Among Us

El Escondite

Simu tomó el teléfono...

-Ey, Henry, los chicos y yo iremos por unos tragos y por chicas, ¿Quieres venir?-

-Ehhh, no, lo siento, hoy no puedo. Tengo que resolver algo-

-¿Volverás a colarte en un auto?-

-¡Ey! Esta vez es por algo importante-

-La curiosidad no es algo importante-

-Lo siento, estoy muy aburrido

-Como sea. ¿Has visto a Ethan? No lo encuentro en ningún sitio-

-No, lo siento, nos vemos luego-

Henry colgó el teléfono. Checó sus bolsillos; Unas monedas y su teléfono fue todo lo que pudo encontrar.

<<Dios, ¿Esa chica no saldrá hoy? Quizá debería irme, creo que esto no es correcto>> pensó internamente. Las palabras de Wendy le habían dejado perplejo, ¿Arriba? ¿Novatos? ¿Autorizado? Por la cabeza le habían llegado algunas ideas, incluidas en que podría estar metida en algún negocio turbio; En tal caso, debía averiguarlo antes de que alguien saliera herido; Por suerte, tenía práctica en ello. Antes de salir, escuchó que alguien se estaba acercando. Rápidamente se agachó detrás del asiento piloto, donde encontró un labial rosa debajo. La chica entró, se sentó, y aunque sintió una ligera incomodidad, lo último que sospecharía es que alguien se hubiera colado en su auto. Se miró en el espejo; Luego, abrió su bolso donde buscó algo.

-Dónde dejé mi... Oh, gracias- Dijo ella, tomando el labial que la mano le había dado y colocándoselo- Espera un... Nah-

Metió la llave y fue en camino.

Tras un rato, su teléfono sonó.

-Ey, ¿Ya casi vienes?-

-Sí, sí, voy en camino. Tuve un incidente con la aspiradora-

-Bien. Ten cuidado-

-Lo sé, lo sé. Ahora me aseguraré de bajarme cuando me sigan-

-De acuerdo. Por cierto, ¿Segura que Polus significa "Libertad" En latin?-

-Noup, sólo lo llamé así porque así se llama mi perro-

-¿Okey...? Nos vemos luego-

Pasó otro rato. Henry se sorprendió del largo del viaje. Y más sorprendido estuvo cuando observó que la chica salió de la ciudad, dirigiéndose a unas pequeñas colinas. Viendo si no había algún auto cerca, rodeó una de estas colinas. Dejó su auto bajo la sombra de un árbol, tomó su bolso y bajó.

-¿A dónde demonios va?- Preguntó Henry en voz baja. Wendy se acercó a una piedra. Ahí, pasó su muñeca con su brazalete encima, y la piedra soltó un ruido extraño, un pequeño ruido que indicaba que la acción se había hecho correcta. Tras eso, se abrió una entrada del suelo, una con un tamaño considerable. Henry trató de ver más, pero no podía. Wendy se regresó a su auto, y entró en ese lugar. Ahí, Henry notó que se trataba de un gran estacionamiento, con pocos lugares vacíos, pero bien iluminado. Aún no entendía nada de lo que estaba sucediendo. La chica se estacionó y bajó. Revisó unas cosas de su bolso y se puso en marcha. Henry cuidadosamente bajó del auto. Yendo de puntillas, siguió a Wendy, la cual lo guio a...

<<Santa mierda>>

Era totalmente una gran base. Estaban ambos en la entrada principal, un gran espacio donde muchas personas se encontraban dando vueltas, algunas con uniforme blanco, otras con sólo una maleta. Henry no estaba seguro de qué hacer. Rápidamente encendió la cámara de su teléfono y lo guardo en su bolsillo trasero, después, metió las manos en su bolsillo y siguió a Wendy tratando de no llamar su atención.

Ella se dirigió a un pasillo, y llegó a un cuarto, cuya puerta daba a entender que se trataba del baño de damas. Henry, viendo que nadie se encontraba cerca, observó por la abertura de la puerta.

-Vienes con gran ánimo hoy, ¿Cierto, querida?- Comentó una de las chicas allí. Wendy dio una pequeña risa.

-Trabajar desde casa fue bueno mientras duró, me duele más la espalda que el choque-

Wendy, en un momento, se quitó el abrigo blanco, además de la camiseta y el pantalón, quedando sólo en ropa interior. Aunque a Henry eso era lo último que le importaba.

-Linda vista, ¿No, amigo?- Dijo alguien al lado

-Shhh, necesito escucharlas-

-¿Eres el nuevo?-

Henry se dio la vuelta, y ahí lo vio, un hombre con camiseta roja, complexión musculosa, barba corta.

<<¡Demonios!>>

-Hola- Dijo Henry con una sonrisa- Así es, soy el nuevo-

-Bien. Entonces deberías ponerte el uniforme e ir a la sala.

-Sí, sí, sí, por supuesto, a la sala, mi uniforme, sí-

-Tú eres de la sala de armas, ¿Cierto?-

<<Sala de armas? Qué diablos hacen aquí?>>

-Eeeeeexacto, emmm... Creo que debería dirigirme a la sala de armas-

-Curioso, aquí no hay ninguna sala de armas-

-...- Henry trató de tomar su teléfono, pero al tocar su bolsillo, no pudo sentir más que su trasero

-¿Buscabas esto?- Dijo el tipo, mostrando el teléfono en sus manos.

-je... je... je...- Asustado, Henry no pensó y soltó un fuerte golpe en su cara, tirándolo al suelo... O al menos ese fue su plan, de no ser porque el tipo atrapó su puño antes de que este le tocara.

-Tienes agallas, chico...- Éste le golpeó duro en la cabeza y lo tiró al suelo, inconsciente- Lo que no tienes es fuerza-