𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟒 - ¡𝐋𝐲𝐝𝐢𝐚!

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Habían pasado cuatro días desde nuestra primera vez juntos al estar tan... unidos..., aquello me hizo desearla más intensamente. No fue la única vez que lo hicimos después de ese día, ella es tan... apasionada..., no puedo apartar la vista sobre ella, jamás me cansaré de admirarla, ella es completamente mía y de nadie más.

-Amor...

-Dime princesa -Se levantaba de su asiento -¿Qué ocurre? -Se acercaba a ella.

-Mira estos pajaritos -Lo señalaba -¿No son bellos? -Decía con ternura.

-Tú eres bella... -La miraba enamoradamente.

-Awww.... gracias.... -Lo abrazó -Tú siempre tan halagador -Se separó de él y lo besó rápidamente en los labios -Por eso es que te amo tanto.

-Ya es hora que entremos Lydia -Miraba su reloj en su muñeca -Son las 19:45 hrs. debemos tener cuidado en la noche.

-¿Por qué? -Preguntaba curiosamente.

-Porque a las 21:00 hrs. siempre llegan los cazadores alrededor de este bosque -Se acercaba a ella y le acariciaba su rostro -Y no quisiera que alguno te confundiera y te lastimara con algún animal, ya ha pasado antes y no quisiera perderte...

-No me perderás -Tomaba la mano que ma acariciaba y la besó -Siempre estare contigo -Lo observaba con sus ojos verdosos.

-Vamos -Le sonreía.

Liam llevó los asientos mientras Lydia llevaba lo que acababan de comer anteriormente. Una vez que llegaron a la cabaña, cerraron todas las puertas y se acomodaron en la habitación. Se abrigaron ambos y Liam la abrazó mientras ella los cobijaba para no pasar frío durante la noche.

-Ay... Lydia..., cómo te amo... -Le susurraba.

-Yo también... -Decía contenta mientras también susurraba.

De repente se escuchó un estruendoso sonido de la puerta del comedor, a lo que Liam y Lydia se sentaron en la cama mientras se escuchaba una explosión en la puerta de la habitación, entrando varios policías armados apuntándolos.

Liam levantó sus manos en señal de rendición mientras veía como Lydia se paró de la cama y se fue entre medio de los policías, yéndose lejos de él.

-¡Lydia! -La llamaba, pero ella no volteó ninguna vez al escucharlo, pérdiendose dentro de la multitud -¡¡¡LYDIA!!!

Los policías lo inmovilizaron, reteniéndolo en el suelo con unas esposas en sus muñecas. Lo llevaban saliendo habitación por habitación del sótano hasta llegar a la superficie. Liam estaba intranquilo al no ver a Lydia por ningún lado mientras que algunos detectives lo veían como si fuése un monstruo, a lo que éste ignoró completamente hasta que llegaron a la patrulla para dirigirse a la comisaría en la ciudad.

Fue un largo viaje debido a que estaba la cabaña en la que se encontraban estaba lejos de la ciudad. Liam trataba de respirar con normalidad, pero cuando en sus pensamientos se encontraba el recuerdo de Lydia y de los hermosos días que estuvieron juntos en aquel lugar, le hacía respirar incontrolablemente.

Una vez que llegaron a la estación de policía, los padres de Lydia y su hermanito Jeremy se encontraban a la entrada de éste.

-¡¡Maldito!! ¿¡¡Qué le hiciste a nuestra hija!!? -Gritaba Gracie Gardner, la madre de Lydia -¿¡¡Qué diablos le hiciste!!? -Le trataba de golpear a Liam mientras él salía de la patrulla, pero los policías evitaban que se acercara a ellos.

-Tranquila Gracie -La agarraba suavemente de los brazos de ella -Ya se hará justicia -Decía Henry Gardner, el padre de Lydia.

-Mami, ¿Dónde está Lydia? -Decía el pequeño Henry de forma triste.

Al escuchar lo último, a Liam sintió una presión en su pecho al acordarse nuevamente de su amada Lydia.

Los policías lo llevaron a una sala en la cuál le hicieron quitarse la ropa y le dieron un traje azul oscuro para cambiarse y finalmente le tomaron una foto de perfil y de frente en un fondo con las mediciones de las estaturas mientras que él sostenía un letrero con sus datos.

Lo llevaron a otra sala con un gran espejo y una mesa y silla en el centro. Llegaron dos personas uniformadas a las cuales llevaban una placa.

-Buenas tardes, soy el detective Carter y este es mi colega Reynolds -Se presentaban -Me asignaron el caso de Lydia Gardner hace 3 meses atrás, quisieramos hacerle algunas preguntas respecto a la desaparición en la cuál usted, señor Liam Robertson, está implicado -Decía seriamente mientras lo miraba fijamente sin alguna emoción alguna.

-Está bien -Decía mientras el colega del detective con el que estaba hablando lo esposó a la mesa en caso de que Liam hiciera algo.

Fue un largo interrogatorio y unos duraderos trámites hasta llevarlo a la prisión de un nivel en la cuál solo estarían aquellos prisioneros bajo sospechas policiacas, en realidad todavía no estaría en la verdadera prisión mientras no se considere inocente o culpable mientras tanto.

Estaba encerrado bajo cuatro paredes grises y sombrías. Liam no sabía en qué pensar realmente, no sabía como había llegado a esto o cómo sucedió, por lo que cansado de todo este ajetreo, decidió dormir para recuperar fuerzas hasta mañana.

¿Confiarías en mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora