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Que Jungkook, como había recordado que se llamaba, también participara de la cacería a la que había asistido esa tarde era totalmente una coincidencia del destino.

Se forzó a desviar su visión del alfa, cosa muy difícil cuando el sujeto estaba deshaciéndose de sus ropas sin prisa, para concentrarse en su hermano, que aparentemente también era un competidor de la actividad. Mordió su labio en una mezcla de preocupación y diversión, porque Hyunjin no era débil ni bajo, pero era menor que los demás y eso se notaba a leguas. Menos robusto, menos experimentado. Afortunadamente, esto no se trataba tanto de luchar, aunque la opción de que otro robara la presa de otro jugador mediante un combate era totalmente válida.

La cacería era un poco más difícil de admirar, porque los omegas podían simplemente esperar desde el punto de partida a los primeros que cumplieran con éxito o seguirlos a distancia para verlos en acción. La segunda opción era su preferida, era una lástima que no pudiera estar detrás de todos para ver sus habilidades, por lo general perseguía a uno y si nada interesante ocurría por lo pronto, se movía hasta ubicar al siguiente más próximo.

Taehyung se preguntó por qué Hyunjin había elegido cazar siendo que tenía otros fuertes que le darían una mejor imagen, no es que fuese terrible en ello, pero a penas había empezado a asistir a las cacerías con los alfas desde el año anterior, posiblemente no tuviese punto de comparación con sus rivales. Sin embargo, cuando se percató de el chico no dejaba de mirar a cierto lugar entre el numeroso público y reparó en la presencia de Yeji, pudo entenderlo. Qué idiota era su hermano. Si bien se requerían varias destrezas y un buen cazador siempre resultaba inmensamente atractivo por su utilidad a la manada, pensó que Hyunjin podía estar arriesgándose demasiado solo por querer impresionar a una chica que ya tenía en la bolsa, fallar en una prueba como esta podía hacer que Yeji se replanteara su decisión final.

Negó con la cabeza y llevó sus manos al cinto en su cintura para desamarrarlo al igual que el resto y dejó que su ropa se deslizara por sus hombros hacia el suelo. No tenía una mala autoestima, según su parecer, era dueño de un lindo cuerpo, así que no sentía pena de enseñarlo como algunos otros. Sus piernas eran largas, su trasero redondo, tenía una buena musculatura y un lindo tono ligeramente bronceado en su piel, aún si sus caderas y cintura no lucían curvas prominentes, creía que iban en armonía con su composición y atributos.

Se hincó para agarrar las telas y doblarlas, nadie las tomaría, así que las dejó allí mismo y observó la desnudez de los otros omegas que querían ver si cerca los sucesos, y la de los alfas. Se dio el gusto de repasar el cuerpo de cada uno, exceptuando a su hermano, sus bíceps y muslos trabajados, abdomen duro, la curva de sus posaderas y los pechos firmes, se tomó un poco más de tiempo para contemplar los de las únicas dos mujeres entre todos los hombres. Puso a prueba su paciencia y estableció que el último al que le daría un vistazo sería Jeon Jungkook, cuando finalizó con su escrutinio y llevó sus ojos hasta el alfa mencionado, los vellos de sus brazos se erizaron por la sorpresa de descubrir que el sujeto ya lo estaba mirando sin una pizca de disimulo.

Estaba tan quieto como una roca, sometiéndose al estudio superficial del alfa, y al darse cuenta de su sumisa y tímida actitud, chasqueó la lengua en disgusto consigo. Él no era así. 

Para su fortuna, el coordinador de la caza comenzó a explicar las reglas y Jungkook lo ignoró para escuchar al individuo, aunque Taehyung presentía que se las sabía de memoria y era una mera cortesía. No era el único Jeon participando, pero era normal, pues el clan Jeon estaba especializado en proveer a la comunidad de los cazadores más diligentes. Luego de que el hombre a cargo señalara el perímetro en que se realizaría la cacería y el tiempo total, los alfas se formaron en la línea de partida y aguardaron a que se les diera la señal del inicio para empezar a correr bosque adentro, con un montón de omegas a la cola.

indómito | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora