one shots | stray kids | PEDIDOS CERRADOS

Lee Know.

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— ¿Disculpa?

— Si, lo que escuchaste. —se cruzo de brazos.

— ¿Quién mierda te pensas que sos para hablar así de mi? —lo empuje por los hombros— Primero, si dijeron esas cosas sobre vos, es más que obvio que queres que se cumplan, ¿Quién no querría tenerme de novia?

— No me creo nadie. Yo, yo no quisiera tener una relación con vos. —se dio la vuelta y volvió a su salón.

Enojada me dirigí a mi aula, que casualmente estaba al lado del suyo.

Guardaba mis cosas con una sonrisa en la cara, mientras pensaba en que había pasado hace solo unos segundos.

Y entonces me escape al salón de al lado, lo vi sentado en una de las mesas, mientras el miraba el techo, aproveche y me acerque lentamente abrazándolo.

— Sos buen actor. —le di un pequeño golpe en su pecho.

— Ya lo sé, nena, mira lo que hago para salvar nuestra relación. —me abrazo.

— No puedo mentir que si me afecto lo que me dijiste. —fingí secarme lágrimas.

— ¡Ah! Sabes que no fue en serio, además lo practicamos en tu casa un montón de veces. —lo mire y el me robo un beso.

— Es horrendo tener que esconder nuestra relación. —jugué con su corbata.

— Y grita que nosotros dos somos novios, que me perteneces, que yo te pertenezco, que llevamos siendo pareja hace un año y tres meses.

— Sabes que no puedo hacer eso. Mi papá es director de esta escuela, y los rumores corren rápido —suspire—. La popular, con notas altas, siendo novia del chico que se aparece en la escuela solo para no ser suspendido, aparte que hay rumores sobre que vendes sustancias ilegales. No queda bien visto.

— Pero vos más que nadie, sabes que los rumores de las drogas, es mentira. Lo otro, en parte no es tan mentira, pero estoy tratando de subir mis notas y estar a tu nivel, quiero que podamos ser una pareja normal. —me dio un beso en la cabeza.

— Perdón, no sé porque te gusto. Se supone que soy la pendeja irritable de toda película. —me separe y pase mis manos por mi cara.

— Pareces, pero en realidad sos una chica con un corazón bastante frágil, y haces todo esto para que tu papá se sienta orgulloso.

— ¿Cuánto me conoces? —me recargue en la mesa de enfrente.

— Conozco hasta lo que vos no conoces. —solté una carcajada.

— Me voy, tenemos que seguir actuando —me acerque una vez más a él, dejando que me robará un beso, el cual fue más largo e intenso, cuando nos separamos nos sonreímos—. Te amo, gracias por amarme.

— Gracias por quererme, recorda, yo, no vendo droga. —nos reímos y le robe un beso más.

Salí con cuidado de su salón y me dirigí al mio. A los segundos salí de ahí, y me fui al comedor, mientras caminaba me encontré con Minho, nos miramos, pero terminamos ignorandonos, yendo cada uno con su grupo.