13

645 67 3
                                    

Taehyung mantenía en brazos a su lindo novio, dándole pequeños mimos, besos tiernos. Cuando se enteró que Jungkook se presentó como omega, inmediatamente, sin importarle los reclamos futuros de sus madres; tampoco los castigos de la señorita Eun. Canceló las lecciones de ese día, porque él quería ir a cuidar a Jungkook. Sería difícil, eso lo tenía claro. 

No obstante, al llegar a casa de Jeon y tener acceso al interior de la vivienda, las feromonas que sintió en el aire fueron intensas, una fragancia exquisita que le revolvía su estómago, pero solo eso. No le excitaba en el ámbito sexual, todo lo contrario a lo pensado, sintió su instinto de protección más fuerte. Eso lo embarcó a una caminata confusa a la habitación de su parejita. Abrió la puerta con temor, pese a que no quería lanzarse a atacar a Jungkook, le preocupaba la situación en la que se encontraría, especialmente se puso a meditar en ello, puesto que olvidó todas sus lecciones de modales y no tocó la puerta, ni pidió permiso de pasar.

El castañito que yacía en la cama, se levantó espantado, tapando su rostro con una cobija que encontró a la mano, eso fue señal para que Kim se detuviera. Pues, su bello chico había anidado. 

—¿Puedo acercarme? —preguntó el azabache.

El castañito asintió, y le hizo un lugar en su nido improvisado. Taehyung tomó asiento, posando su espalda en la cabecera de la cama. Jungkook le miró con sus ojitos brillosos, y con sus mejillas rojitas. Extrañamente el omega recién presentado, no pedía por un encuentro coital, al contrario. Se acomodó en el pecho de su mayor, y ahí, en su lugar seguro, pudo oler el aroma de su alfa.

«alfa»

Un agradable olor a cacao y coco, era relajante, lo suficiente para hacerlo caer en somnolencia, Taehyung lo apegó más él, dejando besos delicados en la coronilla y mejillas, susurrando palabras lindas y pequeños poemas, teniendo como objetivo que su menor durmiera. Jungkook no tardó mucho en caer dormido en los brazos de su pareja. En el instante que Taehyung pudo procesar la información del momento, tomó un respiro de la perfumada habitación. El embelesante aroma a helado de fresa y vainilla.

Kim Taehyung hace tiempo leyó que las presentaciones de los licántropos eran demasiado precipitadas, lo cuál era una peligrosa arma de dos filos, pues, hablando personalmente por él, no se sentía preparado para un encuentro de ese tipo con su menor. Y su hermoso omega, tampoco estaba preparado. En el estudio que leyó, decía que algunos omegas recién presentados, eran protegidos por su propio lobo, provocando solo querer ser mimado y consentido por su pareja, pero no más de eso. Esos casos eran escasos, y que su pareja fuera parte de ellos, lo hacía feliz.

Su puro y angelical omega, podía seguir así por mucho tiempo, hasta que ambos maduren por completo. Por el momento, Taehyung seguiría cuidando de su Jungkook.

—Tae… —llamó el castañito entre sueños, abrazando más el cuerpo del alfa.

—¿Qué pasó lindo? —respondió a su llamado, hablando bajito para no despertarlo por completo.

—Yo soy tu omega —murmuró.

—Ya eres mi omega —afirmó Taehyung.

—¿Ya crecí?

Taehyung negó levemente, sabiendo que su pareja no lo veía.

—Seguirás siendo un cachorro el tiempo que sea necesario. No hay prisa por crecer Kookie. 

Jungkook, aún con sus ojos cerrados, sonrió por la respuesta. Después de todo, él no se preparó para ser omega.

—Gracias… alfa.

Con ello, volvió a caer dormido.

—De nada, mi lindo omega.

❥•°Attachment and possession°•❥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora