ocho

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Quizá Taehyung debería sentirse inquieto por la absurda cantidad miradas inquisitivas que recibió al caminar del brazo de Jungkook en plena luz del día a mitad de la semana de cortejo, su plan inicial no era llamar tanto la atención, pero, honestamente, había algo divertido en ello. Era consciente de lo extraña que debía ser para otros ojos la pareja que conformaba junto a Jungkook, eran dos sujetos con un gran historial y cierta relevancia, después de todo.

Atisbó a Jeon de reojo y se preguntó si de alguna forma su ego estaba tan satisfecho como el suyo, porque el pelinegro era un alfa con un considerable número de pretendientes a pesar de su mala reputación y él, bueno, Taehyung nunca se dejaba opacar por otros, sobresalía naturalmente. No es como si nunca hubiese ligado con alfas de renombre, eran los primeros a los que le echaba el ojo, pero Jungkook no parecía el alfa de élite estándar.

No metería las manos al fuego, ya había observado que era capaz de manejar su temperamento, aunque bien podía ser porque en esa situación se hallaba con el omega al que trataba de cortejar. Taehyung no haría la vista gorda a los detalles, tales como la palpable tensión en el cuerpo de Jungkook luego de su breve discusión en las gradas hasta que recordó que él estaba a su lado.

Los alfas por lo general se pintaban distinto durante esos días cruciales para emparejarse, era una de las razones por las que cuando Taehyung quería ir en serio, empezaba a buscar candidatos meses antes de que llegara el evento. Él nunca había interactuado con Jungkook hasta hace unos días, apenas conocía cosas tan simples como su edad y los otros datos que había oído no eran exactamente favorables, nada le aseguraba que el tipo no lo engañaría ahora, así que debía ser meticuloso y analizar cada gesto y palabra que saliera de esa boca, esperaba que sus ganas de besarlo no lo distrajeran en el intento.

Iba a ser una tarea difícil, porque mientras más se acercaban a la periferia de la aldea, menos atención le ponía a lo que Jungkook le estaba diciendo. La necesidad de su cuerpo estaba aturdiendo sus sentidos y la anticipación de lo que quizá podía pasar mantenía a su corazón alterado.

—¿Por qué tutor? —dijo Jungkook.

Solo habían estado haciéndose algunas preguntas básicas mientras marchaban, ahora compartían sus ocupaciones. Como supuso Taehyung, Jungkook era un cazador, no era sorpresivo tomando en cuenta sus reflejos, técnica y desarrollado olfato; debía ser muy bueno en lo que hacía.

—Umh, es lo que nosotros hacemos, criar buenos niños —explicó, refiriéndose a su clan—. Siempre fue mi primera opción.

—¿No es agotador tratar con cachorros a diario? Uno solo ya parece bastante esfuerzo.

—Sí, pero yo lo amo —dijo y una sonrisa involuntaria iluminó su expresión—. Es una gran responsabilidad, podría marcar la vida de todos esos niños, así que trato de ser la mejor figura posible para ellos. Son adorables, incluso los problemáticos, es solo cosa de mirar un poco más profundo.

—Deben serlo —concedió Jungkook, atisbando de reojo el rostro alegre de su acompañante. Su perfil era hermoso—. De seguro serás un muy buen padre con tus propios cachorros.

—Eso espero —suspiró, hubo un deje de tristeza en su tono que despertó la curiosidad del alfa.

—¿Te gustaría una familia grande? —preguntó, buscando ahondar en el tema.

—Quiero al menos unos tres cachorros, ¿tal vez cuatro? —confesó Taehyung y Jungkook asintió, comprensivo. Tres hijos eran el promedio entre las familias últimamente, la manada gozaba de estabilidad y recursos para no preocuparse—. Bueno, debe ser diferente cuidar de ellos todo el día y noche, pero creo que estaría bien.

indómito | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora