En la cornisa.

Capitulo 7.

Omnisciente.

-Gracias papá por cuidar a los niños.- Lauren llegó casi a las nueve de la mañana a casa de sus padres.

Su papá y su mamá se sorprendieron al ver a su hija tan temprano, pero aún así no dijeron nada, menos al ver el rostro decaído de Lauren, el hombre fue quien ahora caminaba con ella al vehículo para llevar los bolsos de los niños.

-De nada, sabes que para mi con tú madre es un honor estar con ellos... solo pensé que vendrías más tarde.- le comentó el hombre.

-Los extrañábamos, además no quiero molestarlos tanto.- se excusó.

Mike soltó un suspiro.

-No salió bien, ¿cierto?.- cuestionó suavemente.

Lauren asintió, y su papá solo la abrazó murmurando un "Todo estará bien" pero Lauren sabía que eso ya no contaba en lo absoluto, no sabía cómo seguir sacando a flote su matrimonio en esos momentos, cuando evidentemente una de ellas no tenía esa intención en lo absoluto.

Lauren sin más decirle a su papá, ni entrar en detalles abandonó la casa con los niños, para ir rumbo a la de ellos. Lauren dejó a Ethan en su coche mientras ella preparaba el desayuno, sus hijos no habían alcanzado a hacerlo en la casa de su mamá, por lo que debía hacerlo ella, más si Camila aún dormía y no precisamente por haber tenido una noche de pasión.

La morena apareció en la cocina con los dos mayores de la mano, contándole todas las experiencias que habían vivido con sus abuelos, apenas vio a Ethan, lo tomó en brazos sonriendo levemente para darle un beso en su frente.

-Esta listo el desayuno Max.- Lauren le dijo a su hijo mayor interrumpiendo su historia.

El chico asintió felizmente viendo los hot cakes, sentándose.

-¿Comerás conmigo mami?.- pregunto Lucy, cuando ya todos estaban sentados en la mesa.

Lauren negó levemente, besando la frente de su hija.

-Iré un rato a correr, porque mami está un poco acelerada.- intenta explicarle y su hija solo asintió dejando un beso en su mejilla.

Camila la miro confundida, pero no emitió algún comentario, para ver a su esposa caminar lejos de ellos.

Lauren sabía que la única forma de parar con su mente en esos momentos era haciendo ejercicio, corriendo, o sintiendo el dolor en su cuerpo, porque no podía dejar de pensar en todos los escenarios  posibles, de lo que iba a suceder, en que más podía hacer para recuperar su matrimonio... las preguntas iban y venian, sintiendo la rabia acumularse con frecuencia al no poder controlarse.

Hasta que vio la hora, sabiendo que debían ir a casa de sus suegros ese día, aliviando un poco su mente cuando Sinu con Alejandro eran un verdadero amor con ella, con su familia, aunque intento ser igual de efusiva que siempre no pudo, manteniéndose en silencio la mayor parte del tiempo, respondiendo de ves en cuando. Más cuando el esposo de Sofía era bueno para conversar.

Agradeció cuando el frío comenzó aparecer y decidieron volver a su casa, no había casi intercambiado palabras con Camila ese día más que por los niños, y la verdad ya no sabía si iban a hablar de lo de ayer, pero supuso que no sería así cuando la morena de acostó sin decirle nada, ni siquiera un buenas noches.

¿Ni eso merecía? ¿Tan caro debía pagar su error?

Nuevamente sintió la frustración en su cuerpo, pero la ignoro, como todo lo demás, levantándose a primera hora al día siguiente para ir a trabajar.

Dos semanas pasaron, sin un mayor cambio, pero luego de tres días de lo que sucedió en su aniversario había vuelto a acercarse a Camila, porque nuevamente se dijo a sí misma que no podía rendirse tan fácilmente, intentando buscarla, besarla y sentirla, pero cada vez notaba a la morena más distante de ella, aunque se frustraba cada día se levantó pensando que era una nueva oportunidad para poder solucionar las cosas con la morena.