[🌙.5]

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Su piel.
La delgada y suave piel de Tord.
La espalda de Tord. Desnuda, boca abajo.
Su cabeza hundida contra la almohada, tratando de esconder su rostro, el sonrojo que acariciaba su cara y sus orejas.
La respiración acelerada. Con su cuerpo empapado de resbaladizas gotas saladas.
Los mechones de su cabello, se pegaban en su frente, algunos tocaban sus párpados cerrados con delicadeza.
Sus labios rosados, se habían tornado en un ligero color más rojizo. Más hinchados, y más húmedos.

Sintió una punzada en su parte íntima. Una sensación que lo hacía derretirse y desear más. Una emoción que lo hacía estallar y abrir su boca liberando al momento de gemir.
Se quejaba por debajo, se removía entre las sábanas y esperaba con algo de ansiedad.

Se sentía vulnerable debajo de él. Aunque estaba desnudo, aunque estaba expuesto y dejándose ser delante de Tom.
Sentía que sus ojos negros desnudaban algo más que solo su cuerpo. Su alma.
Sintió el peso de su anatomía aproximarse con el otro. Anhelando más el roce. Es como si al tocarse, liberaran electricidad. Una química que hacía que se le pusieran los pelos de punta.

Tragó saliva al sentir la respiración de Tom cerca de su oído por segundos. Las manos, se escabullían acariciando de largo todo su cuerpo, desde su cintura, hasta su mano, tomándola como si estuviesen apunto de caerse. De soltarse.

Fue entonces cuando sintió los helados y ásperos labios de Tom besar su cuello. Morder la zona, lamerlo, marcarlo. Inconscientemente Tord estiró un poco su cuello con la libertad de que Tom no se detuviera. Porque amaba cuando ocurría eso. Cuando sentía el destello de su corazón acelerarse.
Chilló por debajo. Porque los besos de su tesoro empezaron abajar. Sentía como succionaba su tez, Tom comenzaba a dejar rastro. Mordía su hombro. Abrazaba y tocaba cada parte de él.

Tom...
Miraba por el rabillo de su cabello, a aquel hombre que un día sin darse cuenta, terminó rendido en sus brazos, en sus ojos vacíos, en su voz. Sentía como la parte íntima de Tom permanecía en su interior, no dolía, pero lo hacía sentir incómodo.
Thomas interpretó su reacción con una risilla, y terminó por darle un beso en su mejilla. Volviendo a encimar su palma con la mano ajena.
lo siento. — sonrió contra su pomulo.
Hum.— Tord amaba el cuidado y el trato que su novio le daba. Esa delicadeza de protegerlo y hacerlo suyo. Porque eso eran, uno.
Lindos. Lindos y constates besos que comenzó a llenarle el rostro. Uno, dos, tres, seis...

Y Tord quería más.

Volvió a reír Tom.
amo cuando te dejas ser. Eres realmente hermoso.
Restregó su cabeza contra la del noruego con cariño.
Amo tocarte Tord.
Lo abrazó.
Amo que me dejes amarte.
El corazón de Tord se aceleró.
adoro que seas mío.
Los ojos del noruego se aguaron.
—"me haces sentir como cuerpo y alma."
Y sus lágrimas resbalaron por su mejilla.
Thomas escondió su rostro en la nuca de Tord.
Se apretó contra él. La respiración de ambos se agitó. Algo en ellos explotó. Algo en ellos se rompió. Algo en él...
¿por qué me dejaste ir?.

Hizo que se odiará más.
Y así fue como despertó.

"Ego ғragмenтado" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora