En la cornisa.

Capitulo 23

Omnisciente

Cinco minutos antes, estaba esperando afuera de la sala de audiencia con su bolso, junto con una coca cola sin azúcar, mirando la hora de su celular, y aunque no quería admitirlo estaba nerviosa por el juicio, porque a pesar de todo ella fue quien las llevó a ese lugar al tomar la decisión de tramitarlo. En parte tenía algo de miedo cómo saldrían las cosas, pero todo se apaciguó cuando Camila entró con un vestido color rojo ceñido a su cuerpo, un blazer, y tacones, luciendo hermosa, más si una sonrisa acompañaba su rostro en esos momentos.

Lo único que la empañaba era Vero caminando a su lado, pero es un detalle, más cuando Camila robaba toda la atención. Amaba a su esposa y no tenía dudas de eso, sabía que habían muchas cosas que mejorar en el futuro, que tenían un montón de desafíos pero la amaba, y sabía que Camila la amaba a ella, debía confiar en eso como el día que se casó y le dijo que si, como el día que se comprometieron para tener una boda, o como el día que tomaron la decisión de tener su primer hijo Max, luego a Lucy, y a pesar de que su esposa no estaba tan a gusto con tener a Ethan lo habían hecho a pesar de todos los temores que tenían.

Siempre lo habían intentado porque ese era su lema, no quería perder lo que tenía con la morena y sobre todo saber que algún día despertaría y ella no estaría a su lado, no se imaginaba esa vida por más que se convenció los primeros días de tramitar el divorcio, no era lo que quería, no cuando entendía a su esposa.

La amaba, y eso no iba a cambiar nunca en su vida, por ese motivo estaba dispuesta a luchar por su matrimonio otra vez, aún cuando lo hizo, pero esa vez sin saber las realidad de las cosas que sucedían en su vida. ¿Debía rendirse? No, ¿quería hacerlo? Tampoco. ¿Era algo mejor para ellas? Tampoco lo creía.

-Abogada Jáuregui.- Vero mantenía las formalidades, besando su mejilla.

-Un gusto abogada Iglesias.- Lauren le sonrió.

Camila casi rio al saber que si no estuvieran en ese lugar, estarían tirando bromas pesadas, o discutiendo por alguna estupidez e incluso hablando de otras personas.

-¿Está clienta tan guapa?.- murmuró Lauren observando a Camila.

-Viene a divorciarse de una tarada.- comentó Vero, provocando la risa en Camila. -Que no ve la mujer que tiene como esposa.-

-Debe ser un poco idiota.- comentó Lauren.

Acercándose a su mujer, para besar su mejilla, oliendo ese perfume que tanto le fascinaba, Camila estaba para matarla y lo único que tenía ganas era no ir a la audiencia y llevarla a un lugar para hacerla de ella.

-Te vez hermosa.- murmuró Lauren.

-Debo lucir divina ahora que estoy a un paso de ser soltera.- le guiño el ojo, viendo cómo Lauren fruncía el ceño.

Camila la abrazó, dejando un beso corto en sus labios.

-¿Así que quieres ser soltera?.- alzó una ceja ceja Lauren.

-Estoy molestando... sabes que por mi no hubiera venido.- le recuerda.

-Lo sé, pero te prometo que solo será esta audiencia, no debería ser tan extensa.- le promete.

Camila asintió, tomando su mano unos segundo, mirando su anillo de matrimonio con una media sonrisa.

-No quiero perder esto.- murmuró la morena. -Aunque se qué hay miles de razones para rendirse, también se qué hay otras millones para quedarse... pero la más importante es que te amo y se que me amas, lo veo en tus ojos, en cada cosa qué haces.- le dijo sincera mirando sus ojos verdes.

-También te amo Camila.- beso su frente, para escuchar el llamado del secretario del tribunal. -Tenemos que entrar.-

Camila asintió, parándose al lado de vero para ingresar a la sala donde estaba el juez, el relator, y el resto de la comisión para poder llevar acabo la audiencia del tribunal.