Había tocado fondo.
Había roto su persona.
Había sido el fracaso de la perfección. En un intento infinito de ciclo abusivo.
Estaba confundido.
Estaba perdido.
Casi a la orilla de corromperse mentalmente. Oía palabras en su cabeza, oía como su corazón parecía que podría explotar.
Ya no sabía que estaba bien en él. O incluso que estaba mal. Lo correcto o incorrecto.
Por un momento, tuvo todo lo que deseaba en la palma de su mano, y en un abrir y cerrar de ojos, estaba sin la capacidad de moverse, acostado en una cama. En un cuarto. En una casa, sabrá en qué lugar. Pero no muy lejos de su atentado contra sus amigos.Situación que no era su intención.
Pero así fue, y así es.
Por lo que tenía entendido, el hogar era de sus dos cadetes que lo acompañaban. Sabía que eran pareja, pero desconocía hasta que etapa de su relación coexistían.No era muy grande la habitación, aunque si lo suficiente para seguir manteniéndolo vivo.
Vivo.
Él no se sentía vivo. Más bien, sentía un desgaste en su pecho. Sabía que algo le dolía, porque lloraba sin parar. Pero, el dolor no "existía". Sabía que estaba enojado, pero su expresión facial no lucia como si lo estuviese.
Se sentía solo, pero tenía a dos personas cerca de él. Cuidándolo. Protegiéndolo. Le enfermaba depender de alguien.sentía, vacío.
Sabía que estaba ahí, su cuerpo, su persona, su voz, cada centímetro de su ser. Podría decirse que físicamente estaba, "bien". Pero...
Por unos segundos creía que era doloroso seguir existiendo.Le empezaba a pesar mucho su ego.
Involuntariamente agarró su cabeza con fuerza, las voces en su mente comenzaron a recriminarle y recordarle cosas. Algunas de esas palabras, eran frases dichas por una multitud de personas que le restregaban su falta de actitud y de fuerza. Propias incluso.
Que exigente, Tord.
De echo, aún sentía el ardor del cuero con el que, la armada, ante su decepcionante falla, le habían castigado no solo con su destierro oficial, si no que físicamente le marcaron. El látigo que golpeaba y rasgaba su carne, mientras innecesariamente jalaban ambos brazos, inclusive su extremidad más crítica. Después del "accidente" con el maldito robot, creía a ver olido su propia sangre.
Tal vez...Uno.
Dos.
Cinco.
Solo diez, diez latigazos.
Recordar eso lo hacía llenarse de impotencia, de auto rechazo, de odio a sí mismo.
Inclusive, tener la deseable sensación de arrancarse la cabeza. Se había esforzado tanto para que al final, lo haya perdido todo.El plan era tan simple. La jodida misión era insignificante, pero ¡oh Dios!, anhelaba que todo eso fuese un sueño.
La mirada del comandante de alto rango, mientras se ahogaba en su propio dolor y, su propia saliva, eran como agujas hechas para atravesar su alma.
Sus iris chocaron en un momento, cuando Tord, después de regurgitar su ácido estomacal, y desmayarse, no había parado de presentarse en su mente. Se había fijado en su conciencia, se había fijado en la humillante sensación de que, decepcionó a su, "probablemente mayor ídolo".Su cabeza no paraba de pincharle. Irracionalmente apretó su mandíbula, se arañaba con su brazo izquierdo el costado de su costilla. Dolía mucho.
La culpa lo lastimaba.
El horror de darse cuenta que no era nadie.
La herida que volvió abrirse siendo oculta bajo la máscara del control, la rigidez y la vergüenza.De nada sirvió, haber perdido lazos tan fuertes como las de sus amigos. Y su más íntima ex-pareja.
Había hecho tantas cosas para cumplir un sueño egoísta de reconocimiento y honor.Deseaba ser grande, ser increíble, tener credibilidad y orgullo. Aceptación.
Pero no.
No. No. No. NO. NO. NO. NO. NO.
— Tord —.
Cesó sus pensamientos.
— Hey, ¿estás bien? — era Patryck, solo era Patryck.— es que, son las cinco de la tarde y, debes tomar tus medicamentos.
Cierto. Lo había olvidado.
Parpadeó con su único ojo, tratando de fijar claramente la imagen de su acompañante, su expresión no era grata, y mucho menos ahora que, sin quitarle la mirada, Tord buscaba su brazo derecho. Busca acariciarlo, y comprobar que aún estuviera ahí, pero no es así.Y hacer eso, solo hizo que Patryck hiciera una mueca mucho más marcada.
Tord abrió su ojo ampliamente, estaba sorprendido, su boca tomó la forma de una "O", e hizo lo mismo con su lado derecho de su rostro. O eso iba hacer, porque su compañero le había detenido.— Bien, mejor toma este vaso, te ayudaré a que bebas la pastilla.
Sintió picar su mejilla, su nariz y su comisura del labio. Estaba inquieto, tomó el vaso de cristal con agua, y se estancó en observar el líquido. Patryck esperaba con la pastilla en la mano, para entregárselo a Tord en la boca, pero este solo, no apartó su ojo del recipiente.
Y es que, el pudo verse reflejado en el líquido trasparente. Como un espejo, sentía que el "yo" que veía en el, no era quien deseaba ver. No a un Tord con el rostro magullado y casi irreconocible. Con la venda blanca cubriendo algo que simplemente ya no existía. Pero le hacía bien creer que si.
"Pensé que éramos amigos, Tord".
"Yo no soy tú amigo".
"¿Por qué nos haces esto?".
"Me lástimas".
"Te odio, te odio, TE ODIO".
Y dejó caer el vaso.
El cristal se rompió. El agua se esparció por el suelo y...— ¡Tord!, respira, solo trata de tranquilizarte — gritó Patryck.
¿Por cuanto tiempo se había compadecido tanto?.
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"Ego ғragмenтado"
Fanfiction☆["sus lágrimas resbalaron por su mejilla. Thomas escondió su rostro en la nuca de Tord. Se apretó contra él. La respiración de ambos se agitó. Algo en ellos explotó. Algo en ellos se rompió. Algo en él... - ¿por qué me dejaste ir?"]☆ Historia TomTo...