Dolor profundo

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CAPÍTULO 9

DOLOR PROFUNDO


Harry se dirigió hacia la Torre de Gryffindor llevando del brazo a su amigo quien se dejaba guiar sin protestar, aún con la mirada perdida en la nada producto del Obliviate de Harry. Al dar la vuelta en uno de los corredores, se encontró con Dumbledore, al parecer él también había decidido dar un paseo luego de la inútil sesión de oclumancia.

— ¿Qué es lo que le sucedió al señor Weasley, Harry?


— Es algo largo de explicar, profesor, pero si quiere enterarse será mejor que vaya a las habitaciones del profesor Snape, él está esperándolo... ah, y evite caminar por el pasillo de las armaduras, créame, no es buena idea.

Harry continuó su camino, y durante unos segundos Dumbledore le siguió con la mirada, intrigado por saber el motivo de la expresión aislada de Ron, así como la razón por la que debía dar una desviación tan larga para ir hacia Severus, pero decidió confiar en Harry e hizo caso de su consejo.

Al llegar a la habitación de Severus, éste le abrió la puerta al instante, y con sólo ver la expresión de su rostro supo que algo realmente malo estaba sucediendo. Severus hizo pasar al director a una pequeña salita invitándolo a sentarse para enseguida hacerlo frente a él. Dumbledore notó que el profesor no podía ocultar su alteración, entrelazaba sus dedos y mantenía el ceño fruncido, eso era realmente preocupante, Severus era experto en no evidenciar físicamente lo que sentía, así que curiosidad aumentó.

— Adam está aquí. —le informó Severus antes de que el director dijera una palabra—. No tengo idea de cómo llegó, pero en cuanto lo investigue, todos y cada uno de los responsables lo pagará.


— Por la chimenea no llegó, estuve todo el tiempo en el despacho.


— Lo sé, y eso me intriga más... alguien debió haberlo traído antes, de otra forma no sé cómo supo la localización exacta, él no puede verlo desde el pueblo, como squib debió resultarle imposible atravesar las barreras, recuerda las protecciones, todo aquel extraño que se acerque recordará algo urgente que le obligue a irse olvidando el lugar.


— Las recuerdo mejor que nadie, he sido parte de ellas, Severus. —confirmó Albus—. ¿Y qué te ha dicho Adam?


— Lo único que repite es que quería ver a Potter.


— Averiguaré qué fue lo que pasó... ¿eso es todo lo que te preocupa?

Severus negó con la cabeza, bajó la mirada ocultando el rostro con sus manos. Así estuvo durante unos segundos y cuando Albus temía que ya no obtendría ninguna información más, el hombre volvió a mirarlo y esta vez sus ojos negros lucían tan opacos que daba la impresión de haber perdido vida.

— ¿Severus?... ¿Te sientes bien?


— Draco abusó de mi hijo.

El rostro de Albus palideció ante las palabras de su amigo, comprendió de inmediato la razón de aquel comportamiento. Severus le relató lo que sabía, y Albus lo escuchó pacientemente hasta que por fin el maestro de pociones volvió a guardar silencio.

— ¿Adam está bien?


— Lo curé como pude, no quiso ir a la enfermería, y sinceramente tampoco creo que sea buena idea.


— Creí que podía tener esperanzas en Malfoy. —comentó Dumbledore decepcionado.

— No más que yo, te lo aseguro. —respondió Severus de manera cortante—. Confié en él, lo apoyé y lo he protegido siempre y mira como resultaron las cosas.

La familia que siempre quiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora