El cuarto año de Jade había sido un tanto complejo, en todos los sentidos.
Si bien habían cosas las cuales le alegraban que hayan pasado... habían otras las cuales... habían sido algo enredosas.
Sin embargo no se compararía con este año.
¿Su mejor a...
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Sirius llegó a la conclusión de que ahora que Voldemort ha regresado es lógico que le doliera la cicatriz más a menudo a Harry. Después de aquello, Sirius dijo algo que les dio una idea.
Más bien, la idea.
—Ya, no me extraña —dijo Sirius—. Según hemos sabido por las fuentes que tenemos en el ministerio, Fudge no quiere que reciban entrenamiento para el combate.
—¿Entrenamiento para el combate? —repitió Jade, confundida—. ¿Qué piensa que hacemos aquí, formar una especie de ejército mágico?
—Eso es exactamente lo que piensa que hacen —confirmó Sirius —, o, mejor dicho, eso es exactamente lo que teme que hace Dumbledore: formar su ejército privado, con el que podrá enfrentarse al Ministerio de Magia.
Se produjo una pausa, y luego Ron dijo:
—Es la cosa más estúpida que he oído en mi vida, incluidas todas las tonterías que dice Luna Lovegood.
—No hables mal de Luna, ni siquiera la conoces lo suficiente —le riño Jade.
—Pero me basta con lo que he escuchado.
—¿Te gustaría que ella le dijera a los demás sobre las estupideces que tú dices? —recalcó.
—Entonces —habló Hermione, volviendo al tema—, ¿no nos dejan aprender Defensa Contra las Artes Oscuras porque Fudge teme que utilicemos los hechizos contra el ministerio? —preguntó Hermione, furiosa.
—Exacto —afirmó Sirius—. Fudge cree que Dumbledore no se detendrá ante nada con tal de alcanzar el poder. Cada día que pasa está más paranoico con él. Sólo es cuestión de tiempo que dé la orden de detenerlo bajo alguna acusación falsa.
—¿Sabes si mañana va a salir algo sobre Dumbledore en El Profeta? Percy, el hermano de Ron, dice que sí...
—No lo sé —repuso Sirius—. No he visto a nadie de la Orden en todo el fin de semana; andaban todos muy ocupados. Hemos estado solos Kreacher y yo...
La voz de Sirius tenía un claro deje de amargura.
—Entonces, ¿tampoco has tenido noticias de Hagrid?
—Ah... —dijo Sirius—, bueno, ya tendría que haber vuelto, nadie sabe con certeza qué le ha pasado. —Entonces, al ver los acongojados rostros de los cuatro, se apresuró a añadir—: Pero Dumbledore no está preocupado, así que no se pongan nerviosos. Estoy seguro de que Hagrid está bien.
—Pero si ya tendría que haber vuelto... —insistió Hermione con un hilo de voz.
—Por cierto, ¿cuándo es su próxima excursión a Hogsmeade? Se me ha ocurrido que ya que nos salió bien lo del disfraz de perro en la estación, podríamos...
