[🌙.9]

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Tord.
— ¿qué?
— ¿por qué quebraste el espejo? — Paul estaba enfadado, estaba más que harto de como el más joven adquirió un comportamiento hostil por las cosas, y por sí mismo. Pretendía ser el que no se enteraba de nada, porque usualmente era Patryck quien lo auxiliaba.

La última vez que lo vió, fue cuando su pareja le dijo que subiera y notara que eran aquellos golpes constantes que se escuchaban en la habitación de Tord. Por supuesto, lo encontró tirado, pálido y con la mirada perdida y la boca entre abierta. Con la comida, los medicamentos y la lampara esparcida por el suelo.

Eso lo sacó de onda, sintiéndose algo, incómodo y extrañado. Jamás había visto a ese chico tan enérgico colapsar de esta manera. No lo negaba, sentía algo de lastima.
Aunque también un poco de ira porque, al parecer, en su época como reclutas, su novio y el escuincle, habían hecho un extraño pacto de maternidad o algo así. Patryck actúa como una madre desesperada por amortiguar las heridas de Tord. Y este como niño caprichoso que no quería la ayuda de su madre.

No hizo mucho ese día, solo, levantarlo y acomodarlo. No cambio su postura, solo, entró en shock y así quedó desde entonces.

Hasta ahora.
Hace una hora qué Patryck salió por algunas despensas, pidiendo que se encargara y checara a Tord de vez en cuando mientras que el regresaba.
En eso, nuevamente escuchó como algo en el segundo piso se quebraba, algo como cristal.
No pudo evitarlo, rodó los ojos y bufó un poco.

Sabía lo que había hecho el incapacitado de arriba, pero en serio, en serio, no comprendía muy bien por qué hacía eso.

— ¿me vas a decir, o, quieres que lo hagamos por las malas?
Y así es como, otra vez estaba en, otra nueva situación con el pequeño Tord, sentado, mirando sabrá qué cosas, y con el espejo grande, roto; junto con una taza de porcelana quebrada al costado.
Paul se encontraba con los brazos cruzados y el entrecejo fruncido. Su ánimo no era el
mas favorable para la comprensión del menor.

Patryck podría tolerar algunas cosas, pero últimamente, Tord estaba agarrando un geniecito, que empezaba a detestar.
¿y bien? ¿Me lo vas a pagar?.

Otra vez, sin respuesta.
Aquel espejo realmente no le interesaba mucho, es decir, sí, había sido un regalo de su amada abuelita que podría decirse, se convirtió como una madre para él. El hecho de que fuese algo de valor, no significaba que fuese tan aprensivo a los objetos, pero tal vez, si se sintió muy herido al ver como algo que te recuerda a alguien y que sabes que te lo dio con tanto amor, se vea quebrantado por un alguien que no es consiente de ello.
Paul sabía que era un simple espejo, pero lo que realmente lo hacía rabiar, era que Tord no se daba cuenta de cómo algunas de sus acciones podrían generar daños a otros. Incluso si no es intencional.

Peor aún, ¿no?

Por última vez, trató de controlarse, de suspirar hondo, y volver a intentarlo.
Su mandíbula con ello se tensó, pero buscaba mantener la calma.
Así que, se hincó esta vez, más cerca de él. Y volvió intentar.
— ¿por qué quieres negar la verdad?.
Eso sorprendió a Tord, que instintivamente, lo volteó a mirar. Las emociones de repente estallaron y las sensaciones golpearon su conciencia.

Paul torció sus labios en modo de sonrisa.
¿Qué más podía ser? El nene al parecer necesitaba algo de, compasión, de, mentiras que lo hagan sentir mejor.
Algo que no lo haga sentir culpable de sus actos. Tord estaba negando los hechos. Y probablemente Patryck lo estaba solapando.

¿Qué es esto? ¿Una especie de "tranquilo yo recojo tu basura mientras tú te regocijas en mentiras?". ¡Por favor!, no era estupido.  A lo mejor y él no lo notaba, pero estos comportamientos los había visto en muchas ocasiones en la mayoría de sus compañeros cuando sentía demasiada culpa y horror por haber matado gente inocente en medio de guerras.
Arrebatar una vida NO es una cosa genial, estas personas tenían familias esperando sus regresos. Una esposa a la cual besar, unos hijos que anhelaban que la espera acabara para cuando regresaran, ellos vendrían corriendo hacia ellos diciendo "papá" mientras sus sonrisas inocentes llenaban de alegría sus podridos corazones. Había un todo en cada persona, Amistades, proyectos, sueños, una vida...
La guerra arrebata toda tu humanidad, y aunque muchos crean que es un milagro que hayas regresado con vida, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, solo regresa el cascarón.
Todo esto, era un acto de autodefensa para no lastimarse psicológicamente por sus acciones.

Escapar de la realidad. De una pesadilla.

Dejó caer su cabeza ligeramente, riendo un poco. "En serio esto era todo un, drama".

escúchame bien...— entonces Paul hizo lo que tuvo que hacer desde un principio, aclarar límites, y desnudar mentiras que herían más al muchacho. No quería ser cruel, pero necesitaba que este abriera los ojos. Era joven y con mucho talento. Podía remediarse aún. Que la armada lo haya hecho tocar fondo y desterrado, fue lo mejor que le pudo haber pasado. Tal vez, él aún no dimensionaba eso, pero había visto como hombres de gran corazón, terminaban siendo las personas más corrompidas y corruptas en todas las instalaciones militares. La guerra era eso, y aveces significaba sacrificar tu valor moral y ético, para convertirte en la ambición de tu vida. En nada. — estoy harto de ver cómo Patryck, se parte la espalda, por hacerte de comer, para que tú...
Lo señala con su dedo índice.
lo derroches por el suelo, y no te la tragues.
Tord se abstuvo a decir algo. Pero sentía como la vergüenza comenzaba a picarle la cara.
— mi querido Prometido — enfatizó la oración, y el de ojos esmeraldas tragó en seco— está volviendo a tener episodios de pánico, por TÚ CULPA.

"Culpa".

— ¿sabes lo mucho que le costó, superar esa mierda? — bueno, tal vez y se estaba saliendo un poquitito de control. — no eres el único que ha sufrido aquí, jovencito. No eres el único que tiene pesadillas y eventos traumáticos. Si quieres lamentarte, OK. Estás en tu derecho. pero, desde que te conocí... — "Patryck me va a matar" pensó.— solo he visto un joven cobarde que no puede hacerse responsable de si mismo. Y culpa a los demás, de sus porquerías. El maldito espejo no me importa ni un bledo, pero si que me interesa cómo estás apunto de matar a Patryck de un ataque al corazón, con tu actitud de porquería. — Oh vaya, y aunque se sentía que estaba apunto de colapsar por la ira, logró contenerse — así que...
¿Vas a escupir lo que te sucede ó, seguirás haciendo que mi esposo se parta la madre por ti?.

Y lo dijo, lo escupió. Pero bueno, Paul se sentía orgulloso por no haber hecho algo mucho peor, cómo sería en el pasado. Eso significaba que había aprendido.  Así que, estaba listo como para, tratar de desmoronar lo que Tord había construido por años. Un gigantesco muro de dolor que solo lo hundían más de lo que podría respirar.

Según él.

— 🌙—

— ¡¿Qué hiciste qué?!
Solo que antes de hacer eso, tendría que darle una larguísima explicación y motivos a Patryck, que lo convenciera para no mandarlo al sillón esa noche.

"Ego ғragмenтado" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora