Ding.
— ¡Omelet de huevo y un sándwich de jamón de pavo para la mesa cinco!Edd trabajaba en un restaurante sencillo y con poca gracia. Un lugar que hacia la lucha por mantenerse a flote. Lo que se esperaría aveces de un restaurante casi a fueras de la ciudad.
Y ustedes dirán, "¿por qué trabajaría en un sitio tan lejano?" Bueno, cerca de este local, había un taller de arte para adultos mayores. Un taller al que aveces iba a pintar junto con los estudiantes que llegaban. En ninguna otra parte, había una zona como esa. y sobre todo que le prestaran un espacio para el mismo. Además, su hogar era muy pequeño para ponerse a pintar.
Y no es como si a sus amigos le gustase el olor de los óleos y el aguarrás.
— ¡voy! — Edd termina de servirle a una de las mesas, entregando sus bebidas y respectivas comidas — buen provecho.
Pone la charola redonda a su costado, y sale casi corriendo a buscar el pedido nuevo.
— ¿disculpe, me puede dar un poco más de jugo de naranja?
Dice un cliente.— si, en un momento — sonrie.
Pasa por alrededor del mostrador y se dirige a la apertura grande donde se servían los platillos.
Acomodando la charola y colocando adecuadamente la comida.— Edd, necesito que cobres esto para la mesa veinte.
Llega una de sus compañeras un poco menor que él a darle un recibo.
— Solo dame un momento, tengo que entregar esto.
— Pero se necesita ahora.
— Entonces cobrarlo tú.
— Pero no puedo, ya terminó mi turno y yo ya me quiero ir.
— Dije que no. Qué en un momento.
Edd frunció el ceño, y se fue atender a las mesas.
A la joven chica no le agradó para nada su reacción.
Ajenandose y dejando a Edd solo con el pendiente.El pelo castaño intentaba atenderlos a todos como podía. Había habido un recorte de personal y las manos extras se necesitaban. Podría decirse que máximo como meseros, habían seis. Y los otros tres ya se retiraron.
Los últimos primero dias de la semana, a Edd le tuvieron que pedir horas extras para que trabajara, debido que él era el que tenía experiencia.
Habían empezado a llegar mas trabajadores como meseros, pero todos ellos apenas y eran jóvenes inexpertos. Y no todos soportaban el peso del trabajo. Por lo que cuando cometían un error, este debía corregirlos.Y creo que ese fue el problema. Se acostumbraron a que Edd interviniera y solucionara cada equivocación que cometían, esperado a que el peli castaño mueva un dedo para solucionarlo.
Sin embargo, afortunadamente había otra persona un poco mayor que él que lo ayudaba de repente. Podria decirse que fue su guía durante sus primeras veces como mesero. Pero últimamente, no ha podido venido a trabajar debido a que su hija se ha enfermado de varicela. Teniendo que tomar también sus turnos.
— hum, joven, mi jugo de naranja — impaciente sacudió el vaso.
Volvió a pedir el mismo cliente que había solicitado un poco más de agua antes de que se ocupara de las otras mesas.
— oh, si, voy, dis-...
— joven, ¿me puede tomar la orden?
Habló otro.
— yo, en un momen-...DING.
— ¡consumé de res para la mesa dos!— u-uh...
Edd miraba a su alrededor buscando una solución. Se le habian acumulado sus deberes y a la vista no se veía nadie más que las cocineras, el cajero en su teléfono, y él.Entre el caos, se comenzó a sentir agobiado y terminó por no reaccionar. Se quedó parado en su lugar abrumado y nervioso. Y aunque intentase moverse, había algo en él que se lo estaba impidiendo.
El mismo cliente del jugo lo miraba, y ya de mal humor, quería volver a reclamar. Pero antes de que lo intentase. Ese hombre adulto le tocó el hombro y le sonrió. Sirviendo en una jarra de vidrio el jugo que tanto anhelaba.
Inclinándose un poco hacia delante con la mano en el pecho en modo de disculpa.
— Debe disculparnos, estamos cortos de personal, hacemos lo que podemos.
El cliente, un poco sorprendido de que el señor saliera de la nada, acerca su vaso al pecho y ser ruboriza ligeramente.
— o-oh, si, está bien. Gracias.Era un hombre alto con algo de musculo, no tan anciano pero tampoco tan joven. Probablemente tenía unos cuarenta y seis años. Aún era apuesto y sano. Tenía un lunar notorio en su labio. Con unos ojos de color verde intenso que combinaban con su cabello y su pequeña barba alrededor de su mandíbula de color café claro.
El hombre asintiendo, le sonrió ahora a Edd.
— tranquilo muchacho, yo me encargaré de la cuenta y el pedido que acaba de salir. Tu continua atendiendo.Fue solo entonces que Edd podía sentir que respiraba desde que comenzó su hora laboral.
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"Ego ғragмenтado"
Fanfiction☆["sus lágrimas resbalaron por su mejilla. Thomas escondió su rostro en la nuca de Tord. Se apretó contra él. La respiración de ambos se agitó. Algo en ellos explotó. Algo en ellos se rompió. Algo en él... - ¿por qué me dejaste ir?"]☆ Historia TomTo...