Capítulo 15

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—¿A..Agares?— musitó dubitativo Valtiel.

—¿Te sorprende? Pfff claro que te debe de sorprender, después de todo tú fuiste quien me abandonó ¿No es así?.— el demonio recién llegado soltó una corta risa.

—¡¿Tú estás detrás de todo esto?! ¡¿DÓNDE ESTA JACE Y QUE MIERDA LE HICIERON A COSETTE?!.— Valtiel iluminó sus ojos y de él comenzó a emanar el humo, estaba iniciando su transformación.

—Yo no lo haría si fuera tú, demonio.— Azrael y Raziel se le acercaron rápidamente apoyando sus respectivas espadas celestiales en el cuello del demonio.— Haz ocasionado muchos problemas en el mundo terrenal Valtiel, es momento de que pagues por todo, es momento de que pierdas tu existencia.

—¿Acaso ahora los arcángeles ayudan a los demonios vengativos?Parece que me he perdido de muchas cosas...— soltó Valtiel con sarcasmo.

—Oh, no te equivoques Valtiel, mi trabajo es desaparecer a su especie, sólo la palabra de Dios padre debe de ser escuchada.— comentó Azrael con orgullo.

—Espero que no olviden su parte del trato.— les dirigió la mirada Agares a los arcángeles.

—Seguro...— volvió a decir Azrael con una sonrisa, sólo él sabía la verdad.

—Encuentro a los humanos fascinantes, cambiaron a un bastardo sin sentimientos a alguien blando y compasivo ¿Cómo es eso posible?— inquirió con dramatismo Agares.

—Si le pusiste un dedo encima voy a terminar contigo en un segundo...— exclamó Valtiel con enojo, sus ojos seguían emitiendo el brillo carmesí.

—Tu "amiga" no impuso resistencia, bueno, tal vez porque cortarle la cabeza cual mantequilla en cuestión de segundos fue fácil. — Agares ignoraba sus amenazas.

—¿Quieres terminar ya? Me estoy aburriendo.— de otro rincón salió Belia, se acercó a Agares cruzado de brazos.— Menuda reunión.

—Aún no, quiero que sufra antes de dejar de existir.— sonrió el demonio castaño.

—¿Con lo de su amiga humana no bastó? Me estoy comenzando a irritar por la espera...— dijo Belia con molestia.

Agares lo miró por unos segundos algo serio, si Belia comenzaba a desesperarse el plan que tanto habían ideado se iría a la basura.

—Entonces puedes empezar tú, no te voy a retener más...— respondió Agares con desinterés, le daba igual lo que Belia hiciera.

El demonio con cabello plateado desapareció, los arcángeles comenzaron a mirar los alrededores.

—¿A dónde fue?.— preguntó Raziel algo enojado.

—No lo sé, no soy su niñera.— contestó Agares sin dejar de mirar a Valtiel.— pero por su tono me imagino que busca lo mismo que yo.

—¿Qué dice...?.— cuestionó Raziel pero sin siquiera terminar sintió un gran dolor en el pecho, al bajar la mirada vio una mano la cual había atravesado su pecho.

—Venganza...— sonrió Agares mirando lo que había hecho Belia.

—¡RAZIEL!— gritó Azrael apartando su espada del cuello de Valtiel para apuntarla al demonio que hirió al otro arcángel.— ¡ Maldito demonio, vas a pagarlo!

—Creo que él fue quien terminó pagándolo. ¿No es así, Raziel?.— le susurró Belia al oído.

Raziel seguía mirando su pecho, desplegó sus enormes alas para quitarse al demonio. Ambos se elevaron entre forcejeos, en ese lapso Valtiel comenzó a emanar cada vez más humo de su cuerpo hasta estar completamente cubierto por el mismo. Agares sonreía sádicamente al espectáculo que había dado inicio, Azrael también se elevó para evitar el enfrentamiento, por una parte tenía a su compañero casi moribundo intentando escapar de Belia.

—¡DEJALO YA!.— Azrael levantó su espada y se dirigió rápidamente a Belia, el brazo del demonio había dejado de formar parte de él.

—¡MALDITO HIJO DE PERRA!.— gritó Belia de dolor al mismo tiempo que caía.

Una vez en el suelo Belia comenzó a retorcerse de dolor, un gran charco de sangre se comenzó a formar en dónde debería de estar su brazo. Azrael sostuvo a Raziel en sus brazos, seguía teniendo el brazo del demonio atravesado en su pecho.

—No lo saques...— le pidió Raziel a Azrael.

Este no respondió, seguía sosteniendo en los aires a un arcángel herido, sin embargo Azrael guardó su espada, llevó su mano al brazo amputado de Belia y lo saco bruscamente, Raziel levantó la mirada con una expresión de dolor intenso, vio en la cara de Azrael una sonrisa, una cruda sonrisa.

—Creo que me facilitó el trabajo, nos vemos traidor.— musitó Azrael cerca del oído de Raziel antes de soltarlo.

El arcángel cayó junto a Belia quien aún se movía con desesperación, Azrael volvió a descender entre estos dos, volvió a desenvainar su espada y con dos movimientos rápidos terminó con la existencia de Belia y Raziel.

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