso su mano sobre la suya. Vio como este le sonreía y le sonrió de vuelta.

Luego su mano se posó sobre su muslo acariciándolo con el pulgar.

—¿Qué haces? —le preguntó Dream riendo nerviosamente.

—¿Vamos a los baños?

—¿Para qué?

Fundy agarró sus cosas y las de Dream, metiéndolas en su mochila y salió de la clase. Dream lo siguió hasta los baños.

—Me gustas —le confesó Fundy dentro de uno de los cubículos.

Empezó a besarlo sin dejarlo decir nada. Dream le siguió el juego.

Lo suyo no era algo serio, él no sentía nada por Fundy. Eso no estaba mal, ¿verdad?

aRe YoU sAtIsFiEd¿ (Dreamnotfound)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora