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parte 2: ¿amenaza?

Westeros: Desembarco del Rey

El cielo estaba nublado, sin siquiera dejarse ver el color azul peculiar y también había viento fuerte, algo no muy común en esa época del año.
Había dos guardias, como siempre, cuidando la fortaleza roja, su vista fija en el mar o en la vista que tenían enfrente cuidando de cualquier anormalidad que pudieran observar.
De repente uno de ellos empezó a ver figuras extrañas en el cielo, entre las nubes, pudiendo ser aves pero, ¿Qué aves volaban tan alto?

El guardia que miraba las extrañas figuras golpeó a su compañero llamando su atención, él se giraba molesto hasta que miró como estaba fija su mirada al cielo y también lo hizo, observando como las sombras se movían.

—¿Qué es eso?—El que lo notó primero habló, juntando las cejas cuando la figura bajo un poco más, pudiendo ver cómo aleteaba y bajó unos metros, volviendo a subir.

—¡Es un dragón!

—¿Estás loco? No digas esas cosas en voz alta.—Lo tomó de su armadura, poniéndolo en su lugar cuando quiso girarse.—Tienes esa fascinación desde que te conozco...

—¡Por eso! Voy por la comandante, sé que eso es un dragón.—Señaló seguro, cegado tal vez por los libros que leía y su compañero lo siguió temiendo a perder su trabajo por la locura de su compañero.

Lo siguió susurrandole por que parara hasta que entró a la sala de juntas, dónde suponía que estaba su comandante y la miraron ahí revisando el enorme mapa que tenían en el lugar, simulando Westeros.
Ella alzó la cara, haciendo su cabello negro de lado y miro como uno parecía haber visto un muerto y el otro estaba serio.

—¿Qué ocurre?

—Hemos visto algo raro en los aires, comandante.—El tipo que estaba sorprendido se acercó un poco más, mirando a sus espaldas dónde había un balcón por si se aparecía.

—¿Algo raro?—Ella alzó una ceja.—Sé más específico.

—Era algo grande, al principio pensé que era un ave pero las aves no son...

—Mire atrás.

El primero que entró señaló al balcón y obedeció extrañada, sin poder entender el comportamiento de esos dos hasta que se giro, mirando como la extraña criatura volaba en círculos sobre las nubes, solo pudiendo notarse su sombra hasta que hizo lo que momentos antes, bajó algunos metros.
La comandante tragó saliva y apretó la mandíbula, dejando el balcón y después la sala junto con los dos guardias, yendo directo a la sala del trono, con su rey.

Y ahí estaba también, sentado encima de una mesa que había en la enorme sala comiendo una manzana, partía pedazos con una navaja que tenía en la otra mano. Vestía de telas café oscuro, con su corona de oro a un lado descansando su cabeza ya que justo momentos antes tuvo que salir al pueblo. Su poderosa aura intimidó a dos de ellos, pudiendo observar sus perfectas facciones de cerca. Y cuando sintió la presencia de esos tres se giro a la puerta.

—¿Qué sucede?

En cuanto los tomó en cuenta los tres se inclinaron ante su rey y él solo los miró, haciendo un ademán para que entrarán y obedecieron, la comandante aclarando su garganta para hablar.

—Mi rey, los guardias han visto algo peculiar en el aire, algo volando.—El guardia que antes no lo había dejado hablar empujó al otro, haciendo que él se pusiera tímido cuando todos le miraban.

—Algo... mi rey... me pareció ver un dragón en el aire.

Jungkook junto las cejas confundido, dejando de lado su manzana y miro al guardia que había hablado, sin poder creer lo que había dicho.