Final

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El demonio regresó a la iglesia sintiendo aún un gran vacío en su pecho, miraba inexpresivo la escena que minutos antes había ocurrido; Azrael seguía tumbado en el piso con los ojos cerrados, dormía aparentemente. Ver a Cosette en ese estado fue tan cruel y doloroso para él, tomó lo necesario antes de retirarse nuevamente.
Pasó alrededor de una semana, Valtiel había asistido al funeral de Cosette. A pesar de no conocer al marido de esta Valtiel se presentó como un amigo cercano del pasado, charlo con él unos cuantos minutos.

—En verdad lamento su perdida....—  dijo Valtiel luciendo triste.

—Gracias por asistir...es bueno saber que mi esposa tenía buenos amigos. Recuerdo que siempre mencionaba a uno en especial, creo recordar su nombre. Era Jace, esperaba verlo aquí.— comentó el hombre.

Valtiel sintió un nudo en la garganta antes de volver a hablar.

—Ah si...fuimos buenos amigos en la universidad. Éramos como una especie de pandilla.—  soltó Valtiel dándole un trago al vaso con agua.

—¿En verdad? Cosette casi no hablaba de sus días como estudiante... En algún momento de nuestro noviazgo mencionó que casi no tenía amigos, solo unos cuantos que fueron los mejores que hubiese pedido.—

—Era muy linda con todos nosotros, gran parte del tiempo era salir a divertirnos.— respondió Valtiel.

—Te agradezco por haber formado parte de su vida, espero que luego me cuentes más cosas sobre ella.— sonrió el hombre con amabilidad antes de retirarse.— perdona ¿Cuál era tu nombre?.—

El demonio se quedó callado, no sabía que responder pero en el fondo sabía que a Cosette le hubiese gustado presentarse con su nombre real.

—Valtiel.— musito el ser sobrenatural.

—Bien Valtiel, nos vemos luego.— el hombre se giró para atender a otras personas.

Ahora que ya no pertenecía al tablero Valtiel podía ir a dónde quisiera, sin embargo solo había salido de la ciudad para esa ocasión. Al término del día volvió a la antigua casa de Jason; podía ver a Jace de una mejor manera.
Los días posteriores después del incidente con los arcángeles y los demonios en la iglesia, Valtiel tomó posesión de la casa en la que fingían vivir Azrael y Raziel, solo quería mantenerse cerca de Jace para cuidarlo, miraba al humano saliendo de su casa hacia el trabajo, regresando e incluso cuando hacía deberes en su casa, pero a pesar de estar a unos metro de él jamás intento hablarle.

Era arriesgado presentarse frente a él, no sabía si Metatron tomaría cartas en el asunto. Después de todo el trato era justo para él,  solo con ver a diario al que alguna vez fue su amor  era suficiente para dibujarle una sonrisa.
Volvieron a pasar años en los que Vatiel se dió cuenta de muchas cosas, el regreso del padre de Jace con una nueva mujer que presentó como su pareja; el ascenso de Jace como miembro del consejo escolar, el acercamiento del demonio con el esposo de Cosette; se podía dar el lujo de recorrer el mundo así como hacer y deshacer lo que el quisiera pero muy en el fondo quería quedarse cerca del humano.

—Extraño hablar con él...ya han pasado 4 años desde que escuché con su voz decir mi nombre.— musito Valtiel nostálgico.

—Y volverán a pasar otros más si no haces algo al respecto.— escuchó detrás de él, Valtiel se giró algo sorprendido.

A un metro de él se encontraba Paimon mientras sostenía un pequeño cáliz con fuego de color violeta.

—¿Paimon? ¿Qué haces aquí?.— inquirió Vatiel confundido.

—Oh por Lucifer mírate, ahora pareces mas un maldito humano que un demonio ¿Qué es toda esa basura sobre la mesa?.—  dirigió su mirada de disgusto hacia la mesilla de la sala.

PenumbraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora