En la cornisa.

Capitulo 3

Omnisciente

-Para mi un espresso y para la dama un capuchino, con dos pasteles.- pidió Joe al joven que los atendía.

Camila seguía sintiendo que estaba incorrecto todo esto, pero en esos momentos se sorprendió que el hombre aún recordara lo que le gustaba, y que seguía siendo el mismo caballero de siempre.

-¿Sorprendida?.- cuestionó. -Porque créeme que no es lo único que recuerdo te di, sino todas las otras cosas, cada pequeño detalle.-

-No me interesa.- Camila miraba sus manos en esos momentos. -Di lo que quieres conversar para acabar con esto.- le pide.

-No seas pesada y disfruta el momento, que lo más probable es que con tu esposa no disfrutes nada.- le dijo riéndose levemente.

Camila lo miro mal y el hombre hizo una señal de disculpa.

-Solo quiero decirte que si estoy aquí es porque te extraño y no he sido capaz de olvidarte Camila.- le dijo directamente. -Aunque me haya ido, no puedo dejar de pensar en ti, en todo lo que fuimos y todas esas promesas incumplidas.-

-Pero ya no sucedió, yo hice mi vida, con una persona maravillosa y deberías alegrarte por eso, como yo me alegro que tú hayas cumplido tus sueños.- le señala.

-Es que no te puedes alegrar cuando la persona que amas está con alguien más, y más aún cuando sabes que podrías hacerla mil veces más feliz.-

El chico trajo el pedido, y Camila le agradeció amablemente para ver cómo se iba y poder responderle a Joe.

-Entiende que entre tú y yo no queda nada, ¿Puedes respetar eso?.-

-Lo respeto, como respeto tu matrimonio y todo lo que tienes con ella... aunque no entiendo como te casaste con una mujer Camila, o sea nunca fuiste lesbiana.- le comenta.

-Me enamore de una mujer, el amor no tiene género, así como tú puedes enamorarte mañana de un hombre.- le señala. -Y si respetas mi matrimonio espero que no sigas insistiendo.-

-No se trata de insistir, se trata de no rendirme... pudimos haber sido tan felices Camila, yo solo quiero que me des una oportunidad de demostrarte todo lo que pudimos haber tenido, porque sé que no eres feliz, cuando miro tus ojos se que no lo eres.-

Camila lo miro y negó con la cabeza.

En el fondo Joe tenia razón ella no estaba siendo feliz con Lauren hace algún tiempo, las cosas no estaban bien y simplemente después de todo le costaba creer en ella, a pesar del amor, de todas las cosas, dudaba siempre y tenía miedo.

-Ves que no eres feliz, no eres capaz de negármelo.- la miro con una sonrisa para estirar su mano tomando la de Camila, la mujer la iba apartar pero el hombre logró sostenerla. -Te conozco bien Camila, por eso aún tienes la oportunidad de serlo junto a mi, sé que ha pasado un tiempo desde que me fui pero sé que aún estoy enamorado de ti.-

-Joe es suficiente.-le dice soltándose del agarre del hombre. -Tu no sabes nada de mi vida, menos de mi matrimonio, entiendo que hayas estado años con esto, pero la verdad es que debes avanzar, rehacer tu vida.- le dice sincera.

-Es que ese es el problema, no quiero una vida sin ti.- le señala. -¿O olvidas cuando nos prometimos llegar hasta muy viejitos juntos?.- cuestionó.

Camila soltó un suspiro, bebiendo un poco del café.

-Éramos niños, eso cambió.-

-No tiene porque cambiar y podemos volver a ser niños juntos, tú conmigo.- le dice con una sonrisa. -Solo necesito estar contigo aunque sea una vez más Camila, necesito imaginar que nada pasó entre nosotros.-