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"Cumpleaños Feliz"
༄ Celeste's pov
Cuando me desperté, no sentí ningún cambio. Quiero decir, ya tenía diecisiete, y mi hermana me había dicho siempre que él cambio a los diecisiete era grande. Me sentía igual.
Todos los años mi cumpleaños cuadraba aquí, en esta casa. Donde todos los años, soplaba las velas, me daban los regalos, y me quedaba el resto de día en casa. Pero este año iba a ser diferente, este año iría al club con Jeremiah, y de noche iría al autocine.
A lo mejor no era un cambio muy grande, pero eran cambios en mi notables. Y estaba orgullosa.
Me até el pelo en un moño bajo, y bajé las escaleras emocionada. No os voy a mentir, me encantaba mi cumpleaños. Era de las únicas veces que me sentía protagonista en mi propia película.
En la cocina, ya se habían despertado todos. Y había globos por todos lados, y comida. Había Bacon con Huevos. Mi desayuno favorito, pero que nunca hacíamos. Y también un gran croissant, estoy segura que para soplar las velas.
El primero en verme fue Conrad.
— ¡Celestina! Felices diecisiete, ya no eres tan pequeña diría yo.
Luego de esto, me abrazó fuerte. Conrad era muchísimo más alto que yo, y tuvo que agacharse para darme un beso en la mejilla.
La próxima en interceptarme fue mi madre, que me abrazó fuerte recalcando varias veces en la frase de "Mi pequeña se hace mayor", lo mismo hizo Susanne. Mi hermano me dio varias palmaditas en la espalda y se aclaró la garganta.
— Un año más, bienvenida al club.
Rodé los ojos, y lo abracé. Aunque le costó devolvérmelo, lo hizo.
Luego fue mi hermana Belly, que me abrazó con muchas ganas.
— Te haces mayor peque, que ganas de que te presentes en sociedad, y seas debutante, estarás preciosa.
Sonreí un poco vergonzosa, y nos soltamos del abrazo.
Jeremiah fue el último, y para seros sincera era la felicitación que mas esperaba. Aunque ya lo hubiese echo.
— Felicidades Leste — me dio un abrazo, y me besó la mejilla.
Oh dios.
Se me había acelerado todo. Mi corazón bombeaba muy rápido. No fui capaz ni de contestarle.
— ¡A desayunar!
Nos sentamos a la mesa, y desayunamos. Me cantaron el cumpleaños feliz y soplé las velas.
— ¿Has pedido un deseo Cele? — mi hermana preguntó.
Asentí, y miré a Jeremiah por acto reflejo. Claro que lo había pedido. Todos los años pedía lo mismo.
