Tras una noche larga, Sarah abrió suavemente los ojos, deseando que las camas que les dieron hubieran sido más cómodas. Se levantó y la enrolló para ponerla en la esquina. Planeó ir a desayunar, pero primero debía activar las cámaras, eso era ya una rutina para evitar cualquier accidente, pero esta ves ocurrió algo diferente, pues pudo ver a Wendy, Ryan, Louis y Al en los pasillos, todos buscando algo. Curiosa salió de la habitación, y allí chocó con Tom.
Sarah: Lo siento.
Tom: ¿Qué haces?
Sarah: ¿Qué? Salir.
Tom: Alex, ¿Está contigo?
Tom levantó su cabeza por encima de Sarah para observar la sala, pero ésta se encontraba vacía.
Sarah: ¿Alex? No, no lo he visto, ¿Qué pasa con él?
Angie: Eso mismo, nadie lo ha visto.
Ambos observaron a Angie llegando de la nada. Sarah entonces comenzó a preocuparse. Rápidamente salió a buscarlo, y así fue. Henry se fijó en los almacenes, gritando el nombre del sujeto, pero no estaba. Ryan se fijó en los baños, pero nada. Louis y Al fueron juntos a electricidad, con el mismo resultado. Ya todos comenzaban a desesperarse, buscando en cada pasillo, cada esquina, sin rastros. Ethan y Al se encontraban juntos buscando.
Ethan: No es posible, es imposible que desaparezca sólo porque sí.
Al: Sí, y dudo que se haya ido a buscar cigarrillos.
Ethan: No creo que vendan cigarrillos espaciales por aquí. Dios, sólo espero que esté bien.
Al: Exactamente en una situación como esta no creo que sea así... Hay que encontrarlo pero ya.
Siguieron buscando por veinte minutos. Sarah, Tom y Louis se encontraron en la cafetería.
Tom: ¿Ya buscaron en toda la nave?
Louis: Dos veces.
Sarah: Dos no son suficientes, busquen tres, cuatro veces.
Los dos tipos notaron a Sarah muy alterada.
Louis: Ey, él estará bien.
Sarah no respondió.
Tom: Hay que avisar a la base, quizá ellos pued...
Sarah: ¡El sótano! ¿Ya buscaron ahí?
Louis: N-no, creo que no.
Tom: Yo te acompaño. Louis, tú prepara un desayuno, los demás no dejarán de buscar.
Louis: ¿Se te olvidó quién es el líder?
Sarah: Eso qué importa, vamos.
Los dos se dirigieron allá. Louis tomó unas bolsas con pan, otra con macarrones en salsa y la última de pollo deshebrado. Al y Wendy entonces llegaron.
Louis: ¿Qué tal?
Wendy negó con la cabeza, y Al levantó los hombros. Ambos se dejaron caer en la silla.
Al: ¿Ya intentaste comunicártele?
Louis: ¿Crees que soy idiota? Claro que sí.
Al: ¿Y qué tal?
Wendy: Su traje está aquí en la nave, y no falta ninguno de repuesto.
Al: Quizá fue a correr por la calle y olvidó que no estamos en la calle.
Wendy: No es momento para bromas... En serio espero que esté bien.
Louis: Sí, es un buen sujeto.
Al: ¿Recuerdas su apellido?
Louis: Eh... Bueno, puede que también sea no muy relevante, pero hacía lo suyo. Cuando lo encuentren le daré alguna penitencia, debería entender que aquí todos somos parte de...
Fue allí cuando escucharon el grito más fuerte que jamás habían oído. Era como un dueto, una vos media grave y otra aguda al unísono, gritando en el sótano. Todos en la cafetería dejaron lo que estaban haciendo y corrieron a toda prisa al sótano. Bajaron, pero al rededor no había nada, sólo la nave; pero afuera, en la puerta, lo encontraron a él, Tom tirado en el suelo, temblando como un chiguagua. Corrieron hacia él, que estaba al borde del llanto.
Louis: ¡Ey, ey, ¿Qué sucede?!
Al: ¡Tom, dinos qué pasa aquí!
Tom no dijo una palabra, se limitó a señalar el dedo a la entrada. Tragaron aire y los tres ingresaron a la nave, a lo que finalmente entendieron todo el escándalo. Sarah también estaba allí, pegada a la pared, horrorizada.
Angie se había cansado de buscar sin éxito, y ella sola recordó un lugar en el que quizá no habían investigado: El sótano. Se acercó a éste, pero notó que la escotilla estaba abierta, por lo que ya le habían ganado. Pero no tenía nada que perder. Ella bajó las escaleras, y no necesitó llegar al suelo para observar el show: Tom en el suelo aún temblando, Wendy sentada mirando a la pared tapándose los oídos y dejando salir un mar de lágrimas, y Louis, él sólo salió de la nave y comenzó a vomitar. Angie supo inmediatamente que algo no estaba bien, y no necesitaba ser un genio con una escena así. Ella bajó y se acercó a la nave, a lo que Louis se intervino.
Louis: ¡No, no, no entres!
Angie: ¿Por qué? ¿Qué pasa allí?
Louis: No quieres entrar, en serio no debes.
Angie: ¿Qué hay allí? ¿Encontraron a Alex?
Parece que ese nombre fue la palabra clave para que Louis se fuera corriendo a expulsar otra ráfaga de vómito. Angie aprovechó eso para entrar. Nunca olvidaría lo que vio, y puede que ella ya hubiera visto cadáveres antes, pero nunca de un conocido y, peor aún, nunca así de deformado.
Las paredes estaban chorreadas de sangre, el cuerpo estaba casi partido a la mitad de la cintura para abajo; el estómago se encontraba abierto y muchos órganos estaban extraviados; se podía decir que prácticamente estaba nadando en un charco rojo. La cara fue lo único que su asesino respetó, pues se encontraba perfecta, mostrando su última expresión de horror y dolor absoluto. Angie se tapó la boca y sintió que, como su compañero Louis, vomitaría en la nave, pero pudo controlarlo. Volteó a su lado, y se encontró a Sarah en el suelo. Angie se arrodilló para estar cerca de ella, y así vio la cara de Sarah, una cara que sólo se podía describir como la mezcla de tristeza, horror, desesperación y arrepentimiento, arrepentimiento de no haber estado más tiempo con él. Angie la abrazó y la puso de pie, tomándole para que no cayera.
Angie: Ven, vámonos.
Saliendo los otros no parecían poder calmarse, y mil pensamientos pasaban en la mente de cada uno de ellos. Angie sentía cómo el corazón le palpitaba en el pecho, y aunque ya había visto contenido sangriento en internet, el echo de vivir uno en la vida real, tan cerca de ella, y tan gráfico hacía que su cuerpo temblara y comenzara a sudar. Sacó a Sarah y la sentó en el suelo. Por la escalera bajaron Ryan y Ethan.
Ethan: ¿Qué a pasado aquí?
Angie: Ethan... tenemos un problema.
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Among Us
Science FictionÉl lo sabía, pero, ¿Qué debía hacer? No podía, no podía regresar, y "eso" lo sabía. Pero, ¿Cómo saber quién era? Nadie en la mesa dijo nada. Salvo alguien. Miró el techo... Y ella dijo: Hay un impostor entre nosotros. Esta historia, obviamente, e...