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"El regalo"

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"El regalo"

Jeremiah's pov

Habían pasado unos días desde el accidente, me seguía doliendo, pero no me quería quedar en cama tal y como mamá me había repetido cuarenta veces.
Llevaba despierto desde las seis de la mañana. Leste dormía profundamente.

La iba a buscar todas las noches, cuando todos estaban dormidos, y ella se levantaba antes de que todos se despertaran. Pero hoy solo estábamos los hijos, y bueno, y Philip.

No quiero decir nada, pero no me da buena espina.

Ahora mismo eran las ocho y media. Decidí levantarme con cuidado, de no despertar a Leste, estaba agarrada a mi brazo, y roncaba ligeramente por la nariz.

Le di un beso en la frente, antes de salir de la habitación. Cuando bajé, Steven ya estaba en la cocina.

— Buenos días Jeremiah, ¿sabes dónde está Cele?

Casi me atraganto con mi propia saliva — Supongo que en el baño, no sé.

— No está en el sofá por eso lo decía.

— Seguro que está en el baño.

No en mi cama, claro que no.

Se sentó en la mesa, y yo cogí una sartén del armario. Al levantar el brazo, un tirón me hizo bajarlo de golpe. Steven lo notó.

— Han pasado pocos días Jeremiah, no te vas a morir por pedir ayuda.

No me gustaba pedir ayuda.

Sentía que estaba volviendo a cuando tenía doce años y todo el mundo me hacía las cosas porque mamá estaba enferma.

Más Steven no esperó a mi respuesta, se puso a mi lado y cogió la sartén, me la pasó.

— Estamos para ti, pesado.

Rodé los ojos, y puse la sartén en un hornillo. Fui a la nevera y cogí unos huevos, Steven se puso detrás mía, mientras cocinaba.

— ¿No te piensas sentar?

— ¿Te molesto?

— No es agradable que te respiren en la nuca.

Él levantó las manos, y se acabó sentando. Philip también se había levantado. Entró en la cocina bostezando.

— Buenos días chavalote — dijo Steven.

— Buenas, ¿y Celeste?

— Eso mismo me pregunto yo.

Antes de que pudiese contestar, ella misma apareció por la puerta, rascándose la cabeza.

— Buenos días Leste.

— Buenos días.

— ¿Donde estabas? — fue lo primero que preguntó su hermano.

Ambos nos miramos, y ella fue la primera en despegar la vista.

Do you even think about me? || Jeremiah FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora