Seo Changbin.

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— Manos atrás de la espalda señorita. —dijo el agarrando mis muñecas, arrestandome.

— ¿Nunca tuvo adolescencia? —pregunté y bufé.

— Claro que si señorita, es más todavía soy adolescente. —me metió al auto de policía.

— Déjame ir entonces. —me acomode.

— Acaba de salir sin pagar de un supermercado. —empezo a manejar.

— No hice sangrar a nadie. —lo mire por el espejo.

— Podríamos seguir con esta conversación por mucho tiempo, pero ahora, necesito llevarte a la comisaría. —me rendí y me desplome en el asiento trasero.

Realmente no hice nada, al menos fue divertido mientras duro.

— ¿Alguna vez te dijeron que tenes unos lindos brazos? —me acerque a la pequeña reja que tiene el auto, para evitar posibles daños a la policía.

— Si, muchas veces, pero gracias. —sonrió.

— Podrías asfixiarme. —paro en un semáforo.

— Iría contra la ley.

— Rompé la ley. —sonrei y el carcajeo.

— Soy aprendiz, si hago eso van a hecharme. —volvió a tomar su camino en cuanto el semáforo se puso en verde.

— Con que aprendiz ¿Eh?

— Si, la verdad pensé que lidiar con criminales sería más difícil. —me miro por el espejo retrovisor— Pero esto es divertido.

— No soy una criminal. —rodé los ojos.

— Intentaste robar algo. —levanto sus hombros.

— Si, un yogur. La verdad no sé porque no me dijeron algo, tenían que llamar a la policía.

— Te estuvieron persiguiendo.

— Fue divertido. —el paro enfrente de la comisaría.

El me ayudo a bajarme del auto, y me acompaño adentro.

Entre a una sala algo chica.

— Parecen esas escenas de las películas, donde interrogan a alguien. —inspeccione el lugar con mis ojos.

— Hoy no me toca ser el policía malo. —se sentó enfrente mio, hice lo mismo.

— ¿Cuándo vas a dejar de seguirme?

— ¿Cuándo vas a dejar de ver mis brazos? —lo mire a los ojos sonriendo.

— Es tu culpa por llevar una remera manga corta, y apretada. —levante los hombros.

— Vamos al punto, —me enderece en mi asiento— no vas a ir a prisión, —suspire— tampoco vas a recibir una multa. —asentí— Solo una advertencia, pero por mientras, no hagas nada que vaya contra la ley o algo así. —se levantó y se acerco a mi, me pare y el saco las esposas.

— Por fin, pensé que iba a quedarme sin manos. —el sonrió guardando las esposas.

— Ahora vamos, el papel de advertencia lo tienen allá adelante. —abrió la puerta de la pequeña sala, dejándome pasar primera.

Me entregaron la hoja escrita, antes de irme me acerque al chico de lindos brazos.

— Gracias por salvarme grandote. —palmee su pecho.

— No hice nada, solo segui las reglas. —me entrego un papel pequeño.

— Capaz, romper las reglas no fue tan malo. —sonrei mirando la hoja con su número escrito— Changbin, —el asintió— soy Erica. —estrecho su mano con la mía.

— Un gusto. Hablemos cuando quieras. —asentí, me despedi de el, y tome rumbo a mi departamento.

Que bueno fue romper las reglas.
¡Que hombre! Es hermoso.

one shots | stray kids | PEDIDOS CERRADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora