Kim Seungmin.

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— Un americano. —anote en la pantalla frente a mi su pedido.

— Puede ir a sentarse mientras espera, en unos minutos lo llamamos. —sonrei— Otra cosa, ¿Cuál es tu nombre?

— Seungmin. —dijo para después mirar a otro lado.

— Esta bien Seung, podes esperar en una de aquellas mesas. —apunte con mi dedo a una mesa vacía al lado de la ventana.

— Gracias. —hizo una reverencia y se fue a la mesa.

Era conocida por ser muy amable, y algo que destacaba era el hecho de que siempre preguntaba los nombres de los clientes y trataba de acordarmelos para cuando volvieran. Era una forma para hacerlos sentir cómodos en el lugar y tengan ganas de volver.

Muchas personas se me declararon cuando terminaba mi turno, pero nunca me llamaron la atención.

Hasta que vi a ese chico con frenos.

Realmente el tenía mi corazón entero, es por eso que traté de sacarle tema de charla para hacerlo sentir cómodo, pero obviamente sin ser demasiado pesada.

Y al parecer funcionó.

— Seung, hola. —agite la mano, saludandolo.

— Hola. —sonrió, y en ese preciso momento senti que mis piernas empezaban a perder fuerza, por lo que me agarre del mostrador.

— ¿Lo de siempre? —mire la pantalla que tenia en frente.

— Si por favor. —anote un americano frío- Eun, —lo mire— ¿Cuándo termina tu turno? —rasco su nuca.

— En unas dos horas, —sonreí— ¿Por qué?

— Yo quería, que fuéramos a caminar juntos, o algo así, sé que te gustan mucho los atardeceres, así que pensé que podemos, ver uno juntos. —el miraba sus manos, mientras yo estaba por explotar.

— Me encantaría Minnie. —el me miro y sonreí con los ojos cerrados.

— Que bien, entonces te espero. —asenti y el se fue a la misma mesa que le había indicado la primera vez que nos conocimos.

~

— ¿Seung? —pregunte saliendo de detrás de un árbol.

Estábamos en una plaza, se supone que estábamos jugando a las escondidas y que el me buscaba a mi, pero pase un minuto detrás de ese árbol, hasta que me harte y decidí salir para buscar a Minnie.

— ¡Ghaaa! —exclamó agarrándome de la cintura, empezando a dar vueltas conmigo.

— ¡Seungmin! —dije sorprendida, en cuanto el me bajo, empecé a correrlo, el escapa.

— ¡Piedad! —pronuncio mientras los dos recuperabamos aire— Ya me canse.

— ¡Yo no! —corri hacia el, cayendonos al pasto mientras reíamos.

Nos quedamos mirando el cielo, entrelazamos nuestras manos.

— Me gusta pasar tiempo con vos. —dijo el girando su cabeza hacia mi.

— También a mi. —sonrei y volvimos a mirar al cielo.

Varios segundos en silencio, los cuales me hicieron pensar y llegar a la conclusión,
de que me estaba quedando sin cereales.

— Me gustas. —definitivamente esto es más importante que esos cereales.

— También me gustas. —pronuncie con una sonrisa.

Beso mi cachete, haciendo que mi cara empezará a ponerse roja.

— Te ves linda estando roja. —soltó una carcajada, pero que rápidamente se convirtió en silencio, en cuanto sintió un beso de mi parte.

— ¿Ahora quién se ríe? —sonrei sentándome en el pasto, el copio mi acción.

Seguimos jugando a darnos besos en los cachetes, y haciendo cosas que al otro le pusiera nervioso.

— Me gusta tu sonrisa. —acaricie su cara, mirando como sus labios se curvaban hacia arriba, haciéndome hacer lo mismo.

— Me gustan tus hoyuelos. —comento, y lo mire, dándole un beso en su nariz.

one shots | stray kids | PEDIDOS CERRADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora