Capítulo 14

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Valtiel miraba la televisión con aburrimiento como cada tarde en espera de Jace, el demonio comía una bolsa de frituras mientras veía el contenido de la plasma. De vez en cuando se levantaba para mirar por las ventanas pero no veía llegar a Jace, un poco desesperado le llamó al teléfono, pero no obtuvo respuesta.

—¿Estará en alguna junta?.— se preguntó mientras le mandaba un mensaje.

Volvió a tomar asiento en la sala, sin embargo ahora no podía dejar de mirar su celular; la preocupación aumentó cuando paso una hora y aún no obtenía respuesta de su novio.

—Sera mejor que lo localice psíquicamente.— se dirigió al segundo piso y tomó una prenda de Jace.

Caminó al baño para estar frente al espejo, iluminó sus ojos y conjuró en una lengua que sólo él podía hablar. El espejo no mostraba nada, a este punto Valtiel tenía un mal presentimiento; soltó la prenda y en un par de segundos ya se hallaba en la escuela donde Jace trabajaba.

Caminó por todo el complejo pero ya no había rastro de alumnos y sólo se encontraban pocos profesores, sacó su celular y volvió a mirar el contacto de Jace pero ni siquiera había recibido el mensaje. Buscó a Cosette para preguntarle, un timbre, dos timbres y por fin alguien contestó, pero no era ella.

—¿Cosette?— dijo Valtiel.

—Oh, ella no se encuentra en estos momentos ¿Desea dejarle algún mensaje?.— dijo una voz masculina.

—Cuando se encuentre desocupada ¿Le podría decir que me regresé la llamada? Soy Evan, un amigo suyo.— le pidió el demonio.

—Me temo que eso va a ser imposible.— parecía como si la voz estuviese conteniendo su risa.— Yo no le doy mensajes a humanos muertos.— finalmente rió.

Valtiel se quedó en silencio, no sabía de qué se trataba eso. Sólo podía escuchar la risa de la otra persona en la bocina del celular; la desesperación se apoderó de él, volvió nuevamente a su casa y arrojó el celular con fuerza al suelo, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y apretaba los puños con fuerza. Sabía que algo malo le había pasado a Jace también pero no tenía idea de dónde buscarlo, corrió hacia la entrada y la abrió de golpe, una pequeña nota cayó al suelo, éste la recogió y se trataba de una dirección, al final de la nota había una gran A en cursiva.

—¿"A"? Quién esté detrás de todo esto va a lamentarlo....— apretó Valtiel la nota y la tiró al suelo.

Al no saber la dirección tuvo que sacar su motocicleta y dirigirse al lugar. En el trascurso estuvo pensando en esa voz y lo que había dicho, su ira aumentaba cada vez que recordaba la risa de esa persona. No procesaba el hecho de que Cosette estuviese supuestamente muerta, de ser así no imaginaba la condición en la que estaría Jace, múltiples preguntas comenzaron a originarse en su mente, de quién se trataba era la principal. Había terminado con Aamon, ningún otro demonio se había atrevido a enfrentarse a él,  era tan desconocido para él aquel ser quien se había entrometido nuevamente a sus vidas.

Bajó del vehículo dejándolo a un costado del edificio, dió un vistazo mentalmente a todo el lugar pero esté era imposible de mirar, tal vez porque se trataba de un lugar sagrado. Se acercó a la pared y la atravesó para ingresar al gran vestíbulo de la iglesia, nadie se hallaba ahí, sólo un silencio que pronto fue interrumpido por las primeras gotas en el cielo. La gran lluvia había comenzado, Valtiel estaba alerta mirando en cada rincón; se acercó a una gran puerta que daba paso al gran salón donde permanecian las bancas, los vitrales con imágenes religiosas y la tarima para predicar la palabra de Dios. El escenario era de alguna manera extraño, un demonio entrando a la iglesia; en la primera banca se encontraban dos siluetas sentadas, lucían como una pareja; Valtiel se acercó a ambos.

—¡¿Dónde está Jace?!.— dijo en un tono amenazante, sus ojos se iluminaron.

—¿De qué hablas caballero?.— la primer silueta se dió la vuelta, Valtiel notó que era Mary, la mujer de la pareja religiosa.

El demonio cerró los ojos para que evitasen ver la luz que emanaba de ellos.

—D-Disculpe ¿No han visto a mi pareja por aquí?.— dijo con un tono más tranquilo, incluso avergonzado.

—Deja de fingir, ser maldito, estoy cansado de verte actuar de esa manera.— dijo nuevamente la mujer.

—¿De qué hab...?— soltó Valtiel sin llegar a terminar.

La supuesta pareja comenzó a cambiar, tanto de vestimenta como de rasgos, sus grandes alas se desplegaron ocasionando una ligera ventisca.

—¡¿Arcángeles?! ¡¿QUÉ MIERDA LE HICIERON A jACE?!.— gritó Valtiel con furia.

—Nosotros no le hemos hecho nada a tu humano, sin embargo, pagará las consecuencias por haberse involucrado con una criatura infernal como tú.—  se cruzó de brazos Azrael.

—VAN A LAMENTAR LO QUE LE HICIERON A COSETTE.— Los amenazantes ojos demoníacos de Valtiel volvieron a brillar.

—¿Cosette? ¿Quién es ella?.— murmuró Raziel al oído de Azrael.

—¡¿Qué?! ¡¿Acaso van a negar que le hicieron algo?!.— exclamó el demonio.

—Esos malditos involucraron a más humanos... Será mejor que terminemos esto antes de que haya más afectados.— dijo Azrael sin cambiar su estado de ánimo.

—¿Hablas de esta amiga?.— otra voz se escuchó detrás.

Un objeto fue lanzado provocando un sonido húmedo al impactarse con el suelo, la larga cabellera rubia cubría las facciones de Cosette. Valtiel miraba esto anonadado al igual que los arcángeles, un par de aplausos se escucharon de donde había provenido el lanzamiento.

—Es una gran reunión, sin duda alguna está será una excelente noche ¿No es así, Valtiel?.— pronunció la voz con alegría.

Todos dirigieron su vista al dueño de la voz, Agares sonreía sádicamente mientras miraba el rostro de Valtiel, era surrealista, era el principio de un crudo final.

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