Tras el fracaso que había sido aquella cena con sus nuevos vecinos, ambos llegaron a casa nuevamente y en silencio; el demonio caminó rápidamente a la cocina tomando el recipiente que le había dado Mary con galletas para tirarlo con agresividad a la basura.
-¡¿PERO QUE SE CREE ESA ESTUPIDA?!.- gritó Valtiel con fuerza.
-No grites, nos pueden escuchar.- le reclamo su novio rápidamente.
-¡¿Qué no grite Jace?! ¡¿Si acabas de ver y escuchar lo que dijo esa imbécil verdad?! .- exclamó.
-Si, pero debes de entender Valtiel que no todos piensan igual que tú.- respondió Jace.
-¿Entonces debo de soportar todo lo que nos dijo? No puedes invitar a tu casa a gente que ni siquiera conoces solo para decir tu estúpida forma de pensar, es como dejar que te humillen. Me extraña de ti Jace, tú eres aquí el humano así que deberías de saber muy bien eso.- aunque Valtiel había bajado el volumen seguía estando molesto.
El humano estaba por decir algo pero lo que Valtiel le había dicho era cierto, ya que su naturaleza era pacifista desde pequeño; Jace nunca se metía en problemas a pesar de los insultos que recibía por parte de sus compañeros. La agresividad y el conflicto no eran parte de su ADN, sin embargo la injusticia era algo que no podía tolerar. Comprendía el enojo de Valtiel y poco a poco su mente entendía el porque se había molestado por los comentarios de Mary, más allá de lo religioso Jace sabía que su novio sobrenatural debatía para defenderlo a él que por defender sus ideas.
-Tranquilizate Valtiel...- el humano se mostraba más sumiso.
-No voy a volver a pisar esa maldita casa ni mucho menos hablar con esa gente. En verdad los aborrezco ¿Tal vez debería...?.- sus ojos se iluminaron del rojo característico.
-¡No! No lo hagas Valtiel, aunque fueron unos estúpidos no se merecen eso.- Jace se alteró un poco.- Mejor olvidemoslo y salgamos a cenar ¿Qué te parece?.-
El demonio miró a Jace por unos segundos con los brazos cruzados y expresión sería, finalmente soltó un suspiro pesado para darse la vuelta e ir a las escaleras.
-No...me iré a duchar. Si quieres entrar a la bañera conmigo dejaré la puerta abierta.- Valtiel comenzó a subir los escalones.
Jace permaneció de pie mientras miraba a su pareja irse del sitio, caminó a la cocina para encender la tetera y servirse un té de manzanilla pues un ligero dolor de cabeza comenzaba a darle molestias. Una vez que el profesor terminó su bebida se quedó en la cocina unos cuantos minutos más, era incómodo cuando él y Valtiel llegaban a pelear para luego tener que dormir juntos; por lo regular quien siempre pedía perdón era el demonio ya fuera por su actitud o alguna acción que irritaba a Jace. Sin embargo esta vez Jace era el que se sentía culpable por la discusión, su orgullo en esos momentos no existía y sabía que tenía que arreglar las cosas tarde o temprano, se dirigió al cuarto donde siempre dormían y vio a su pareja recostado en la cama mientras miraba el techo con las manos detrás de la nuca, éste al ver a Jace no se movió y siguió contemplando el techo.
El humano al notar esto se sintió aún peor por lo que minutos antes había ocurrido, comenzó a quitarse la ropa en silencio y cuando éste bajaba sus pantalones miró rápidamente por el rabillo del ojo como Valtiel desviaba su mirada ante el espectáculo que le estaba ofreciendo. Fue entonces cuando Jace recordó que a Valtiel le gustaba verlo ponerse el pijama pues a palabras de éste era algo sexy que no se cansaba de ver todas las noches; sonrió pícaramente sin que el demonio lo viera y se quitó completamente la prenda mientras la arrojaba a un lado quedando solo en sus boxers.
-¿Te gusta lo que ves?.- soltó al aire Jace con tono seductor.
No obtuvo respuesta, por un momento creyó que Valtiel se había quedado dormido o había perdido el interés por el enojo que aún sentía. Inclinó un poco la cabeza para ver sobre su hombro y se dió cuenta que el ser sobrenatural seguía observándolo con completa atención, la situación comenzaba a tornarse excitante para Jace por lo que un calor comenzó a emanar de sus mejillas y poco a poco sentía como su miembro se marcaba cada vez más en su prenda.
Eran múltiples las veces que ambos tenían relaciones pero si algo sentía Jace era cuando no solo tenían que tocarse y terminar; al recién docente le ocasionaba más placer cuando comenzaban a seducirse como dos animales a punto de aparearse. Jace se dió la vuelta y notó en la mirada de su novio que la exitacion también se presentaba en él, se acercó lentamente a la cama y casi al instante Valtiel apartó el edredón de su cuerpo para mostrar su torso desnudo y un bulto marcado en el pantalón de su pijama.
-Antes de que hagamos esto...te quiero pedir una disculpa por lo que dije.- Jace se sentó a la orilla de la cama.
Tras el abrupto cambio de actitud en Jace el demonio se levantó y se sentó en la cama con una mirada un poco preocupada.
-Tienes razón, no puedo permitir que la gente pase sobre mi...aunque siempre viví sumisamente para evitar los problemas no me daba cuenta que solo me hacía daño yo mismo. No dejaré que las personas mes hagan sentir mal solo por tener gustos y pensamientos distintos.- musitó Jace con honestidad, sonrió ligeramente ya que decirlo le quitaba una presión en el pecho.
Valtiel también sonrió, acercó su mano a la de él y la levantó para darle un beso en la misma con ternura.
-Te amo Jace y no dejaré que te hagan sentir mal, tú me tienes a mí y yo a ti.- esto último le ocasionó un escalofrío a Jace.
Ambos se acercaron para besarse, el gesto tomó profundidad a tal grado que Jace yacía encima de Valtiel. Se seguían besando pero ahora el demonio bajaba sus pantalones para estar casi desnudos, sus miembros chocaban entre si lo que ocasionaba gemidos por parte de ambos; tanto Jace como Valtiel se desprendieron de la última ropa que les quedaba para poder intimar cómodamente.
-Ahora déjame hacer todo el trabajo como castigo.- le sonrió Jace a Valtiel, el demonio lo miró con extrañeza pero mantenía su sonrisa.
El humano bajó al torso de Valtiel y comenzó a dar pequeños besos, al estar cerca del miembro miró a su demonio quien observaba la escena con asombro y deseo, éste tomó el cabello de Jace y lo acercó al latente miembro para que se lo introdujera a la boca. Obedeciendo a su instinto transcurrieron los minutos más placenteros para Valtiel, en ningún momento había cambiado la posición de estar mirando hacia el techo. Jace como lo había prometido se encargó de hacer todo mientras su amado soltaba gemidos que a Jace le gustaba callar con besos, después de terminar ambos se recostaron en la cama.
-Ahora tendré que ducharme de nuevo.- le dijo Valtiel a un exhausto pero complacido Jace.
-Me temo que tendrás que hacerme espacio en la regadera caballero.- lo miró el humano antes de darle otro beso.
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Penumbra
ParanormalLa oscuridad del pasado regresa para manifestarse en una obsesión que quiere venganza a toda costa. ¿Podrá esa luz tenue proteger a quien más ama Valtiel?.