indómito | kooktae

doce

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Ahora que su corazón iba a un ritmo normal y tenía la cabeza fría, Taehyung no podía evitar estar algo ansioso por lo que fuera que le deparara ahora con Jungkook. No es que hubiese cambiado de postura respecto al emparejamiento que acordaron, la atracción entre ambos se había dado bastante bien, pero era una apuesta arriesgada, por supuesto que era normal que estuviera ciertas inseguridades y dudas.

Evadir a su padre la noche anterior no había sido tan fácil luego de que Yeji se retirara. Incluso después de encerrarse en su cuarto, hizo oídos sordos a lo que fuese que el alfa tuviera para decirle, porque aunque Hyunjin no hizo ningún comentario sobre Jungkook esta vez, estaba completamente seguro de que su progenitor había oído los rumores.

Sabía que Jungkook estaría bastante ocupado ese día, le había mencionado la clase de juegos en los que estaría participando, pero no en qué orden u horario, y no tenía muchas ganas de pasearse de allá para acá tratando de encontrarlo cuando ni siquiera podrían pasar tiempo juntos. Esa fue la razón por la que se dejó arrastrar por Somi cuando se topó con ella en la mañana, aún cuando en definitiva odiaba la sensación de ser la tercera rueda y estaba bastante seguro de que la pareja de su amiga no tardaría en unirse.

La reacción de la chica cuando le contó de su nueva relación fue todo un poema, estuvo incluso más sorprendida que Daehwi, aún si decidió no hacerle muchas preguntas al respecto y solo confiar en su inusual decisión. Después de todo, no se podía ignorar que a pesar de los riesgos, podría traer considerables beneficios.

—Ah, el clan Jeon —suspiró Somi con una pizca de nostalgia—. Si vas a abandonar tu clan, realmente es una buena opción.

Sonrió a medias ante el comentario. No era su parte favorita del emparejamiento. Le gustaba ser parte del clan Kim, haber nacido dentro de él, en una rama importante, porque en realidad era un grupo bastante grande; uno de los más numerosos en la manada. Sin embargo, las bases de clan se habían mantenido con cierta firmeza a lo largo de los años, los métodos de enseñanza y crianza, los valores fundamentales y el sentido de eficiencia.

A diferencia de otros clanes fuertes, los Kim no se habían resistido tanto a la mezcla de estirpes en cuanto a darle la bienvenida a omegas de otra cuna, una de las razones de su tamaño, aunque cuando se trataba de omegas abandonando el clan para unirse al de su alfa, las exigencias eran más altas. A Taehyung en serio le gustaba su clan, de preferencia se habría centrado en encontrar al amor de su vida dentro de este, pero sabía lo que se esperaba de él, que tenía que desertar y unirse a otro, así como la mayoría de omegas de las casas importantes del clan. Tal vez su padre se había resignado a la idea de que eso ya no era posible, cosa increíblemente ofensiva, pero no quitaba la presión que el resto ponía en sus hombros.

Por supuesto, todo tenía una razón de ser. Puede que los clanes más puros, como podía ser el clan Jeon, que trataban de mantener a sus omegas al interior en lugar de dejarlos desertar y por lo tanto, formar parejas dentro de este, se sintieran con más poder. Era un privilegio ser parte y su organización era mucho más simple, protegían sus principios y métodos de la mezcla entre culturas de clanes ajenos y la suya con mayor éxito también, pero eso podía ser tanto una ventaja como desventaja. Que los últimos jefes de la manada fueran del clan Kim no era una sorpresa, eran más grandes y, además, los clanes más pequeños y los que tenían menos poder podían confiar mejor en que ellos gobernarían para todos y no a beneficio propio de su clan, sentir que sus posturas y valores serían escuchados.

Tener omegas dentro de otros clanes relevantes era a su vez una estrategia, no tenía que ver con espionaje, sino que, sutil y lentamente, esparcir el ideal del clan Kim. El cómo era simple; a través de la crianza de los cachorros. Educarlos de manera tal que, a futuro, con suerte fuera más sencillo hacerlos congeniar con la mantalidad del clan y el modo en que se administraba la manada. Hasta el momento parecía funcionar, o al menos hace decadas que no habían conflictos internos graves en el Consejo.