❥•°Attachment and possession°•❥

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Extra 3: Aprendiendo a ser omega pt2

¿Qué tanto tiene que hacer una persona para encajar en su propia jerarquía?

Eso ni él mismo lo sabía. Un día llegó, era como un recién nacido experimentando por primera vez, habían muchos olores que lo aturdían, no sabía si eran feromonas o las hormonas de los adolescentes pero eran asquerosos. Y lo intentó, de verdad intentó contenerse todo lo que pudo, pero finalmente perdió la batalla contra la pestilencia y vomitó en el baño. Cuando salió de devolver su desayuno se lavó las manos y decidió refrescar un poco su cara, y eso le relajó momentáneamente. Sabía que Taehyung y Chaeyoung estaban acostumbrados desde jóvenes a tener un gran olfato, pero por la luna, esto era espantoso.

Igual que, quiso seguir preocupándose por su dilema del olfato, pese a lo cual sería más fácil ignorar a los demás omegas que acababan de entrar en grupo, pero los vió y no pudo evitar compararse un poquito. Llevaban el mismo uniforme, prácticamente los uniformes eran para no hacer comparaciones entre los alumnos y no generar desigualdad.

¿Entonces por qué?

Se sentía tan distinto a sus compañeros que acaban de llegar, ellos se veían tan… lindos, eran omegas varones, Jungkook aprendió un poco a diferenciar a los omegas de los alfas así que reconocía a sus compañeros. Tanto como él creía que eran hermosos, se comportan un poco diferente a lo que él acostumbra, ellos entraron al baño a aplicar un ligero maquillaje con sombras discretas en sus párpados, se veían bien. Así también Jeon Jungkook se miró al espejo y se analizó demasiado, no había duda que era guapo, aún con su cabello revuelto, a pesar de su poquito acné tenía bellas facciones, un cuerpo atlético pero… ¿No era demasiado suave? ¿O era demasiado varonil? ¿Qué rayos era?

Por otro lado al salir del baño y acercarse a los gemelos Min, algo natural en su vida, tal vez por primera vez en su vida los vio demasiado resplandecientes. Chae traía un ligero tono rosa por su bálsamo hidratante y sus pestañas rizadas, Yoongi de igual forma tenía un brillo de su bálsamo habitual, pero tenía un ligero tono durazno en sus ojitos, casi imperceptible, pero él lo veía. Los hermanos sin darse cuenta podían fascinar con una coquetería natural que jamás les había visto, error, nunca lo notó hasta hoy.

«Omegas hermosos…»

Era su veredicto, y, su lobo en él se removió inquieto, no le gustaba que Jungkook pensara así. Porque sin percatarse se hacía de menos, pensando en el alfa que le ofrecía un cortejo a tan temprana edad, dónde pasaban por una etapa de cambios físicos y mentales. Taehyung era guapo, lo sabía y mucho, de todas formas cuando lo vió en su tiempo de descanso no se limitó a mirarlo, en ese momento llegó la epifanía que tanto temía. Kim Taehyung, el joven de buena familia resultó ser alfa, uno bien parecido, que siempre iba acicalado, mandíbula definida, manos grandes y cuidadas, veía su manzana de Adán a la perfección, cejas tupidas… ¡Literalmente era el ideal de cualquiera!

En esa pequeña crisis se dió cuenta que tenía que ser el omega perfecto, no, el omega ideal fuera de este mundo, cabal, nadie debía poner en duda su posición en la vida de Taehyung.

—Debo ser perfecto.