Límite

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Despierto. La escucho decir mi nombre. Me levanto de la cama a toda prisa, miro en todas direcciones, pero no hay nada. Toc, toc, toc, suena la puerta. Camino en dirección a ella con cautela, esperando lo peor, esperando morir de un infarto. Me encerré en este cuarto para escapar de la trama, pero la trama ha venido por mí y ahora toca mi puerta. Abro la puerta y no encuentro nada. ¿Dónde estás?

Exhausto ya de imaginar los posibles lugares en los que ella podría encontrarse regreso a la cama, me envuelvo en las sábanas y cierro los ojos, deseando verla de nuevo en sueños. Pasado unos pocos minutos una voz distorsionada susurró mi nombre a mis oídos, la reacción fue inmediata, salí de mi mundo de ensueños y salté de la cama solo para verla envuelta en una sombra tenebrosa, la misma desprendía un aura de miedo, tristeza y soledad. Fue el segundo más aterrador de mi vida. La mujer que amaba estaba siendo poseída por un ente de maldad. Luego de ese espantoso segundo que envenenará mis sueños por toda la eternidad, ambos se desvanecieron y entonces comprendí que solo lo imaginé. Los monstruos no viven debajo de tu cama esperando el momento para poseer a la mujer de tus sueños, ellos existen dentro de tu mente y la mía está muy dañada.

Nacido del vacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora