Verdad

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Henry: Y así fue como todo sucedió. Fue algo tonto, ¿No? Irnos sin consultarlo. Ahora perdimos casi la mitad de los recursos y de oxígeno. Desearía haber sido yo... ¿Es que acaso siempre debo de equivocarme? Debiste estar tú, seguro nos hubieras detenido.

Le tocó la cabeza a Ethan, que estaba ardiendo en fiebre.

Henry: Es una lástima, ¿No? Después de todo al final nadie va a volver. Yo... lo siento por Wendy, yo sé que ella te agradaba. No reaccioné de la mejor forma, tenía miedo y... Sabes, aún recuerdo ese parque. ¿Quieres ir a ejercitarte otra vez? Yo sí quiero.

Ethan respiraba con más dificultad.

Henry: No más falsas promesas, amigo. Nos veremos en otro lado...

Henry entonces salió de la habitación, y Ethan dejó de sufrir. Fue a la cafetería, donde estaban Louis y Sarah, y les hizo saber la noticia. Se pusieron alrededor del gran botón rojo, y no dijeron ni una palabra. Sólo pusieron un pan con pasas en la mesa y una botella vino, cada uno con una copa, y comenzaron a comer. 

Henry: ¿Cuántos años tienes, Louis?

Louis: 41, ¿Por qué la pregunta?

Henry: Es sólo que llevamos dos meses aquí y nunca me lo había preguntado. ¿Y tú, Sarah?

Sarah: 39, no se le pregunta la edad a una dama, pero a quién le importa.

Henry: Yo 37. ¿Y tienen alguna mascota?

Louis: Un canario en casa. Está en cuidado de una amiga, espero que esté bien.

Sarah: No. Tengo un hijo, mañana cumple seis.

Henry: Lo siento.

Sarah: Está bien, confío en que mi esposo lo cuidará bien.

De nuevo, no se atrevieron a decir más. Acabaron la cena, Henry recogió los platos, pero cuando se dispuso a levantarse, Sarah lo detuvo.

Sarah: Espera, quédate aquí.

Henry se sentó de nuevo.

Sarah: Si vamos a descubrirlo tiene que ser ahora. 

Louis: ¿Para qué? De igual forma moriremos.

Sarah: Entonces no me gustaría llevarme esa duda a la tumba.

Los dos chicos se exaltaron al ver cómo Sarah sacaba esa pistola de debajo de la meza.

Henry: ¿Qué? ¿De dónde sacaste eso?

Ella la apuntó a Henry.

Sarah: ¿Eres tú? Por favor sé honesto.

Henry: Claro que no, y no dejaré que manchen mi nombre. Sólo vine aquí para escapar de la tierra un momento. Aunque ahora quisiera volver. No, no soy yo.

Sarah entonces apuntó a Louis.

Louis: Yo sólo quería guiar al equipo al mejor camino. Nunca planeé nada parecido. Ahora sé que nunca fui el indicado para liderarlos, así que sí, si están todos muertos me pueden culpar a mí. Dispárame ahora.

Sarah: Seguro, hazte el humilde, seguro que me das ternura y no lo hago, ¿Verdad?

Louis: ¿Hacerme el qué? A ver, ¿por qué no serías tú en todo caso?

Sarah: Después de todo lo que he pasado no dejaré que alguien venga a culparme de algo que yo no hice. ¿Crees que mataría a Alex siendo su única amiga? ¿Me ves a mí capaz?

Louis: Aún no escucho una razón razonable.

Sarah: ¿Qué te hace sospechar de mí?

Louis: Quizá el echo de que me estés apuntando con un arma.

Sarah entonces se guardó la pistola.

Sarah: Tú y yo... Llevamos años trabajando para el mismo grupo. De pronto llega Henry y esto pasa...

Ambos voltearon a ver a Henry.

Louis: ¿De dónde vienes?

Henry: Y-yo nací aquí, en Delaware. Estudié en Andrew's, pero no conseguí el empleo que buscaba. Estuve mucho tiempo ofreciendo servicios a domicilio como masajes o limpiezas... Luego me contrataron en Eight Twelve y llevo trabajando allí tres años.

Sarah: ¿Y cómo encontraste el lugar?

Henry: Seguí a mi vecina Wendy cuando la vi actuando raro. Me echaron de allí, pero Ryan y Ethan me invitaron a volver. ¿Lo recuerdas Louis? Esa noche en mi casa.

Louis cruzó los brazos y volteó  otro lado. En eso, hubo una pequeña turbulencia.

Sarah: Si no me dicen ya quién es les dispararé a los dos.

Louis: Ey, ey, espera, no te pongas histérica.

Sarah: N-no estoy histérica, sólo... Aún podemos sobrevivir si nos aferramos.

Henry: ¿Y quién asegura de que muera con un tiro a la cabeza?

Sarah: ¿Qué clase de criatura no muere con un tiro a la cabeza?

Louis: Las cucarachas.

Henry: ¿Las cucarachas?

Louis: Sin la cabeza morirían de hambre. Digo, puedes sobrevivir una bomba nucle...

Sarah: Pero él no es una cucaracha, ¿Vale? Así que contaré hasta diez, y si nadie dice nada para entonces, ¡yo voy a...!

Henry: ¿No bebiste tu copa?

Henry y Louis finalmente se percataron de que Sarah no había tocado su bebida en todo el rato.

Sarah: Oh, sí, n-no tomo. Eso no es lo importante, el punto es que...

En eso una llamada, una al teléfono de Sarah, una que no tenía previsto.

-Hola... ¿Hola? Sab... qu... Es? Tas... ahí- No se escuchaba del todo bien.

Louis: Sarah, tú... ¿Podías hablar a la tierra todo este tiempo? 

Sarah: No, no, yo...

Henry: Y nunca dijiste nada. Por que tú...

Sarah: ¡Basta! ¡Háganse a un lado! 

Volvió la turbulencia. Louis se acercó a ella lentamente.

Louis: Sarah, ¿por qué lo hiciste?

Sarah: ¡Yo no hice nada!

Louis: ¡Deja de mentirnos! Podemos arreglar esto si tan sólo...

Ella apretó el gatillo.

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