indómito | kooktae

catorce

⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀

La mañana del sábado, Taehyung se despertó con una mezcla de emociones tan fuertes que permaneció unos minutos de más recostado en su futón mientras miraba el techo de su cuarto.

Tal como había dicho Gaeul, su padre no se había presentado para la cena y ese día saldría incluso más temprano al ser el último día de los juegos, un alivio para él. Las actividades cesarían a las seis de la tarde, a las siete las inscripciones y durante el anochecer se realizaría la ceremonia de cierre junto la consolidación de los emparejamientos, el domingo todos los omegas serían entregados a sus nuevos alfas temporales y el lunes la manada entera retomaría su rutina habitual. Saldría de su hogar y no tendría que ver más a su padre si así lo quería por los meses a venir.

Una sonrisa se pintó en su cara y estiró sus músculos antes de darse la motivación suficiente para levantarse. Jungkook le había revelado su itinerario para el último día, así que no tendría que estar de un lado para otro en su búsqueda, le daba tiempo para darse un baño y arreglar un poco más su apariencia luego. Reacomodó la bata de dormir en su cuerpo y amarró de nuevo el nudo en la cintura antes de salir de su habitación hacia la sala de estar para echarle un vistazo a la hora, era temprano, pero seguro su madre ya estaba despierta para alistar el desayuno. Caminó en dirección a la cocina, encontrandósela antes en el comedor bebiendo una taza de té, ambos se dieron los buenos días con una suave venia.

—¿Listo para hoy? —preguntó ella con una leve sonrisa mientras dejaba su bebida caliente a un lado.

—Deberías preguntárselo a Hyunjin —rió, tomando asiento frente a la mujer—. Aún no me lo puedo imaginar en su propia casa con Yeji, va a tener su primer trabajo real en la Guardia.

—Ay, ni me lo digas, Tae —dijo en un suspiro sufrido—. Se va mi cachorro.

—Esperemos que tu cachorro no haga su propio cachorro tan rápido —comentó y no pudo evitar volver a reír ante la manera cómica en que su madre abrió los ojos.

—Debo hablar con él sobre eso.

—Aún no es muy tarde para darle la charla —dijo Taehyung, posando su mano sobre la de su progenitora.

—Mamá, no necesito que me des la charla, ¿sí? Por favor no lo hagas —gimió Hyunjin apareciendo en el cuarto como si lo hubieran invocado. Taehyung lo miró de reojo adentrarse en la cocina para seguramente prepararse un té también con el agua que ya estaba lista.

—Iré a despertar a Jae para comer, tú sirve, cielo —le avisó su madre y se puso de pie para dirigirse al pasillo que daba con los dormitorios.

Acatando la orden, se levantó igualmente y movió sus pies a la cocina, ignorando la presencia de Hyunjin para acercarse a la olla con arroz blanco. No fue necesario pedir ayuda para que su hermano se ofreciera a ir llevando los platos a la mesa y agilizar el trabajo.

—¿Hablaste con Yeji sobre lo que te pedí? —cuestionó Taehyung cuando ya estuvo todo servido.

—Sí, no hay problema —le contestó al sentarse, él lo imitó—. ¿Te parece a las ocho?

—Está bien, gracias por esto.

Su madre y un Jaehyun aún muy adormilado ingresaron al comedor casi al segundo, y una vez todos en sus lugares, la mujer juntó las manos para comenzar la oración. Al finalizar, la omega adhirió su mirada a Hyunjin y aclaró su garganta.

—Sabes que tienes que escalar un poco antes de pensar en tener cachorros, ¿cierto? —habló ella y el resoplido del alfa no se hizo esperar, haciendo reír a Taehyung.