Cuento de navidad

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Tenía ocho años. Ocurrió la noche de navidad. Aquel hombre estaba vestido como un vagabundo, parecía como si su ropa le hubiese hecho compañía durante décadas, su barba era grisácea y colgaba hasta tocar el suelo y su rostro era el de alguien que había vivido muchos años o quizás muchas historias. Él entró a mi casa (por alguna razón no se encontraba nadie conmigo) y me contó lo que él llamó una historia de navidad.

"Había una vez un científico que pasaba sus días tratando de construir una máquina del tiempo. Su esposa tenía una enfermedad mortal. Él deseaba volver al pasado, descubrir la enfermedad a tiempo y salvarla. La noche que ella murió él estaba en su laboratorio y no pudo despedirse, fue un día como hoy, un veinticuatro de diciembre. Nunca pudo construir la máquina del tiempo y pasó toda su vida llorando por ella, hasta una navidad, también como esta, en la que se sumergió muy profundo dentro sus recuerdos y murió ahogado en las palabras que nunca pudo decirle."

— Si quieres recordar debes escribir niño del tiempo — Y se marchó por dónde llegó.

***

Desperté. O al menos así se sintió. Estoy en un sueño, ¿Cierto? Esta casa me parece conocida. Significa que la máquina funcionó.

Entré y encontré a un niño sentado en el sofá. Comprendí inmediatamente dónde me encontraba. Me senté a su lado y comencé a hablar, no tenía el control de lo que decía, era como si aquel encuentro hubiese estado planeado y yo fuera solo un espectador de mi propia vida. Al terminar de contarle una historia inventada me sentí libre, creo que fue porque la misma tenía mucha similitud con mi vida, o con lo que quedaba de ella. El pobre niño tenía un gesto de terror en su rostro, así que opté por irme. Estoy seguro de que él algún entendería el significado detrás de mi cuento de navidad.
Al salir por la puerta todo terminaría, pero no podía aceptar este final. Me detuve y miré fijamente al niño, pensé en todo lo que había tenido que pasar para llegar hasta ese punto, todo el dolor que me había visto obligado a sentir. No podía simplemente irme. Intenté ... De verdad lo intenté, pero lo único que pude decir fue... Lo que estaba destinado.

— Si quieres olvidar debes escribir, niño del tiempo.

Y luego, el sueño terminó, quedando yo atrapado en él.


Nacido del vacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora