En la cornisa.

Capitulo 20

Omnisciente

No sabía cuánto tiempo había pasado desde la ultima vez que estuvo tan cerca de su esposa, aunque era solo un abrazo, era algo que no habían tenido, y al menos se sentía reconfortante, más cuando había estado pensando en la mujer desde que leyó la carta, más lo de Max. De algún modo necesitaba saber que Camila estaba mejor, y ese abrazó la consoló cuando su mente estaba causando más estragos de lo que pudo haberle permitido.

¿Era estresante la situación? De todas maneras, cuando tenía más dudas que respuestas otra vez, cuando no sabía que hacer, como ayudar, o que iba a hacer con su matrimonio en esos momentos.

El trámite de divorcio estaba en marcha y hace unas semanas estaba decidida, eso decayó cuando Max tuvo la pesadilla comenzando las primeras dudas en su mente, y luego vino lo de Joe con su intención de querer hacer que eso se llevar a cabo, tambaleando cada vez más su propia decisión firme, aún así le quedaban motivos para querer hacerlo, sin embargo, la carta de Camila, lo que realmente sucedía la hacía tambalear.

No tenía razones para no creerle lo que decía, no cuando ella vio ese proceso, quizás no le dio el peso y no pensó en cómo se sentía su mujer porque estaba centrada en su rehabilitación en su momento, y luego en hacer todo bien para su familia, pero no se percató en cuanto pudo dolerle a Camila lo del juego, el embarazo, y sobre todo estar lejos de Ethan cuando nació.

Quizás fue egoísta, o quizás fue su propia mente que no le permitió ver la verdad de las cosas, y solo pensó la respuesta más fácil y el pensamiento irracional más rápido que llegó "Camila no me ama", porque cada acción le justificaba eso, más aún cuando supo lo de Joe, confirmando ese pensamiento para ella siendo una situación de peso para dejarla, más cuando también creía ciegamente que Camila la había engañado con el hombre.

Pero la vida se encargó por sí sola en darle las cachetadas mentales para que se diera cuenta que el pensamiento era erróneo, y las cosas eran más diferentes de lo que pudo imaginar en su momento.

Tenía que cuidar a Camila, así como la morena la cuido a ella cuando sucedió lo de su adicción, acompañarla y mostrarle que los miedos, temores, solo nos limitan, que podía salir de la depresión que tenía, más cuando tenía hijos hermosos que la amaban, y también la tenía a ella... entendía que divorciarse de la morena en esos momentos solo era algo trágico si sucedía aumentando su depresión y el grado de deprimida que podía tener su mujer.

Soltó un suspiro, terminando de mandar el correo a Vero, ambas estaban trabajando juntas en un caso de materia laboral junto con unos chicos recién egresados, aunque sabía que estaba bien su correo, su mente se iba a cada instante donde Camila.

-te mande el correo.- anuncio en la llamada.

-Estaba bueno ya, sino me mandabas eso nos iban a dejar.- bromeó. -¿Como va la tormenta en tu casa?.-

-Creo que un poco caótica.- explica.

-¿Siguen mal las cosas con Camila?.- cuestionó su mejor amiga.

-No, o sea no se, no es que estén mal... ya ni siquiera se que hacer, siento que fui muy impulsiva.- le confiesa.

-¿Puedo decir te lo dije?.-

-Lo dirás igual.-

-Te lo dije... de hecho entiendo que actuaras así, si alguien me manda que Lucy anda con su ex por la vida hablando como si fueran no sé qué cosa, también actuaria con rabia, impulsos, pero hubo un error en todo eso, nunca le diste la chance a ella de contarte lo que sucedió.-

-Lo se Vero, pero aún así sentía que ya nada tenía sentido.- pasó una mano por su cabeza. -No fue solo eso además, veníamos arrastrando cosas desde lo que sucedió conmigo.-