El cuarto año de Jade había sido un tanto complejo, en todos los sentidos.
Si bien habían cosas las cuales le alegraban que hayan pasado... habían otras las cuales... habían sido algo enredosas.
Sin embargo no se compararía con este año.
¿Su mejor a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━
El día de navidad Jade realmente amaneció triste. Recordando a sus padres adoptivos, ¿que hubiese pasado si ellos siguieran con vida? Después de tres años hubieran podido pasar una navidad juntos de nuevo. JJ recordó que a esa hora siempre se encontraba ayudándole a Sofía a hacer las galletas. Recordó cada una de las navidades, cada regalo de ellos, cada platica. Los extrañaba más de lo que podía darse cuenta.
Pero ya era tarde, ellos ya no estarían con ella nunca más.
Sin embargo, Sirius llegó con la mejor actitud que pudo, tratando de mejorar su humor, cosa que pasó. La alentó a que habrían los regalos.
Y ahí surgió una nueva cosa en la cual pensar. Este año no le había llegado regalo por parte de Nott. No lo pensó con reproche, pero sí como melancolía.
En cambio, a ella se le había ocurrido mandarle una pluma, tal como él lo hacía, con una nota.
Para que tengas una pluma más que puedas presentarme. Con cariño, tu amiga JJ.
El fin de las vacaciones llegó mucho más pronto de lo que hubieran querido. Esto significaba su regreso a Hogwarts, o sea, más a anécdotas para el gusto de JJ.
Tras un desayuno rápido, todos se pusieron chaquetas y bufandas para protegerse del frío de aquella mañana gris del mes de enero.
—Quiero que se lleven esto —dijo Sirius a JJ y Harry, les entregó un paquete mal envuelto del tamaño de un libro de bolsillo.
—¿Qué es? —preguntó Harry.
—Una forma de contacto directo ¡No, no lo abran aquí! —añadió Sirius mirando, cauteloso, a la señora Weasley, que intentaba convencer a los gemelos de que se pusieran unos mitones tejidos a mano—. Dudo mucho que Molly lo aprobara... Pero quiero que lo utilicen si me necesitan, ¿de acuerdo?
—Vale —dijo JJ guardándose el paquete en el bolsillo interior de la chaqueta.
Los chicos siguieron preparándose para partir, y antes de que JJ saliera de la casa volvió a acercarse a su padre y lo abrazó.
—Si para el momento en el que salgas mi nombre ya está limpio te estaré esperando en la estación —habló Sirius—, pero... si no es así...
—No lo digas —ella se alejó y sonrió—. Tengamos fe en que así será.
—Seamos realistas, petite —acarició el cabellode su hija—. Si no me dejan ir a la estación, nosreencontraremos en un parque, quiero que pasemos un buen rato fuera de esta casa.
