Beer Pong

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Se encendió la fiesta, o esa era una forma de decirle a esa pequeña reunión. Estaban en la cafetería con música que no sonaba a más de seis pasos, pero era lindo el tener algo del qué entrenerse. Angie y Tom se la estaban pasando bien jugando con vasos y una pelota, esto a pesar de que Louis estuviera en contra.

Louis: ¿Ustedes beben en el trabajo?

Tom: Viejo, llevamos... ¿Cuánto tiempo llevamos en la nave?

Angie: Como sea, somos nueve hombres adultos en una nave sin supervisión de un jefe, no divertirnos sería un crimen.

Louis: Yo sigo siendo su jefe. Tienen suerte de que soy un jefe relajado.

Louis se recostó en la silla y dio un sorbo de alcohol, sólo uno. Ryan leía sentado junto a la pared, y Henry estaba dormido en sus piernas. Ethan y Sarah se encontraban en la sala de cámaras.

Ethan: ¿Y entonces de noche se apagan las cámaras?

Sarah: Así es. Aunque quizá sea buena idea dejar supervisando a alguien.

Ethan: ¿Tú crees? ¿Quién estaría dispuesto a pasar más de seis horas en un monitor mientras todos los demás duermen?

Sarah: Nos iríamos turnando como con las camas. Además, es nuestra seguridad.

Los dos entonces voltearon al escuchar unos pasos, pero tras cinco segundos de esperar, lo ignoraron y volvieron a las cámaras.

Sarah: Pensé en mover las cámaras para abarcar más espacio, pero son fijas. Sólo graban los pasillos.

Ethan: Es sorprendente que toda esta maquinaria siga funcionando después de tantos años inactiva.

Sarah: Bueno, en el espacio ¿qué cosas hay que lo puedan dañar?

Ryan observó a Henry con una sonrisa.

Ryan: Oh, qué lindo te ves así dormidito... Qué lastima que me estás entumiendo la pierna.

Louis los observó, y aunque su curiosidad le hizo querer preguntar, prefirió dejarles su privacidad.

Tom: Esos dos ya hasta parecen pareja.

Angie: Esos dos son pareja.

Tom: ¿Lo son?

Louis: ¿Lo son?

Angie: Lo sé, y gracias a Dios, que era frustrante cómo se daba y no se daba y no la cosa.

Louis: Bien por ellos. Sólo espero que eso no los distraigan de...

Angie: El trabajo. ¿Hay más en tu diccionario que esa palabra?

Louis: ¿Qué? ¿Te parezco tan aburrido?

Angie y Tom asintieron. Louis levantó una ceja sonriendo y se puso junto a la mesa. Reacomodaron los vasos y se unió junto a Angie para derrotar a Tom. Éste observó a la pareja a lo lejos, y aunque no era homofóbico como su padre, sí llegó a sentirse algo incómodo. Pasaron un rato jugando. Angie observó a Louis que se le veía contento y riendo, cosa que siempre había sido muy rara en él. Ella también se alegró incluso habiendo perdido el juego. Tom comenzó a guardar los vasos, pero a la mitad del camino le surgió otro ataque de tos. Angie y Louis fueron rápido en su ayuda. Tom les alejó con sus manos.

Tom: Estoy bien, estoy bien.

Él buscó en su cangurera, pero ésta la olvidó en la ducha. Ahí sí comenzó a preocuparse. Los otros dos no sabían bien qué hacer, hasta que milagrosamente encontró una pastilla en su bolsillo sucio. Rápidamente la bebió y se sentó recuperando el aire.

Angie: No nos asustes así. ¿Seguro que está todo bien?

Tom: Seguro. Traje reserva como para un año y medio.

Louis: De cualquier manera, insisto en que no debiste unirte a la misión con tu salud así.

Henry, con todo ese alboroto se despertó.

Henry: ¿Están todos bien? Escuché a alguien tosiendo.

Ryan: Un problemita, pero todo está en orden.

Henry: Ey, ¿Jugaban Beerpong? ¿Por qué no me invitaron?

Ryan: Acabas de despertar, no te dejaré hacerlo.

Henry: Espero que no seas tan aburrido como el señor de rojo.

Louis: ¡Oye!

Ryan: También puedo hacer locuras contigo.

Henry: Bueno, no me vendría mal una prueba de ello.

Ryan rio y se acercaron para darse un beso, siendo interrumpidos por un grito, un grito de una tipa y un tipo al unísono. El ruido vino de almacenes, a lo que todos allí fueron corriendo inmediatamente. Frente a las cajas estaba Sarah en el suelo temblando, con la mano en la boca y al borde del llanto. Louis fue hacia ella.

Louis: ¿Estás bien? ¿Qué mierda pasó?

Sarah señaló a las cajas, refiriéndose que estaba detrás de ellas. Los chicos caminaron para rodearlas. Louis, apenas verlo, tropezó al suelo horrorizado. Angie tapó la cara, Tom quedó paralizado, Henry abrazó fuerte a Ryan. Y la música acabó.

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