indómito | kooktae

siete

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No debería estar tan ansioso por su reunión con Jungkook, pero aún siendo consciente de eso, se atrapó a sí mismo con una sonrisa en los belfos mientras llevaba un bocado de su almuerzo a ellos. Se apresuró a borrar el gesto antes de que alguien en su familia empezara a interrogarlo, pero era difícil contener sus emociones básicas en ese periodo, y estaba contento, porque Jungkook le había hecho sentir bonito y el deseo le quemaba bajo la piel.

Siendo franco, se sentía algo culpable por no estar elogiando a Hyunjin como merecía en lugar de vagar por su imaginación, pero ellos tampoco eran ese tipo de hermanos cariñosos, Hyunjin se vio satisfecho con una sencilla mirada orgullosa y palabras de validación de su parte y eso fue todo. Por otro lado, su madre no podía dejar de parlotear sobre lo impresionada y aterrada que estuvo durante el juego de principio a fin mientras compartían en la mesa, y Jaehyun comentaba con el mismo entusiasmo las palabras de la mujer.

Su padre no lucía tan emocionado al respecto, sin embargo, Taehyung lo conocía, estaba acostumbrado a su usual rostro decepcionado, así que le era fácil identificar la satisfacción en su temple. Por lo que alcanzó a oír en lo poca atención que le prestó a la charla de sus parientes, de hecho, su progenitor había asistido al juego para observar a su hijo. Si bien el rol de Hyunjin había sido de soporte, sin duda fue una carta esencial en su estrategia, además había sido herido y lo aguantó hasta el culmine de la partida, eran factores dignos de admirar y Donghyun demostró que estaba complacido con su desempeño con una felicitación.

—No podré participar por hoy ni mañana en actividades físicas, así que acompañaré a Yeji a ver los juegos —informó Hyunjin luego de que su mamá dejara de relatar la anécdota, la felicidad iluminando su rostro hizo sonreír a Taehyung por inercia.

—Marcando territorio, eh —bromeó Jaehyun, golpeando juguetonamente el hombro de su hermano mayor.

—¿Marcando? Ya es su novia —rio Taehyung después de virar las pupilas. Hyunjin no tenía de qué preocuparse, de cualquier forma ya se había asegurado de enseñarle a Yeji que estaba a la altura.

—¿Y qué con eso? Ella es bonita, apuesto que más de un alfa intentó cortejarla o algo así —infirió el más joven de la familia Hyunjin bufó—. Pero nadie lo hará cuando estés a su lado, descuida.

El omega menor negó con la cabeza, reprimiendo una sonrisa divertida, y desvió su atención al reloj que alcanzaba a verse desde el comedor. El interior de su casa tenía un cómodo estilo semi abierto, su padre se había ocupado de situar el reloj en un lugar visible desde casi todas partes, era un importante símbolo de estatus poseer uno en el hogar, porque producirlo demoraba bastante tiempo y esfuerzo, lo que se reflejaba en su valor.

Los juegos se reanudarían en breve, así que tendría que apresurarse si quería alcanzar un buen lugar para observar "quemados". Era un juego entretenido, aunque con partidas muy, muy cortas, ese era uno de los motivos por los que era una actividad en que probablemente todos los alfas participaran mínimo una vez durante la semana.

Regresó la mirada discretamente hacia el rostro de su padre y suspiró para sus adentros. Seguramente terminaría enterándose de que pasearía con Jungkook y no lo recibiría contento cuando llegara a casa por la noche, pero Taehyung decidió que no le importaba el futuro regaño. Él sería cuidadoso, ni siquiera sabía si quería escoger a Jungkook o no como su pareja, pero en el caso de que concluyera que sí, no se arriesgaría a no ser que el alfa le prometiera que lo correspondería y no sería dejado en ridículo por el rechazo. Ya no era un cachorro, odiaba ser sermoneado como si no pensara las cosas y fuera un imprudente.

Tragó el último bocado de su plato y limpió las comisuras de su boca con el paño, esperando a que Donghyun, quien había acabado al igual que el resto, diera el permiso para levantarse de la mesa. Con una simple señal de parte del alfa del hogar, los hijos se pusieron de pie y ayudaron a apilar los trastes para poder llevarlos a la cocina fácilmente mientras que su padre se despedía de su compañera, alegando tener prisa por volver a su labor antes de retirarse en un parpadeo. Como de costumbre, Taehyung agarró una parte de los platos para caminar junto a su madre y dejarlos en el fregadero, pero cuando iba a tomar el balde de agua para enjuagarlos, la mano de la mujer lo detuvo.